Osorno tras siete días sin agua potable sigue en alerta sanitaria, mientras autoridades y gerentes de la empresa privada Essal se pronuncian testimonialmente, nada dicen de los verdaderos responsables de la contaminación y problemas de higiene que está padeciendo la población.
Viernes 19 de julio de 2019
La ciudad de Osorno lleva ya más de siete días sin suministro de agua, luego de que la empresa privada Essal, quien está a cargo del agua potable para la población, contaminara las cañerías con más de mil litros de petróleo filtrados desde un tanque, lo que trajo como consecuencia un corte de agua potable masivo que se ha extendido en la mayoría de los sectores desde el 11 de julio hasta el día de hoy.
A más de una semana, la empresa privada Essal salió a comunicar que todo se resolvería lo más pronto posible, planteando que el agua potable volvería a la normalidad el pasado miércoles 17 de julio, lo cual no fue así, con tan solo un par de horas de haberse “reparado el daño”, el agua nuevamente fue cortada, dejando a miles de familias, escuelas y hospitales sin agua potable, manteniendo la alerta sanitaria dejando al descubierto el poco interés que tienen los privados de solucionar los problemas de la población cuando se trata de mantener sus ganancias.
El rol de los empresarios: Una historia de privatización de un derecho vital
Pero, ¿quiénes son los verdaderos responsables? La privatización de servicios básicos como el suministro de agua potable fue una de las grandes herencias que nos dejó la dictadura de Pinochet, permitiendo la entrada de intereses privados e individuales, llenándose los bolsillos a costa de las necesidades básicas de la población, generando abultadas ganancias donde el Estado avalado por los gobiernos de turno, se han encargado de mantener esta lógica, al mismo tiempo que dejan en manos de privados materias de higiene y seguridad.
Los empresarios han demostrado todo lo contrario a lo largo de la historia: derrames de petróleo, quema de bosques, contaminación en el mar, el aire, inclusive las mismas personas que habitan en zonas de catástrofe como lo es Quinteros y Puchuncaví o Antofagasta con Luksic encabezando la mayor contaminación que existe en la ciudad son solo algunos de los numerosos casos en que empresas privadas se han visto involucradas en la contaminación de la población a costa de ver aumentadas sus ganancias.
En este sentido creemos que tanto el Estado con sus gobiernos de turno es responsable junto sus amigos los empresarios, que en nada les importa la vida de sus trabajadores y familias.
La solución a los problemas sanitarios y de contaminación no lo encontraremos en el gobierno de turno ni mucho menos de la mano de los empresarios. Somos nosotros las y los trabajadores en conjunto con especialistas y las comunidades aledañas quienes deben ponerse a la cabeza de organizar comisiones de higiene y seguridad en cada lugar de trabajo, en cada fábrica y empresa que contamine a causa de su saqueo, para que así se levanten organismos reales que fiscalización y prevención.
Es por esto que las empresas contaminantes deben pasar a ser nacionalizadas, sin indemnización y puesta bajo control de sus trabajadores, especialistas y comunidades cuando así lo estipulen. Sólo esto puede ser un freno a la destrucción de los empresarios y el gobierno del ecosistema y la calidad de vida de cientos de familias pobres y trabajadoras.
Gidget Guardiola
Trabajadora de la APS, Agrupación de mujeres y diversidad sexual "Pan y Rosas"