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Red Internacional
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BATALLA CULTURAL. Cristina y la Ley de Actores

El martes, en el Salón de las Mujeres del Bicentenario hubo varias sillas destinadas a los artistas. Varios actores y actrices argentinos celebraron junto a Cristina el anuncio del anteproyecto que apunta a reconocer los derechos laborales, previsionales y de seguridad social de los trabajadores de la actuación.

Jueves 17 de septiembre de 2015

Recordando a La Casa del Teatro, que alberga a actores y actrices que no tienen recursos, Cristina contó con orgullo que en una de las recorridas que hizo por esa institución, no podía permitir que esas personas que tanto aportaron a la cultura vivan en esas condiciones. Es por eso que llamo al secretario de obras públicas y le dijo “José te vas ya a la casa del teatro y te pones en contacto con las autoridades. Y bueno, la verdad que la remodelamos toda”.

Ese fue el pie para anunciar la Ley de Actores que aporta la cobertura legal “a este universo tan particular” que “nos ha hecho reír y llorar”.

El objetivo, según se detalla en el documento, es igualar a los actores con el resto de los trabajadores reconociéndolos como empleados en relación de dependencia.

“Hay que descartar cualquier tipo de noción romántica de que los artistas deben luchar con la pobreza, y que penuria e indigencia puedan servir como acciones liberadoras de la creación.”

El fragmento de discurso de Michael Higgins - presidente de la República de Irlanda - durante la Conferencia Mundial de Teatro de la Federación Internacional de Actores 2015, le va muy bien a la presentación del anteproyecto.

Lo cínico es que solamente se use y se aplique para esta ley.

En Argentina el 51,3% de los trabajadores están precarizados. Cristina sabrá muy bien que hay una enorme proporción de estos trabajadores que está contratado, tercerizado, en negro y hasta “a destajo” como jornaleros.

Continuando con la lectura del anteproyecto, se afirma que: “es importante destacar, que esta ley, que está dirigida a un sector social específico, repercute en el conjunto de la sociedad. Por un lado, porque cuando se amplían derechos, las sociedades se vuelven más justas e igualitarias”.

Sin dudas, una novedad muy grande. Hasta se podría utilizar la misma frase que dijo Cristina en el discurso: “algunos que no son actores nos hacen reír y llorar”.
Se celebra la victoria de una supuesta batalla cultural y del trabajo pero miles de jóvenes son contratados por agencias de “trabajo eventual” no teniendo derechos a sindicalizarse, a tener protección ante accidentes de trabajo, a estar encuadrado en el convenio que corresponda y por ende se recibe un salario inferior al sector correspondiente.

Sin duda la ley es un triunfo para los trabajadores de la actuación, a los que les llego la invitación y a los miles de desconocidos que llevan adelante esa hermosa profesión, que vienen reclamando por sus derechos. Pero lo que no se puede pasar por alto es embelesar una ley que garantiza los derechos de los trabajadores de la actuación pero que sirve de telón para tapar la inestabilidad laboral a miles de trabajadores que están en permanente recambio, siendo utilizados como material descartable y de reserva para que las patronales puedan elegir entre una gran masa de trabajadores precarizados y así bajar los costos.

Recordemos que el kirchnerismo luego del 2001- bajo el impulso de la recuperación de la economía y mediante un discurso reformista- encabezó la recomposición del Estado burgués pudiendo cooptar a distintos sectores como organismos de derechos humanos, la intelectualidad progresista y miles de jóvenes honestos que pensaban en un cambio cultural.

La batalla cultural fracasó: 12 años de gobierno con las políticas de flexibilización y precarización menemistas que este gobierno mantuvo y el neoliberal de Scioli continuará, lo explica.