El pasado jueves 28 de octubre, más de mil de trabajadores de la empresa china Gissing (proveedora de automotrices) ubicada en Parque Colinas de León, en León, Guanajuato, fueron echados a la calle ilegalmente.
Martes 1ro de noviembre de 2022
De acuerdo a testimonios de trabajadores, al llegar a su trabajo se les negó la entrada; ya previamente la empresa de la manera más indolente les había notificado por WhatsApp (¡) que ya no requeriría de sus servicios. Así de fácil es para los patrones despojar de su trabajo a quienes producen la riqueza.
Esta práctica inhumana la utilizan mucho los patrones para que, una vez sin trabajo, lxs trabajadorxs tengan que aceptar sus condiciones; en otras ocasiones, la empresa se lleva la maquinaria y simplemente deja en calle a sus empleadxs. Estos ataques hacia los trabajadores son posibles gracias a que los dirigentes charros pactan con los patrones y dejan que se desgaste la resistencia.
Por ello, la dirección traidora (charra) de sindicato cetemista al frente de la planta (Sindicato de Trabajadores de la Industria Metal Mecánica, Automotriz, Similares y Conexos de la República Mexicana), en voz del dirigente Raúl de la Cruz, reconoció que la empresa ya les había avisado del cierre de la empresa; ante lo cual, no tomó ninguna medida elemental para defender el derecho al trabajo de sus afiliados.
Frente a este hecho, lxs trabajadorxs se organizaron y evitaron el despojo de su materia de trabajo, evitando así una mayor rapiña de parte de la patronal. Sin embargo, para no chocar con la empresa, esta dirección sindical cetemista, solo se dedicó a organizar el plantón de lxs despedidxs en guardias sostenido gracias a las familias de los trabajadores que llegan con comida y cobijas para apoyar sus reclamos. Pero, como expertos en evitar que los conflictos obreros se difundan y reciban la simpatía del conjunto de los sindicatos y la población de la región, se encargan de mantener aislada esta lucha.
En pláticas iniciales con la empresa estos “representantes” demostraron que a quien representan es a los dueños de la empresa, pues salieron a decir que la empresa “muestra buena voluntad” para acordar los despidos. ¿Acaso hay algo de buena voluntad patronal al dejar a familias obreras en la calle? Sobre todo cuando -como afirma el trabajador despedido Antonio Martínez- la empresa tenía seis años funcionando y las ganancias iba viento en popa. Son precisamente estas maniobras y el descontento ante las mismas las que han generado que la CTM pierda la titularidad de varios contratos colectivos de trabajo en ese estado.
Su única política es la de que se garantice por escrito los finiquitos de todos los trabajadores, así como 3 meses de salario como indemnización, más la prima de antigüedad.
Urge la solidaridad de la clase trabajadora
Ante esta situación es muy importante que todos los grupos democráticos de trabajadores, estudiantes y sindicatos que se dicen independientes, como el SINTTIA de General Motors, muestren inmediatamente solidaridad con las y los trabajadores de Gissing para que puedan recuperar su fuente de empleo y que no sean despojados.
Si la patronal argumenta crisis o bajan ganancias, exijamos la apertura de los libros de contabilidad, pues en ellos claramente se mostrara que mientras han generado cuantiosas ganancias, sobre la base del trabajo de quienes laboran ahí, ahora deciden con la mano en la cintura echarlos a la calle. Y en última instancia, como lo señalamos en medio de la pandemia ante el cierre de empresas, toda fábrica que cierre o despida puede se puesta a funcionar bajo control de sus trabajadores, pues son ellos no solo quienes mueven las maquinarias y saben el funcionamiento de la misma fábrica, sino quienes han construido esa riqueza.
No queremos más familias en la calle, y la salida no es la liquidación; exigimos la resintalación inmediata de todos los despedidos y basificación.