Estos últimos días ha vuelto al debate la situación de la Universidad ARCIS, a raíz del posible cierre definitivo de la institución. El Estado no sólo no ha dado respuesta alguna sino que ha incrementado la incertidumbre de las y los estudiantes que actualmente se encuentran sacando sus carreras en esta casa de estudios.
Jueves 8 de diciembre de 2016
La situación actual de la Universidad ARCIS es de profunda crisis: un administrador provisional, sin acreditación, millonarias deudas y sueldos impagos. Frente a esto la Ministra Delpiano anunció el inminente cierre de la Universidad a través de una entrevista con el Diario U. de Chile. Las y los estudiantes no demoraron en responder, y este lunes 05 realizaron una toma simbólica de la institución, en crítica al Gobierno y también al Partido Comunista por sus relaciones con los controladores de la ARCIS.
Sin embargo, inmediatamente después de estos hechos, la Ministra se retracta diciendo que ella jamás habló de cierre inminente, sino de un estudio de la posibilidad del cierre, ya que esta decisión recién se tomaría en enero, dependiendo de la cantidad de matriculados que hayan para el 2017. Junto con ello, no se descarta la venta de las sedes supuestamente para continuar con el proyecto educativo, lo cual se resolvería recién a fines de enero, y donde su comprador sería la Universidad de Chile, que a su vez resolvería con esto la falta de sede para las y los compañeros de INAP, que desde hace años se encuentran sin un establecimiento digno para desarrollar sus estudios.
Por otra parte, Patricio Velasco el administrador provisional de la ARCIS, plantea que serían necesarios 573 estudiantes matriculados para que la continuación de la Universidad sea viable, lo cual evidencia un complejo escenario, teniendo en cuenta que este 2016 fueron sólo cerca de 40 las y los estudiantes matriculados.
Desde 2014, cuando estalla la crisis de la ARCIS, estudiantes, funcionarios/as y académicos/as reflexionaron entorno a la situación, concluyendo que la solución debía ser la estatización de la institución bajo control de sus tres estamentos. Sin embargo, lejos de ello, hoy el Estado se lava las manos dando como única posible solución el cierre de la institución.
Una vez más, la preocupación principal del Estado es la defensa del mercado educativo, y al igual como ocurrió con la Universidad del Mar, en vez de entregar respuestas a los estudiantes, deja a cientos en la incertidumbre respecto de las condiciones de continuación de sus estudios.
Una salida a la crisis de la ARCIS
Frente a esto, el planteamiento de la vicepresidenta de la Fech, Bárbara Brito es que "el cierre de ARCIS es un ejemplo más de cómo el mercado en la educación protege a las empresas y no a los estudiantes. Hoy, no contentos con dejar a miles de estudiantes en la calle, buscan seguir sacando plata a las instituciones del Estado, vendiendo las sedes a la Universidad de Chile en vez de expropiar sin pagarles ni un peso a quienes han lucrado, y traspasando la administración del plantel a la Universidad de Chile sin deudas y financiado completamente por el Estado. Las instituciones del Estado no tienen por qué hacerse cargo de las nefastas consecuencias del lucro en la educación, fortalecer la educación pública significa que es el Estado el que debe financiar la educación, asegurando la continuidad y término de estudios de los estudiantes".
Es el Estado el responsable de la crisis en la educación, y es el mismo Estado quien debe hacerse responsable, expropiando sin ningún pago a sus controladores, regularizando los sueldos que se encuentran impagos, condonando las deudas de las y los estudiantes y entregándoles una respuesta efectiva para su continuación de estudios, ya sea estatizando la institución a cargo de sus tres estamentos, o asegurando sus estudios en una Universidad del Estado, sin que haya ningún tipo de discriminación ni cobro hacia las y los estudiantes.
De fondo, el Estado debe asegurar la educación como derecho social para todas y todos, a través del impuesto a las grandes riquezas y de la renacionalización del cobre bajo control de sus trabajadores.
Porque la única forma en que la crisis de la educación se resolverá de forma definitiva, será con el cumplimiento de las demandas históricas del movimiento estudiantil, que conseguiremos a través de la organización y lucha por una educación gratuita universal, laica y no sexista, administrada por sus funcionarias/os, académicos/as y estudiantes, ya que sólo así se asegurará que las Universidades estén efectivamente al servicio de las y los trabajadores y el pueblo.
Nancy López
Profesora. Agrupación Nuestra Clase