El director del museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel fue denunciado por delitos contra la libertad religiosa, por presentar la exposición “Un saber realmente útil”. La Asociación Española de Abogados Cristianos presentó el 5 de noviembre una denuncia para prohibir la exhibición, y solicitó que se retiren cinco obras.
Miércoles 12 de noviembre de 2014
La obra que causó más polémica fue "Cajita de fósforos", realizada por el colectivo argentino Mujeres Públicas*. En la cajita de fósforos se lee: "La única iglesia que ilumina es la que arde. Contribuye". La asociación aduce que la obra “insulta” a la virgen e “injuria” al Papa.
Borja-Villel recibió un amplio apoyo de parte de organizaciones como el Comité Internacional de Museos y Colecciones de Arte Moderno, del que forma parte el MOMA de Nueva York, el MUAC de México, y la galería Tate de Londres, entre otras. Todas las organizaciones rechazan el intento de censura de la obra de arte.
"Las instituciones artísticas están para la libertad, el respeto y el debate, nunca para la represión, la violencia y la censura", declararon desde el CIMAM, y expresaron una "profunda preocupación por las acciones contra la libertad artística y los valores de diálogo defendidos por el Museo Reina Sofía".
"Afirmar que la obra es una incitación a la quema de iglesias es simplificar el significado y el contexto de la obra", explica en su comunicado la confederación que agrupa a varios museos de Europa. Y agregaron que la obra de Mujeres Públicas "alude a la potencia transformadora y emancipadora de algo tan pequeño y modesto como una caja de cerillas, mediante una sutil condensación de referencias históricas".
Organizaciones de mujeres, artistas y otras galerías apoyan tanto a las artistas de Mujeres Públicas como la decisión del museo. Refiriéndose a las presiones de las organizaciones religiosas, alertaron que es importante no ceder "a este tipo de presiones argumentando que la obra en cuestión hiere la sensibilidad de la ciudadanía es ceder ante aquellos que quieren imponer sus principios morales en una sociedad diversa y plural". Y agregaron que los museos son "lugares de intercambio de ideas, de conocimiento y debate. Denunciar a un artista nos hace sospechar que, para algunos, todo lo que no se ajuste a su modo de pensar tiene que ser censurado o acallado en vez de discutido o mostrado", y llaman a "que se apoye sin fisuras el derecho a la libertad de expresión".
Esta no es la primera vez que organizaciones religiosas intentan censurar obras de artes. Sin ir más lejos, en nuestro país en 2004 la Asociación Cristo Sacerdote presentó un recurso de amparo contra la retrospectiva de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta (museo de la Ciudad de Buenos Aires), con el argumento de "que no se ofendan o menoscaben los sentimientos religiosos de los habitantes o de un grupo de ellos".
En su pedido de prohibición, le solicitaba además al Gobierno de la Ciudad que no facilite instalaciones ni recursos para la exposición. El por entonces cardenal Jorge Bergoglio (hoy Papa Francisco) calificó la obra de "blasfema" en una carta pública a la comunidad católica, en la que los convocaba a hacer ayuno y orar como "un acto de reparación y petición de perdón".
La jueza Elena Libeartori clausuró la exposición y justificó su decisión en que "en este momento la sociedad vive con la sensación de un sentimiento religioso lesionado". La noche del viernes, unas 400 personas improvisaron cantos de protesta: "Atención, atención, regresó la Inquisición", y enseguida: "Qué censura, qué censura, si esto es la justicia, regresó la dictadura".
* Mujeres Públicas: Es un colectivo de artistas feministas integrado por Magdalena Pagano, Lorena Bossi y Fernanda Carrizo, recorrerá las salas junto a la investigadora, docente y especialista en arte y género María Laura Rosa con el objetivo de reflexionar sobre dicha relación.