Este miércoles se ha celebrado la comisión de Defensa en el Congreso, donde ha intervenido Margarita Robles para defender nuevamente la actuación del CNI. La sesión ha acabado con una mayor crisis de Gobierno y con la derecha arropando a la ministra de Defensa.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Miércoles 4 de mayo de 2022
No estaba en el orden del día, pero el escándalo es de tal magnitud, que excede cualquier tipo de formalismo. La comisión de Defensa del Congreso tenía que girar, según marcaba su agenda, sobre la “Brújula estratégica de la Unión Europea”. Pero nada más lejos de la realidad.
El “caso Pegasus” se ha impuesto y ha sido el verdadero, y prácticamente único, punto del día, como no podía ser de otra manera. El presidente de la Comisión de Defensa, el miembro del Partido Popular, José Antonio Bermúdez de Castro, había advertido de que no permitiría que el debate se saliera del orden del día, la propia ministra ha aludido veladamente al caso en su primera intervención.
Ya en su primera intervención, la ministra de Defensa ha afirmado sentirse “orgullosa de los 3.000 hombres y mujeres del Centro Nacional de Inteligencia, que este año celebra su 20 aniversario, y que han pagado también con sus propias vidas, el riesgo y el trabajo de defender nuestra paz, nuestra libertad y nuestra seguridad”. Declaraciones que no han hecho más que dar el pistoletazo de salida a las declaraciones cruzadas entre la ministra y todos los portavoces de las formaciones “socias” de su Gobierno.
El enfrentamiento más duro lo ha tenido, no con un socio de coalición, sino con un socio de Gobierno. Pablo Echenique ha pedido “dimisiones al más alto nivel” y ha señalado que ella es la “responsable al más alto nivel”. Sin citar el nombre de la ministra, el diputado morado ha pedido su dimisión.
Nuevamente Unidas Podemos vuelve a hacer un teatro incomprensible, como lo ha hecho cada vez que ha tenido que “tragar un sapo” del Gobierno del cual forma parte. ¿Qué clase de responsabilidad va a pedir a la ministra Robles si ellos forman parte del Consejo de Ministros? Incluso la propia Robles le ha recordado a Echenique que UP, como miembros del Gobierno, reciben todos y cada uno de los informes del CNI.
Del mismo modo que sucediera con la denuncia del envío de armas a Ucrania o con el pacto de Sánchez con el régimen represor Marroquí, los miembros de UP levantan la voz, como si esas acciones no fueran con ellos y ellas.
Más allá de la hipocresía de las palabras de Echenique en la comisión de Defensa, lo cierto es que el “caso Pegasus” marca una nueva crisis de Gobierno, quizá más profunda que las anteriores. No tanto por la vehemencia de UP y sus declaraciones, sino por la gravedad del propio caso que se va a mantener durante muchas semanas en primer línea de la agenda política.
También ERC ha elevado su discurso al nivel de la dimensión de la ministra. Montserra Bassa aseguró que el caso de espionaje demuestra que en el Estado español hay un caso claro de “emergencia democrática” por lo que consideró que Robles "debería dimitir o ser cesada por legitimar el espionaje y menospreciar lo ocurrido con ignorante soberbia". Y advirtió a la ministra que la considera "responsable por activa o por pasiva" aunque opinó que no basta con su dimisión: "Debería haber una cascada de ceses y dimisiones".
Todas las declaraciones del resto de socios siguieron la misma línea, desde PNV, hasta Bildu, pasando por formaciones de la oposición como JxCat o la CUP.
La ministra Robles tan solo se encontró arropada por la derecha, tanto el PP, como VOX y Ciudadanos defendieron el uso de escuchas para defender “el Estado de derecho”. La única “pega” que salió de los portavoces de la derecha fue que este caso se hiciera público y se reconociera así la debilidad de las instituciones del Gobierno en materia de seguridad.
De este modo, en medio de una crisis de gran magnitud, con cientos de espionajes por investigar, el Gobierno se encuentra con una crisis interna, acorralado por sus socios de Gobierno y tan solo arropado por la derecha. El objetivo de Pedro Sánchez de mantener este asunto en un segundo plano, claramente no está dando resultado.
Ahora bien, la propuesta de las formaciones críticas con el Gobierno, centrada en una investigación en el Congreso, también es un camino sin salida, que no lleva a ningún lado.
Como hemos escrito en notas anteiorres, para enfrentar decididamente al “deep state” y terminar con el espionaje ilegal hay que empezar por tomar medidas que rompan el statu quo, empezando por tres que son elementales:
1) Formación de una Comisión de investigación independiente de las actuaciones del Estado, para determinar los hechos y lograr el juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del espionaje.
2) Disolución del CNI, derogación de la Ley de Secretos Oficiales franquista y desclasificación de todos los archivos secretos en manos del Estado y sus servicios de inteligencia.
3) Cese de toda persecución política y la libertad de los presos políticos que todavía permanecen en la cárcel como consecuencia del procés y de todas las luchas sociales y ciudadanas.