La cumbre entre los 28 países de la Unión Europea (UE) y los seis ex soviéticos de la Asociación Oriental (Ucrania, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Moldavia y Bielorrusia) que se realizó este viernes en Riga estuvo marcada por la tensión con Rusia y la crisis en Ucrania.
Sábado 23 de mayo de 2015
Foto: EFE / Valda Kalnina
Los ministros de Exteriores de los 28+6 trataron de consensuar una declaración final que dos países, Bielorrusia y Armenia, amenazaron con no firmar por incluir el término "anexión ilegal" de Crimea por parte de Rusia.
Frente a ellos, otros dos de los países del Este, Georgia y la propia Ucrania, escucharon con satisfacción como se confirmaba la voluntad comunitaria de liberalizar visados para sus ciudadanos de cara al próximo año si se cumplen todos los requisitos.
"Se van a analizar las relaciones entre la UE y la Asociación Oriental y la cuestión más difícil es Ucrania. Este país tiene un Acuerdo de Asociación con la UE y la situación que se está viviendo está enrareciendo las relaciones con Rusia", dijo el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
"Espero que la situación en Ucrania se tranquilice, que las dos partes respeten los acuerdos de Minsk y podamos dar pasos para normalizar las relaciones con Rusia, siempre que cumpla de legalidad internacional y respete la integridad territorial de Ucrania", agregó, subiendo la tensión con Rusia por la cuestión de Crimea.
En esta cumbre se siente la presencia de Rusia, a pesar de no estar presente. La crisis de Ucrania y la anexión de Crimea, hace más de un año, llevaron los enfrentamientos con la Unión Europea a su punto de máxima tensión en los últimos años.
"La Asociación Oriental no es un concurso de belleza entre Rusia y la UE. Pero, para ser sincero, la belleza cuenta", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
"Si Rusia fuera un poco más suave, más franca, más atractiva, quizá no tendría que compensar sus limitaciones con sus tácticas de acoso agresivas y destructivas contra sus vecinos", añadió, en alusión a la intervención rusa en el este de Ucrania.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, subrayó que "esta reunión no concierne al ingreso en la UE, pero tenemos que asegurarnos de que exista la perspectiva europea para todos y cada uno de los países".
"No están listos, no estamos listos. El proceso sigue su camino", dijo en referencia a una hipotética adhesión.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, dejó claro que "necesitamos hacer una diferenciación entre unos países y otros, no podemos decir que todos los mensajes son los mismos para todos los países". "Necesitamos una estrategia para traer a nuestros vecinos lo más cerca posible de la UE", declaró Schulz.
"Ucrania es un país soberano en Europa que está claramente bajo invasión, lucha por su soberanía e integridad territorial y le tenemos que apoyar", dijo el primer ministro estonio, Taavi Roivas, en abierto desafío a Rusia.
Los líderes prevén aprobar una declaración conjunta al término de su reunión mañana en la que ha habido dos elementos de tensión: la anexión de Crimea y el conflicto de Nagorno-Karabaj, disputada por Armenia y Azerbaiyán, según indicaron fuentes comunitarias.
"Creo que la situación en torno a Crimea es reconocida por todo el mundo. Y si Bielorrusia debe definir su posición y esa posición no es demasiado decidida, creo que es un problema de Bielorrusia y no de la UE", indicó el presidente ucraniano, Petró Poroshenko.
Aludía a la negativa de Bielorrusia a firmar esa declaración, que sería vista como una “declaración de hostilidades” abierta por Rusia.
Otro de los grandes temas en la agenda es la perspectiva de Ucrania y Georgia de obtener un régimen de exención de visados con la UE, algo para lo que es "muy difícil dar una fecha", según fuentes comunitarias, ya que "es una cuestión técnica y no política", y la Comisión Europea aún deberá emitir un informe al respecto a finales de año.
"Veremos el nuevo informe y, si todos los criterios están conformes, Georgia y Ucrania tendrán el año que viene visados", señaló la primera ministra letona, Laimdota Straujuma.
Frente a este acercamiento entre las antiguas repúblicas soviéticas y la Unión Europea, Rusia describió como "una oportunidad perdida" la cumbre celebrada en Riga.
"En Riga, debido a la presión (...) de algunos de los países participantes, se desperdició una nueva oportunidad de dar un paso para superar la profunda división del continente", informó la Cancillería rusa en un comunicado.
En opinión de Rusia, algunos países miembros de la UE "ejercen una negativa influencia" en dicha asociación "debido a sus históricos complejos antirrusos", en clara alusión a las tres repúblicas bálticas y a Polonia.
"La UE expresó una vez más su inadecuada postura sobre Crimea. Algunos líderes de países miembros y representantes de Bruselas aún tienen que aprender a respetar la libre elección y la voluntad popular, sobre las cuales en otros contextos tanto gustan discutir", insistió.
Se refería a la declaración final de la cumbre de Riga, en la que la expresión "anexión ilegal" de Crimea por parte de Rusia propuesta por la UE no fue apoyada unánimemente por los países de la Asociación Oriental.