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Red Internacional
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Opinión. Criminalización de la juventud en el caso del multihomicidio de Celaya

En la mañanera del 6 de diciembre, AMLO dijo que los jóvenes asesinados en Celaya fueron a comprar drogas, una “sentencia” que más que ayudar a resolver el caso, apunta a criminalizar a la juventud.

Joss Espinosa

Joss Espinosa @Joss_font

Jueves 7 de diciembre de 2023

En Celaya, Guanajuato, se encontraron a 5 jóvenes, de entre 18 y 25 años, asesinados: Jesús Orozco, Fabián Orozco, Pedro Mateos, José Eduardo Freire, y Bryan Amoles, se informó que eran estudiantes de medicina en la Universidad Latina, posteriormente se encontró el cuerpo de un joven más, Giovanni Juárez de 18 años estudiante del Instituto Vicente Guerrero de Celaya, quien era también amigo de los otros 5 jóvenes.

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El miércoles 6 de diciembre, en la mañanera, AMLO aseguró que se trataba de un asunto de drogas, afirmo que: “Estos muchachos que fueron asesinados en Guanajuato, fue por el consumo, porque le fueron a comprar a alguien [droga]”, luego de aseverar esto dijo que esta se trataba de una hipótesis, que conducía una de las líneas de investigación. Es decir, aun no hay certeza de que paso con los jóvenes, pero, como se ha hecho en múltiples ocasiones, se apuesta a responsabilizarlos de su propia muerte.

No es un discurso nuevo, más aún cuando se trata de jóvenes, la justificación siempre es que “en algo andaban” para así dar carpetazo a los casos, es más fácil responsabilizar a las víctimas de lo sucedido, que reconocer que estamos ante una grave situación de violencia. Incluso cuando se ha tratado de casos de ejecuciones extrajudiciales, a cargo del ejército o la policía, la vía corta para justificar el actuar de estos, es fabricar los casos, aseverando que los jóvenes victimas tenían nexos con el narcotráfico o consumían drogas.

Estudiantes de la Universidad Latina han realizado manifestaciones exigiendo justicia y denuncian que ahora se les intenta criminalizar a sus compañeros, achacando todo al crimen organizado, y que lo que están haciendo es manchar el nombre de sus compañeros. Señalaron que la prioridad de las autoridades ha sido responsabilizar a sus compañeros, antes de indagar quienes los asesinaron.

Luego de las declaraciones que apuntan a criminalizar a los jóvenes y en repudio a la violencia, cientos de estudiantes de diversas universidades e institutos de educación media superior se movilizaron para exigir justicia y que se les deje de criminalizar a los jóvenes.

Uno de los casos más mediáticos de criminalización en este sentido fue el caso de Jorge y Javier los estudiantes del Tecnológico de Monterrey asesinados el 19 de marzo de 2010 en Nuevo León por elementos del ejército, que justificaron la ejecución diciendo que eran peligrosos sicarios y estaban “armados hasta los dientes”, versión que se denunció como falsa por los familiares y amigos, y que muchos años después se comprobó que los jóvenes no iban armados, y que fueron asesinados sin ningún motivo por elementos del ejército.

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No es un caso aislado

No es un caso aislado, en lo que va del año recordamos otros casos de homicidio múltiple, en el que el blanco han sido mujeres y hombres jóvenes, en Nuevo Laredo, Tamaulipas con 5 víctimas; Zapopan, Jalisco con 7 víctimas; Lagos de Moreno, Jalisco con 5 víctimas y; Villanueva, Zacatecas con 7 víctimas.

En el caso del multihomicidio de Nuevo Laredo el 26 de febrero de este año, la Sedena “justificó” su actuar, diciendo que la camioneta en la que iban abordo los jóvenes asesinados “iba a exceso de velocidad”, después se comprobó que los jóvenes no representaban ninguna amenaza, no llevaban armas ni drogas, y la Sedena solamente disparó a la camioneta.

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En el caso de la desaparición y asesinato de siete jóvenes trabajadores de Call center en Zapopan, Jalisco, desde su desaparición, el gobierno de Jalisco apunto a criminalizarlos y responsabilizarlos, como mencionamos en otro artículo: “El cateo al Call Center donde laboraban los jóvenes desaparecidos poca información ha dado sobre su paradero, sin embargo, pone en evidencia la precariedad de la vida de las y los trabajadores, donde el outsourcing, los bajos salarios y la violación de derechos son ley, muy a pesar de lo que pueda decir el gobierno federal.” Los jóvenes desaparecieron cuando iban hacia su trabajo.

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El 11 de agosto cinco jóvenes desaparecieron cuando se dirigían a la feria de Lagos de Moreno en Jalisco, durante días la fiscalía no dio ninguna información a los familiares, mientras en redes circulaban videos en los que se aseguraba que habían sido asesinados. Aunque se encontraron indicios del posible asesinato de los jóvenes, un mes después no se sabía aun de su paradero. Ante este caso y a pocos días de la desaparición de los jóvenes AMLO fingió no escuchar a los periodistas que preguntaban "¿Y Jalisco"? "¿Y Lagos de Moreno?", a lo que respondió con un “like” y diciendo “no escucho”. Hace a penas un par de días, a tres meses y medio de la desaparición, la Guardia Nacional “encontró” los celulares de los jóvenes, luego de un supuesto reporte a la fiscalía. Sigue sin haber respuesta, ni se sabe del paradero de los jóvenes.

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Por último, en Villanueva, Zacatecas, se dio a conocer el 25 de septiembre la desaparición de siete jóvenes de 14 a 18 años, luego de haber terminado una convivencia, fueron sustraídos del domicilio en el que se encontraban. Los familiares denunciaron que las autoridades no hicieron caso a las exigencias de búsqueda. Posteriormente fueron encontrados asesinados seis de los siete jóvenes, luego de que uno de los desaparecidos lograra escapar. Las autoridades no tardaron en afirmar que el móvil era que los jóvenes estaban vinculados al narcomenudeo. David Monreal, gobernador de Zacatecas, ante el caso dijo que el hecho se debía a la “herencia” de los viejos gobiernos, a pesar de llevar dos años en el gobierno de la entidad.

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Ante la creciente ola de violencia, son los jóvenes uno de los sectores que más son afectados, no solo se trata de estos multihomicidios, sino de muchos casos más de jóvenes a los que se les responsabiliza de su desaparición o asesinato; para las autoridades les es más fácil aseverar que “en algo andaban”, mientras que el gobierno federal sigue achacando este tipo de casos al consumo de drogas.

Los familiares de los jóvenes asesinados en Celaya y el gobernador descartan que esto sea un asunto de drogas, pero incluso, aunque lo fuera, pareciera que intentan justificar el asesinato de jóvenes, por el consumo de sustancias, pero, aunque así lo fuera, el consumo de drogas no justifica la muerte violenta de ningún joven, y sólo apuntan a la criminalización de la juventud.

Queda claro que la supuesta guerra contra el narco, y la ilegalidad de las drogas, no atenta contra los grandes capos, sino que la carne de cañón, terminan siendo jóvenes, mujeres y trabajadores; algo que solo ha justificado la presencia de militares en las calles y barrios, que, lejos de resolver el grave problema de violencia en el país, lleva a un agravamiento, pues en muchos casos se ha evidenciado el actuar de las fuerzas armadas o incluso su vinculo con bandas delincuenciales.