En el contexto de la reactivación del movimiento estudiantil en varias universidades e instituciones educativas del país, la comunidad de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ) también alza la voz contra la precariedad de sus condiciones de estudio y trabajo.
Miércoles 12 de octubre de 2022
Desde finales de agosto ha habido una serie de asambleas, paros y movilizaciones en la UNAM, el IPN y la Universidad Autónoma Chapingo, en contra de la precarización de la vida que se manifiesta en las malas condiciones de estudio y de trabajo en esas instituciones, así como en la violencia de género e inseguridad que afecta a sus comunidades. Este fenómeno se ha replicado en algunas universidades estatales como la de Querétaro y ahora comienza a expresarse en otras instituciones, como son las Universidades para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ).
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Los estudiantes exigen condiciones dignas y democracia
En el portal Ya Es Noticia Hidalgo, estudiantes de la UBBJ sede Francisco I. Madero, en Hidalgo, denunciaron el 7 de octubre que padecen falta de maestros y salones (no sólo en esa sede sino también en otras. El gobierno federal reportó que 23 sedes aún no tienen terreno y 14 se encuentran en obra negra, lo que pone en entredicho lo que afirmó la encargada de esa institución, Raquel Sosa, quien reportó que ya operan las 140 universidades que se prometieron como parte de este proyecto. En ese sentido, también llama la atención la opacidad con la que se han manejado los recursos, ya que desde 2019 a la fecha las Universidades del Bienestar han recibido 4 mil 19 millones de pesos.
El proyecto plantea para el 2023 promover un incremento del 37% en su presupuesto, al proponerse pasar de mil 75 millones de pesos a mil 476 millones. Sin embargo, no hay claridad en los gastos ni en el número de estudiantes, ya que en la página oficial de la institución se reportaron 37 mil 585 hasta el semestre pasado, mientras que Raquel Sosa en su gira por Armería, Colima, en agosto reportó que eran 64 mil estudiantes matriculados y mil 733 maestros.
Cabe destacar que mil 733 profesores de ninguna manera alcanzan para cubrir ya sean 37 o 64 mil estudiantes. Es imposible que un docente pueda realizar una buena enseñanza si tiene que atender tantos alumnos, lo cual también se expresa en la denuncia hecha por los alumnos de la Escuela de Medicina Integral y Salud Comunitaria, en Tlalpan, quienes en un comunicado publicado el pasado 5 de octubre reclaman entre otras cosas tener una sede digna con la infraestructura adecuada; recursos necesarios para el pleno aprendizaje de la comunidad estudiantil; que se forme un comité de madres y padres de familia en apoyo a la comunidad estudiantil; la conformación de un consejo estudiantil que vele por las necesidades de la comunidad ante las autoridades de las sedes, legitimado por la misma comunidad; que un organismo coordinador de las UBBJ dé respuesta y solución a sus peticiones, y que se respeten las condiciones de trabajo, de acuerdo con la legislación vigente, de la plantilla docente y administrativos.
Para hacer valer sus exigencias hicieron un llamado a la organización por grupos donde se eligieran de manera democrática voceros, para llevar las demandas de la comunidad antes las autoridades. Tienen una movilización programada para el próximo jueves, 13 de octubre, a las 7:30 a.m. frente a Palacio Nacional. Una situación similar se observó en la sede Ticul, en Yucatán, donde los estudiantes convocaron a una movilización el miércoles, 5 de octubre, en Ticul Chapab, lo cual muestra el creciente descontento por la situación actual.
Los trabajadores exigen derechos
Pero la lucha no ha venido sólo de los estudiantes, en ella también han tenido lugar los profesores y los administrativos, quienes han formado perfiles como el de Trabajadoras por los derechos laborales de las UBBJ, u organizaciones como la Asamblea de trabajadores de las UBBJ por los derechos laborales, formada después de que en julio de 2021, docentes y trabajadores se encontraron con la sorpresa de ser víctimas de múltiples despidos arbitrarios por parte del gobierno de la 4T, mediante un correo electrónico.
Lo cual fue precedido por el caso de la Escuela de Derecho Ponciano Arriaga (EDPA), hoy UBBJ sede Cuauhtémoc, que se mantuvo en paro durante varios meses en protesta, a finales de 2019 y en el primer trimestre de 2020, cuando estudiantes, administrativos y profesores se rebelaron contra Raquel Sosa, quien siguiendo la línea del gobierno de la 4T le negó los derechos laborales a los trabajadores docentes y no docentes; mientras que los estudiantes vieron mermado su derecho a recibir una educación digna.
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Problemas desde el principio
En marzo de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció la creación de las UBBJ como el programa social más importante de la 4T, que contemplaba al principio 100 nuevas universidades. Sin embargo, nunca se elaboraron reglas de operación claras para el manejo del proyecto y, como se ha señalado, no está claro hasta la fecha cuál es su verdadero alcance y funcionamiento. En su año de fundación, incluso con números optimistas se reconocía que, si las UBBJ funcionaran a su máxima capacidad, no ampliarían la cobertura ni en un 1%.
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Frente a estos reclamos, sería muy importante avanzar en la unidad entre estudiantes, profesores y trabajadores a partir de un plan de lucha unificado dentro de las UBBJ, lo cual también se requiere en la UNAM, el IPN, Chapingo y demás universidades en lucha. Esto además implica tratar de vincular a las diversas comunidades universitarias, entre sí y con el resto de las y los trabajadores de la educación.
La Asamblea Interuniversitaria que se realizó el pasado 9 de octubre con la participación de estudiantes, docentes y trabajadores de múltiples instituciones educativas, se planteó ese propósito, el cual es necesario desarrollar.
Sobre la base de la unidad en las demandas y en la movilización (que están ocurriendo justo ahora), podrían plantearse la mejora de las condiciones de estudio y laborales, enfrentando la política del gobierno de la 4T, que, hasta ahora, ha dado continuidad, y profundizado en muchos casos, a las medidas impuestas por los gobiernos anteriores contra la educación pública.
Es indispensable conquistar el aumento de presupuesto educativo, plata hay. Que sean destinados para ello, los recursos que se asignan a la Guardia Nacional, al pago de la fraudulenta deuda externa, así como de impuestos progresivos a las grandes fortunas. Y junto a ello, la basificación inmediata y plenos derechos laborales para profesores y trabajadores de todas las universidades.