Las desigualdades entre pobres y ricos se profundizan y tienen su correlato en la esperanza de vida, que varía según la pertenencia de clase.
Viernes 7 de abril de 2017
Según un artículo publicado por la revista médica The Lancet, la desigualdad económica golpea directamente en la esperanza de vida de la población estadounidense.
El estudio señala que en 1930 la esperanza de vida para la población de bajos ingresos era de 77 años, mientras que para las clases altas era de 82 años. Para 1960, el promedio de vida para los pobres baja a 76 años y para los ricos crece hasta los 89 años.
Esta situación se acentuó desde 2001 y en una generación, la diferencia se ampliará entre el 20% más pobre y el 20% más rico de los estadounidenses. La esperanza de vida entre ricos y pobres pasará de cinco a trece años, según la investigación.
A pesar de la reforma sanitaria aprobada en el gobierno de Barack Obama, la atención sanitaria en Estados Unidos es cada vez más cara y puede empobrecer a familias, incluso dejarlas en bancarrota, señala Jacob Bor, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston y uno de los autores del estudio.
El acceso a los sistemas de salud, muestra un filtro de clase: en 2015, 25,2% de los pobres no tenían seguro médico frente al 7,6% de los ricos. Al respecto Bor señaló:
“Estamos presenciando a cámara lenta un desastre en la salud de los americanos de bajos ingresos que han transcurrido su vida trabajadora en un periodo de crecientes desigualdades de ingresos”.
Cabe destacar que esta desigualdad se agudiza según la raza a la que se pertenezca. El informe habla de un "racismo estructural" en la sociedad estadounidense, que se combina con la desigualdad de ingresos y remuneraciones por trabajo, entre otros factores políticos.
Negros y latinos viven menos y tienen menos posibilidad que los blancos, de conseguir un seguro médico. Además, son víctimas de discriminación y criminalización y nutren por miles las cárceles de Estados Unidos.
La obscena acumulación y acaparación de las riquezas, por un puñado de parásitos capitalistas sólo puede ser frenada con la organización de los habitantes pobres y trabajadores, sin importar su raza, género o nacionalidad. Luchando por un acceso amplio, gratuito y no discriminatorio a los servicios médicos, objetivo que sólo puede garantizarse mediante la nacionalización del sistema hospitalario y de las grandes farmacéuticas, eliminando la vigencia de los derechos de patente, una de los principales del encarecimiento irracional de las medicinas.