La capitana del barco humanitario Sea Watch 3, Carola Rackete, será interrogada en un tribunal Sicilia después de ser detenida tras atracar en Lampedusa con 40 migrantes a bordo.
Lunes 1ro de julio de 2019 06:28
La joven alemana, de 31 años, se encuentra en arresto domiciliario desde la madrugada del sábado, cuando ingresó con su barco al puerto de la Isla italiana de Lampedusa. La capitana sabía a lo que se enfrentaba cuando levantó anclas y enfiló hacia el puerto. Pero la situación ya era insostenible en la embarcación, que se encontraba en alta mar después de haber rescatado a 40 inmigrantes hacía 17 días.
Una vez en territorio italiano, la capitana fue arrestada por la policía italiana, mientras un pequeño grupo de extrema derecha le gritaba todo tipo de insultos racistas.
Rackete ha sido trasladada a Agrigento (Sicilia) donde la fiscalía del Estado italiano solicitará la validación de su arresto. La acusan de desobedecer las ordenes de buques de guerra italianos, y por entrar sin autorización en aguas italianas, delitos que conllevan penas de 3 a 10 años de cárcel.
Matteo Salvini, ministro del interior italiano, es el principal promotor de su encarcelamiento, con la intención de sostener una política “ejemplar” de criminalización contra todas aquellas organizaciones y personas solidarias que intentar rescatar inmigrantes de una muerte segura en el Mediterráneo. Este domingo ha solicitado que se valide el arresto de Rackete y ha anunciado que en caso de que la capitana sea liberada en espera de un juicio se pedirá la expulsión inmediata del país.
La detención de Rackete ha generado tensiones en la Unión Europa. Los gobiernos de Alemania y Francia se han pronunciado en contra de la postura del gobierno italiano en este tema. El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo que "quien salva vidas no puede ser criminalizado", algo que fue rápidamente respondido por Salvini, quien le pidió ocuparse de sus asuntos. También el presidente de Siemens se ha pronunciado en Twitter en contra del arresto de Rackete afirmando que "las personas que salvan vidas no deberían ser arrestadas". El trasfondo de esta polémica es el papel de Italia como frontera exterior de la UE y uno de los principales puntos de llegada de migrantes. De conjunto, todos los países de la UE han fortalecido las políticas de mano dura contra la inmigración, reforzando vallas, acelerando deportaciones y mediante acuerdos con Turquía, Marruecos y Libia para actúen como custodios exteriores de las fronteras de la Europa fortaleza. Pero Salvini reclama políticas aun más duras y con estas acciones de xenofobia institucional busca consolidar su posición como la principal figura de extrema derecha en Europa y al interior del gobierno italiano.
La solidaridad internacional no se ha hecho esperar. En pocas horas, se ha recaudado más de medio millón de euros en una campaña on line para apoyar a la capitana alemana a sufragar sus gastos legales. También se han organizado protestas de forma urgente frente a los consulados italianos en algunas ciudades alemanas como Munich.
Rackete ha explicado que decidió atracar el barco en Lampedusa desesperada porque no se resolvía la situación de bloqueo y tras describir unas condiciones muy difíciles a bordo para los rescatados y la tripulación.
En las redes sociales y en diferentes países se ha iniciado de forma inmediata una campaña para exigir la libertad de Carol Rackete, quien se ha transformado en un símbolo de la solidaridad con los migrantes y contra las políticas de xenofobia y racismo que promueve la extrema derecha, así como también una denuncia hacia las políticas de la Unión Europea que ha transformado el mar Mediterráneo en una tumba para miles de personas que escapan del hambre y la miseria.