El ministro de Justicia Sergio Moro presentó su renuncia en conferencia de prensa. Lo hizo luego de que Bolsonaro confirmara la destitución del jefe de la Policía Federal, aliado de Moro. El exjuez Moro fue la pieza fundamental de la operación Lava Jato que permitió el encarcelamiento de Lula, abriendo el camino para el triunfo de Bolsonaro en las elecciones. Su salida profundiza la crisis en el Gobierno brasileño.
Viernes 24 de abril de 2020 11:58
Sergio Moro, el ministro de Justicia de Brasil renunció a su cargo este viernes profundizando la crisis política que arrastra el Gobierno de Bolsonaro.
Pieza clave de su Gobierno, Moro fue el responsable de conducir como juez federal la investigación conocida como Lava Jato, de corrupción en la petrolera estatal Petrobrás, que se basó en el nefasto método de las "delaciones premiadas" (chantaje por el que se rebajan las penas a cambio de delaciones) combinadas con operaciones mediáticas para instalar culpabilidades en la opinión pública. Mediante esta operación terminaron encarcelando al expresidente Lula y dejando el camino libre para el triunfo del ultraderechista Bolsonaro. Por esa actuación el exjuez terminó siendo ministro de Justicia de la actual administración, sin embargo hace tiempo que venía teniendo cortocircuitos dentro del Gobierno.
Moro anunció la renuncia luego de que Bolsonaro destituyera este viernes al jefe de la Policía Federal (PF), quien había sido designado por el ministro de Justicia y era considerado un hombre de máxima confianza del exjuez.
En Brasil la Policía Federal se encarga exclusivamente de las investigaciones judiciales (dependiendo directamente del Ministro de Justicia), a diferencia de la Policía Militar y las estaduales que es la que realiza tareas de las fuerzas represivas de calle.
El desplazamiento del jefe de la Policía Federal Maurício Leite Valeixo fue publicado en un decreto en el Diario Oficial de la Unión (DOU) y aumentó la tensión entre el mandatario ultraderechista y Moro, y la crisis que arrastra el Gobierno. En el Boletín Oficial el despido se publicó como "a pedido" de Valeixo y salió con las formas electrónicas de Bolsonaro y Moro.
En la conferencia de prensa Moro deslizó que con esta destitución se estaría afectando la "autonomía" de la cúpula policial, y negó haber firmado la orden del Boletín oficial, como así también que Valeixo quisiera salir del cargo y señaló que Bolsonaro quería tener control sobre la PF y sobre las investigaciones en curso. Esto último fue repetido por diferentes analistas que señalaron que Bolsonaro necesitaba una persona directa de confianza en la PF, jaqueado no solo por la crisis política sino por investigaciones judiciales en torno a su familia.
De esta manera Bolsonaro tensionó al extremo su relación con una de las principales figuras de su Gobierno, que le ayudó ralentizando las investigaciones de la PF sobre Fabrício Queiroz y utilizando el capital político de la Operación Lava Jato a favor de Bolsonaro. Fabrício Queiroz es un exasesor de Flávio Bolsonaro, el hijo mayor del presidente, y está acusado en casos de corrupción de la familia presidencial y en la relación con la banda investigada por el asesinato de la concejala de izquierda Marielle Franco. Hasta el momento Moro había garantizado que la investigación no llegue hasta los Bolsonaro.
El ahora exministro de Justicia garantizó desde la operación Lava Jato el golpe institucional de 2016 y fue un ala de la justicia golpista y manipuladora de elecciones que puso al Bolsonaro en el poder en 2018 para profundizar los ataques a los trabajadores y a la juventud. También es quien en el Foro Económico Mundial de 2019, encubrió las relaciones del presidente con Fabrício Queiroz. Dijo: "No me corresponde a mí comentar eso".
Algunos analistas señalan que su renuncia responde a preservarse y no hundirse con el presidente que él mismo ayudó a construir, lo que puede significar un retroceso en los resultados de la operación golpista Lava Jato, ya golpeada por la publicación el año pasado de una serie de chats entre el exjuez y el fiscal del caso en donde arreglaban y viciaban todos los procedimiento según sus objetivos políticos, el último de ellos el encarcelamiento de Lula.
Hasta ayer diversos medios informaban que los militares tendían a mantener a Moro en su puesto para evitar la inestabilidad del régimen, ya que el Jefe de Gabinete y militar, Braga Netto, había declarado que que el asesor de Moro "negó su salida" del Gobierno. Sin embargo, los militares estarían aún más sobrerepresentados y ganarían más poder en el Gobierno con la salida de Moro y la posible entrada del jefe de los espías de Abin (Agencia Brasileña de Inteligencia), Alexandre Ramagem.
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