El mes pasado se reportó el junio más caluroso a nivel mundial, según el análisis de temperatura global de la NASA. Con un 2°C de calentamiento global, se espera que los fenómenos climáticos extremos se agraven a ritmos acelerados.
Martes 25 de julio de 2023 10:44
El último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), menciona que cada 0,5°C adicional de calentamiento provocará aumentos perceptibles en la intensidad y frecuencia de los extremos cálidos, incluyendo olas de calor. Esto ha llevado a un aumento en las temperaturas globales y regionales, lo que ha dado lugar a eventos climáticos extremos en diferentes partes del mundo.
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A principios de julio los termómetros registraron la semana más calurosa entre el día 3 y el 10 en el planeta, siendo el 6 de julio el pico, cuando el promedio de temperatura de la Tierra alcanzó los 17,23°C, sobrepasando la marca de 17,18°C.
Las olas de calor son uno de los eventos extremos más mortales y que más impacto tienen en la salud humana y en los sistemas naturales y económicos. En el último año, se han reportado olas de calor en el hemisferio norte, Europa, el norte de África, Medio Oriente, Asia y Estados Unidos. Estas temperaturas récord están afectando a la salud y condiciones de vida de la población.
Además de las olas de calor, también se han observado otros eventos climáticos extremos, como inundaciones, sequías, ciclones y tifones, que han tenido graves consecuencias para las personas y los ecosistemas. Por ejemplo, las inundaciones en diferentes partes del mundo han causado pérdidas de vidas y daños a la infraestructura, mientras que las sequías han afectado a la agricultura y el suministro de agua en países como Argentina y Uruguay.
Los incendios forestales también se han vuelto más intensos y devastadores, como se ha visto en Canadá y Grecia, donde miles de personas han sido evacuadas y vastas áreas de bosques han sido consumidas por las llamas. Estos incendios están relacionados con las altas temperaturas y las condiciones secas causadas por el cambio climático.
El cambio climático está provocando, también, aumento de la frecuencia e intensidad de ciclones, tifones y huracanes. En las regiones afectadas, esto tiene impactos significativos en la infraestructura, la vida humana, la agricultura y los ecosistemas.
En el caso del tifón Talim, que afectó a la provincia china de Guangdong y otras áreas del sur de China y Vietnam, se observó la evacuación masiva de personas para proteger sus vidas ante la llegada del ciclón. La intensidad de los vientos y las fuertes lluvias causan daños significativos a las viviendas, vehículos y áreas verdes.
En Brasil, el ciclón también causó estragos en los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, con consecuencias lamentables como la pérdida de vidas, heridos y cortes de energía generalizados.
La comunidad científica y los expertos en cambio climático advierten que estos fenómenos extremos se volverán más frecuentes y graves debido al calentamiento global, que potencia la ocurrencia de tormentas más intensas y destructivas. La urgencia de tomar medidas para frenar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es cada vez más evidente.
El "punto de no retorno" de aumento de 2°C de la temperatura global está cada vez más cerca y las consecuencias para la salud humana, los ecosistemas, las economías y la seguridad hídrica son devastadoras, especialmente para las grandes mayorías trabajadoras y sectores vulnerables que tienen menos posibilidad de enfrentar los impactos.
Por si fuera poco, no solo la crisis climática está superando límites que ponen en peligro la habitabilidad del planeta, también la desertificación, la contaminación plástica o la pérdida de biodiversidad son procesos que están evolucionando amenazadoramente.
Pero no es la humanidad en general la responsable de esta crisis ecológica, es el sistema capitalista. La clase trabajadora y los sectores populares, los primeros afectados por estos eventos cada vez más extremos, pueden imponer otra salida, en base a un programa transicional anticapitalista para evitar la catástrofe.
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