La carta manuscrita tiene 50 años. Fechada en Córdoba el 30 de mayo de 1969, en el medio del Cordobazo, fue escrita por un joven recibido a amigos de Buenos Aires. Reproducimos fragmentos de la misma.
Sábado 1ro de junio de 2019 14:47
“LA LOCURA, INCREIBLE, INDESCRIPTIBLE, la "muestra gratis" de la revolución. 29 y 30 de mayo son jornadas históricas por encima de motivaciones, instrumentación u objetivos o intercambios. Esto es verdaderamente maravilloso y extraordinario. Todo absolutamente todo es insignificante frente a los acontecimientos históricos. TODO EL PUEBLO DE CORDOBA, en especial la clase obrera y los estudiantes.
En este momento estoy en casa y siento bastante cerca los disparos y el tableteo de las ametralladoras. Son las 21 horas del 30 de mayo, la ciudad fue totalmente tomada. Todo el centro, Nueva Córdoba, Alberdi, Alto Alberdi, Villa Páez, Barrio San Martín, Observatorio, Güemes, Bella Vista, Villa Urquiza, Villa Libertador, Talleres, Yofre, parte del Barrio General Paz. Destacamentos policiales asaltados y destruidos. El comando del Ejército de la calle Santa Rosa fue tomado y destruido. Xerox, la Citroen, sucursales de bancos, Thompson & Williams, el club de suboficiales de Aeronáutica, Gas del Estado, etcétera, etcétera, y miles de etcéteras: tomados, saqueados y destruidos. En la Cañada: sillas, ventiladores y todo lo que puedas imaginar (no en las calles, sino adentro de la Cañada). En cada esquina de los barrios nombrados una barricada, una hoguera. No había casa, salvo Nueva Córdoba, que no prestase su SOLIDARIDAD ACTIVA. TODO EL PUEBLO SE PLEGÓ ACTIVAMENTE. Por la Colón todo destruido, hasta habían volteado las columnas de cemento de la luz.
Estaba planeado el abandono de los lugares de trabajo a las 11 horas del 29 de mayo. En el centro en diversas esquinas comenzamos a juntarnos. Estaban los obreros de Luz y Fuerza, empleados, estudiantes, militantes, los del SMATA del turno de la tarde que salíeron del sindicato, metalúrgicos y fuimos ocupando el centro. La policía comenzaba a desaparecer y replegarse. En cada esquina se juntaban 150, 100, 200 personas. Actos relámpagos, slogans, gritos, vidrieras rotas, hogueras, barricadas. Apareció la Federal, hubo corridas. El escuadrón, carrera, pedrea, era rechazados. Sacaban sus 45 y tiraban a matar. En una de las corridas y pedrea en Humberto Primo y Rivera Indarte cae un herido de bala en el brazo, a otro una bala le roza la cabeza; pero fueron rechazados por la pedrea. Las familias abren sus puertas y han acogido a quien sea. Puteadas contra la policía. Solidaridad.
En Rivera Indarte y San Martin, Agustín Tosco da la señal de inicio con una pistola 22. Son pasadas las 11 horas y hay gran asombro porque la policía provincial desaparecía, solo la Federal con gases seguían intentando reprimir.
Pocas corridas, cuadra a cuadra se ocupa el centro con autos incendiados. Pasada la una del mediodía es atacada la Municipalidad. Un rastrojero en una esquina es incendiado en Cañada y 27 de abril, y en Cañada y Dean Funes se incendia otro más. Y más autos, camiones y cualquier objeto es incendiado en cada esquina. Pasan unos 40 compañeros y un policía saca la 45 y detiene a un compañero. Nuestra respuesta inmediata hace que el policía lo suelte, enfunda y se aleje. El centro a eso de las 13 hs ya no pertenecía a las fuerzas del "orden". Reinaba un nuevo orden. Más libre.
Caseros y La Cañada, unas muchachas que estaban en la puerta de su casa critican algunos actos de violencia de las "fuerzas populares". Diez minutos después se pliegan haciendo barricadas y prendiendo fuego. Es asaltada una rotisería o una confitería , La saquean. Botellas de vino y sidra se abren, se empieza a tomar y tiran las botellas en la calle. Un compañero (un militante) arenga al grupo: explica que todo eso corresponde a todos nosotros pero que no se debe beber, que no se debe "aprovechar" la situación. Inmediatamente aplausos y todos dejan de beber y las botellas se tiran llenas a la calle.
Después de las 11 salen los obreros de la Kaiser, avanzan por Velez Sarfield. La policía los intercepta poco después de pasar el Hospital Privado. Los obreros se abren en abanico, avanzan por el campo y las barrancas; y apedrean. Nuevos enfrentamientos en Plaza de la Paz, se lucha incluso cuerpo a cuerpo. No los consiguen parar. La columna avanza cerca de la estación de omnibus : 4 muertos según se dicen con pistolas 45. Pero la policía es derrotada y se repliega. Parte de la columna llega al centro y se une con el resto. Gran parte se desvía a Barrio Güemes. Se atrinchera en ese sector. Todo lo que pasa allí es extraordinario. La solidaridad llega a grados inimaginables. Al mismo tiempo se va tomando Alberdi, el Barrio Clínicas. TODO. La policía provincial desaparece del todo. Se cuenta que cuatro policías se entregan en la seccional décima a los obreros, entregan armas, brazos en alto.
En San Juan aparece un gran cartel: “LUCHA OBRERA”. Y una bandera argentina.
¡Importante: NADIE, EN NINGUNA PARTE, EN NINGÚN MOMENTO lanza una consigna peronista. Las consignas son contra el gobierno o la policía, o clasistas. Un rumor persistente, algunos dicen que los vieron: 300 policías se entregan en la Jefatura de policía. No quieren reprimir. El MIEDO ha hecho estragos en las fuerzas policiales. Ya cerca de las 14 horas toda la ciudad es del PUEBLO. No hay casa ni calle donde no reine el júbilo, el gusto al triunfo. Muchos heridos, se hablar de 4 o 5 muertos aunque no se sabe con precisión.
Tres y media de la tarde el gobierno anuncia que a las 17 horas entrara el Ejército. Yo pienso que debemos replegarnos, resistir al Ejército va a ser imposible, además ¿para qué? Los principios de la guerrilla deben ponerse en práctica. En este momento el pueblo está en inferioridad frente al Ejército. Triunfar sobre éste es imposible. Y aún triunfando ¿qué? Córdoba no es el país. La resistencia puede ser muy escasa. Pero en ese momento nadie piensa en eso. La ciudad es del pueblo. El pueblo quiere quedarse.
Pero entra el Ejército, algunos intentan resistir. Y de pronto a las 18 horas de la tarde no hay luz en ninguna calle de la ciudad. El Ejército no puede controlar toda la ciudad, el Barrio Clínicas sigue tomado. Y cuando se repliegan como en varios barrios se hacen fuertes. Al Ejército se le hace difícil seguir. Se incendia una nueva terminal de ómnibus y hay muchos incendios más. Los combatientes son alojados en las casas, adentro se discute y se habla de política, de revolución, de socialismo.
El pueblo clama por tener protagonismo. El 30 amanece y la ciudad en parte seguía en manos del pueblo. El Ejército controlaba pequeños sectores, impiden el acceso al centro porque allí estaban ellos. Pero hubo tiroteos, en Suxes, en Banco Nación y en otros edificios como un hotel frente al ferrocarril Mitre. Por la mañana se organiza otra manifestación y hay enfrentamientos en la Plaza Colón.
Ayer a las 20:30 horas toque de queda hasta las 6:30 horas. Hoy el toque de queda comenzó a las 17 hs. Escucho la radio: “incendio en FORJA, en la seccional 13. El barrio Clínicas fue controlado por el Ejército y la Gendarmería. Han cesado los tiroteos”. El comando dice: “en una hora fue ocupado el barrio Clínicas”. La verdad es que comenzaron a avanzar a eso del mediodía y recién pudieron tomarlo cinco horas después. Si es que esto es cierto.
Ya hay sentencia del consejo de Guerra. Ocho años a un obrero de Kaiser, tres años a otro. Ocupan el sindicato del SMATA y de Luz y Fueza. A Tosco le arman un Consejo de Guerra igual que a Torres. A las 17:30 horas estuve en el barrio Velez Sarfield y se sienten disparos aislados. Intenso tiroteo en Bella Vista. La única parte de la ciudad sin incidentes es Colón y Alta Córdoba, aunque ahora hay lucha en el Hospital del Niño y en Jujuy al 3000. Hay un joven de 18 años herido de bala.
Todo la heroicidad de nuestra clase obrera, de los estudiantes. Toda la solidaridad de todos. Todo el clima. Todo esto tan distinto. Todo tan extraordinario que no te lo puedo trasmitir. Tantas cosas pierden valor. Se ve tan cerca la posibilidad de la revolución. Y tan lejos también: la falta de la organización revolucionaria. No sé qué pasa en el resto del país, aquí la prensa está censurada. Dejo las evaluaciones para después, habrá que extraer experiencias pero todo lo vivido en estos días es intransmisible (y para ser clásico): no se aprende en los libros. ¡Cuantos cuadros encierra en su seno la clase obrera!”.
Y nuestro amigo en el tiempo cierra su carta con cuestiones personales. La carta no sólo es un documento histórico interesante por la detallada descripción de los hechos sino también porque es un reflejo fiel de cómo el Cordobazo transformó la conciencia de los obreros llegando a cuestionar al Estado y al orden capitalista.
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