El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, y el titular de Sanidad, Sajid Javid, han presentado este martes su dimisión al perder la confianza en el primer ministro británico en lo que pareciera ser un movimiento coordinado, esto pone a Johnson contra las cuerdas.
Martes 5 de julio de 2022 21:38
Boris Johnson nombra a Nadhim Zahawi como ministro de Economía, en reemplazo de Rishi Sunak. Sala del Gabinete del N° 10 de Downing Street. Fotografía: Andrew Parsons
Están siendo tiempos complicados para el gobierno del conservador Boris Johnson en el Reino Unido. A mediados de abril, la Policía Metropolitana de Londres multó al primer ministro británico y a Sunak, por las fiestas celebradas en Downing Street las residencias oficiales del primer ministro del Reino Unido y del jefe de Hacienda, en plena pandemia. Ambos anunciaron que pagaron la multa por infringir las normas de confinamiento. La medida se produce tras las revelaciones sobre las fiestas en diversas sedes del gobierno británico durante la pandemia de Covid, escándalo que se conoce con el nombre de partygate.
¿Es este el fin de los días para el primer ministro? Esto está por verse. Sajid Javid, fue el primero en salir a la palestra y apenas unos minutos después le siguió Sunak. ¿Coincidencia? ¿O movida política? Los dos ministros que han declarado haber dimitido por “principios morales” han "tolerado" tanto que parece que ha sido el cálculo político, y no los principios, lo que ha motivado sus renuncias. De hecho otro parlamentario conservador, Andrew Mitchell, planteó esta tarde: “Este es un primer ministro anormal: brillantemente carismático, muy gracioso, muy entretenido, con un gran carácter, pero me temo que no tiene ni el carácter ni el temperamento para ser nuestro primer ministro”.
La popularidad del primer ministro y de su gobierno viene cayendo en picada. Johnson fue recibido con abucheos al llegar a la Catedral de St Paul’s de Londres cuando fue a un servicio por el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II, en medio del escándalo por el partygate. Dos catastróficas elecciones extraordinarias en junio y una “revuelta” del 41% de sus diputados, que le permitió ganar la moción de confianza por un pequeño margen, sin duda han pesado fuerte al tomar la decisión.
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¿Cuál fue la gota que ha colmado el vaso?
Las dimisiones se producen en un momento en el que la presión sobre Johnson aumenta por su forma de gestionar la conducta del exdiputado Chris Pincher, Jefe Adjunto del Gobierno. El segundo del primer ministro fue suspendido como diputado del partido conservador por las acusaciones que pesan sobre él por abuso sexual sobre dos hombres en un club privado de Londres. El “caso Pincher” se produce tan solo un mes después de haber superado la moción de confianza dentro de su partido por las fiestas en Downing Street durante la pandemia.
Boris Johnson se disculpó este martes por la noche (hora del Reino Unido) por haber nombrado a Chris Pincher como Jefe Adjunto de su gobierno, a pesar de haber admitido tardíamente que sabía del mismo comportamiento de Pincher, ya en 2019. El golpe a la autoridad de Johnson se produjo tras una declaración pública del ex secretario permanente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Simon McDonald, que dejó claro que Johnson había sido informado de una investigación sobre Pincher en 2019.
De las dos renuncias, la de Sunak podría ser la más seria para el gobierno. Ambos ministros sonaban como posibles candidatos a sustituir a Johnson como líder del Partido Conservador, por lo que su salida, podría tomarse como una maniobra para desvincularse de la figura del actual primer ministro y los escándalos que le rodean de cara a sus posibles candidaturas para la elección interna.
A última hora del día, se conoció la renuncia del procurador general (jefe de los fiscales) Alex Chalk. El primer ministro frente a este salto en la crisis, por el momento optó por mostrar una suerte de reestructuración de su gabinete y realizó nuevos nombramientos: Michelle Donelan, la ministra de universidades, ha sido nombrada nueva secretaria de educación, se anunció desde Downing Street. Ella sucede a Nadhim Zahawi, quien se convertirá en el nuevo canciller tras la renuncia de Rishi Sunak.
Según las reglas actuales, hay que esperar 12 meses hasta llamar a una nueva moción de censura. Sin embargo, la dirección del Comité 1922 (que representa a los legisladores conservadores sin cargo en el gobierno) puede cambiar las reglas y habilitar otra discusión dentro de la bancada tory antes de cumplirse dicho plazo. Se espera que la próxima semana se elija una dirección anti Johnson de este Comité 1922, pero incluso la actual podría actuar ahora si considera que hay consenso en el partido dado el desarrollo de los acontecimientos.
La crisis política del gobierno se da en el marco de una económica: el crecimiento de los ingresos de los hogares del Reino Unido entre 2007 y 2018 quedó por detrás del resto de Europa, solo Grecia y Chipre están por debajo del Reino Unido. Irlanda creció en el mismo período un 6% y Francia un 10%, mientras que el Reino Unido retrocedió un 2%.
Según The Guardian una encuesta de “YouGov” de este mismo martes a la noche, encontró que el 69% de los británicos dice que Boris Johnson debería renunciar. Esto es un aumento de 11 puntos con respecto al 9 de junio.
La acción de la clase trabajadora
Una combinación tóxica de bajo crecimiento y persistente desigualdad de ingresos y un fuerte aumento del desempleo, que según el Banco de Inglaterra podría aumentar hasta el 5,5%, explican las huelgas protagonizadas por trabajadores ferroviarios y del metro a fines de junio. Por su parte, el Colegio de Abogados Penales (CBA por sus siglas en inglés) de Inglaterra y Gales anunció este lunes 4 de julio la continuación por tres días más de la huelga que iniciaron la semana pasada para pedir un aumento de los salarios por los servicios de asistencia jurídica gratuita que financia el Estado, lo que ha provocado una parálisis de la Justicia penal. Trabajadores de la salud y de la educación han amenazado con ir al paro en el otoño europeo.
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Escándalos políticos por arriba y descontento generalizado por abajo por las condiciones de vida cada vez más apremiantes es lo que está llevando a una mayor actividad huelguística de trabajadorxs (hartos de vivir décadas de neoliberalismo) como la histórica huelga de tres días del sector ferroviario. Que se desarrolle la lucha de clases en el Reino Unido es el mayor temor de la clase dominante.