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Red Internacional
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Opinión. Crónica de la precarización: "No somos los invisibles"

Las y los trabajadores precarizados se cuentan por millones en el país, nos llegó a este medio el relato de un trabajador tercerizado de una de las principales empresas de telecomunicaciones, la multimillonaria Movistar. Acá reproducimos su testimonio.

Viernes 30 de septiembre de 2022

Soy trabajador telefónico, para una empresa tercerizada de Movistar. Mis días transcurren yendo de instalación en instalación, cobrando por productividad, lo que deja poco tiempo para parar en medio de la jornada. Pero una escena interrumpió la rutina.

Laburando por San Miguel paso por una esquina y veo un poste caído, enseguida freno y me doy cuenta que es uno de los tantos postes a los que me subí yo alguna vez. Cuando veo algo así es imposible no pensar en Matias Dimuro, compañero instalador de la empresa Claro, subcontratado de Polymon, que murió cayéndose de un poste.

En seguida veo un par de compañeros mirando la misma imagen, me acerco y nos ponemos a hablar. Me cuentan que el día anterior se había caído un pibe, un compañero nuestro, porque el poste estaba podrido o algo así; que estuvo en el piso por media hora esperando una ambulancia y que no podían saber cómo estaba ahora porque no lo conocían.

Esa terrible situación la vieron las vecinas del lugar, que también contaron cómo nuestro compañero llamó a su jefe y recibió como respuesta un “por qué llamaste a la ART si te caíste solo”. Tanta indignación les generó la insensibilidad del tipo en el altavoz que ellas se metieron para decirle que ellas vieron cómo se cayó el poste, en su impotencia trataron de interferir para ayudarlo.

Seguimos hablando entre nosotros, sabemos que lo que sucedió en aquella esquina de San Miguel pasa en otros lados y va a seguir pasando en cualquier momento. Porque nosotros nos subimos a postes en peores condiciones y es evidente que las empresas no hacen los mantenimientos mínimos necesarios para prevenir. Incluso llegamos a imaginar qué bueno sería poder usar camiones especiales para poder subir de forma más segura y no tener que estar trepando arriesgándonos a todo tipo de peligros.

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La charla sigue y les cuento que yo estoy en una tercerizada, una empresa que brinda sus servicios a distintas empresas, entre ellas a Movistar y ellos me cuentan que están en una subcontratada, un escalón más de precariedad, como estuve yo los primeros cuatro años. Me contaron de sus condiciones laborales, los derechos que no tienen, que son aún peores que las mías.

Me doy cuenta que ellos veían como algo bueno poder pasar a una empresa tercerizada para tener mejores condiciones, una aspiración muy pobre a la que te hace resignarte este sistema, pero yo les decía que las condiciones son las mismas solo que ganas un poquito más. Cómo es de brutal la precarización de la vida que estas empresas nos hacen creer que lo mejor es estar en una tercerizada en vez de una subcontratada, como una pequeña mejora dentro de lo malo, cuando todos sabemos que somos trabajadores de Movistar y tenemos que ser efectivos de Movistar.

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Pero es difícil aspirar a esa igualdad de derechos cuando hay dirigentes sindicales que no levantan nuestros reclamos, que son cómplices de los negocios de las empresas, que son responsables y cómplices de la tercerización, que por eso son incapaces de pelear por nuestro pase a planta.

Nos vamos cada uno por su lado porque ya perdimos mucho tiempo y como nuestro sueldo depende de la producción no nos queda otra que seguir subiéndonos a los postes. Me voy masticando bronca y pensando que a pesar de que trabajamos en soledad, instalando cada uno por su cuenta, sin poder compartir la bronca y la indignación, muchas veces viendo el lujo y los paraísos a los que nosotros nunca podremos acceder, otras veces viendo la pobreza y la miseria, me voy pensando que la única forma es romper ese aislamiento, juntarnos miles de trabajadores, tercerizados y de planta permanente, para que ya no haya más Matías Dimuro, para conquistar un trabajo legítimo y con derechos, para que se nos reconozca por lo que somos, no somos ni trabajadores de segunda, ni descartables, ni invisibles. Y también me voy pensando que eso es algo tan grande que sólo lo vamos a poder conquistar peleando junto con todos los que tengan ganas de cambiar todas estas injusticias de raíz.