Escándalo político. Cruces, judicialización y operaciones políticas por el avión venezolano en Ezeiza

Un avión venezolano varado en Ezeiza se convirtió en el principal tema de debate nacional este lunes. La razón tiene que ver con que en el mismo viajaban, además de 14 ciudadanos de ese país, otras cinco personas de origen iraní. Según informaciones brindadas desde el mismo Gobierno argentino, una de las mismas se encuentra vinculada a las Fuerzas Quds, que integran la Guardia Revolucionaria de Irán. A esa organización es que EE. UU. -uno de las potencias que impulsó el último genocidio en nuestro país- define hipócritamente como "terrorista".

El avión está en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini desde el pasado 8 de junio. Había llegado desde Córdoba, donde tuvo que aterrizar dos días antes por la niebla. Según las versiones que se conocen, intentó partir hacia Uruguay pero las autoridades de ese país se negaron a dejarlo aterrizar. En ese marco, ya sin combustible, tuvo que volver a Ezeiza.

El centro de la discusión, como se dijo, está puesto en la presencia de cinco personas de origen iraní. Las mismas se encontrarían vinculadas al Estado iraní. Por decisión del Poder Judicial, a estas personas se les retuvieron los pasaportes, por lo que no pueden salir del país. Esto lo decidió el juez federal Federico Villena.

Una de las polémicas se centra en la cuestión de como logró arriba el avión al país. En declaraciones ante diversos medios, el ministro de Seguridad Aníbal Fernández afirmó que no existían razones para que el avión no ingresara al país. Fue también él quien indicó que uno de los tripulares del avión se encontraba vinculado al grupo Quds. Citando información de inteligencia extranjera, Fernández dijo que “la aeronave había sido operada por una compañía aérea relacionada con esta organización militar de Irán. Los miembros y las empresas de la fuerza Quds fueron marcadas como terroristas por el departamento del tesoro de los Estados Unidos en octubre de 2007″.

El avión está registrado como parte de la empresa Emtrasur, con sede en Caracas. Sin embargo, antes perteneció a la compañía iraní Mahan Air. La misma -otra vez según el Gobierno de EE.UU.- funcionaría bajo la órbita de Quds.

Apenas conocida la noticia, se puso en movimiento el fuerte lobby pro-Estado de Israel que existe en el país. En la mañana de este lunes la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) se presentó ante el Poder Judicial para ser querellante en la causa abierta. En el comunicado que se difundió a los medios, la DAIA indica que "al dejar entrar a este avión se puso en riesgo no solo la seguridad de todo nuestro país, sino de América del Sur. Dejarlos ir a los tripulantes sin haberlos indagado al respecto (...) sería una oportunidad perdida de poder ayudar a combatir el terrorismo internacional". Hay que recordar que la DAIA es vocera de las posiciones del Estado terrorista de Israel.

En la misma sintonía, la oposición de derecha, salió a la escena política para sumarse a ese lobby sionista que busca demonizar a todas las naciones y pueblos que el imperialismo norteamericano ubica en la lista de "terroristas". Uno de los que habló fue el diputado de Juntos por el Cambio Gerardo Milman, ex funcionario del Ministerio de Seguridad en tiempos de Patricia Bullrich y cuyo apellido aparece ligado al crimen de Estado -aun impune- de Santiago Maldonado. El legislador derechista salió a hablar una "operación de inteligencia iraní y venezolana”.

No hace falta compartir los métodos que usan diversas organizaciones políticas y sociales -como aquellas ligadas al Estado de Irán para entender y compartir el masivo rechazo que existe en Medio Oriente a los Estados de EE.UU. e Israel. Este último, actuando con métodos terroristas, ataca y asesina de manera permanente a la población palestina. Esa brutalidad viene quedando en evidencia en los recientes asesinatos cometidos contra periodistas de ese origen.

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