La ex presidenta se refirió por primera vez a la causa de los cuadernos, y a las acusaciones que pesan contra ella.
Viernes 17 de agosto de 2018 16:19
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se expresó esta tarde por primera vez sobre la causa de las fotocopias de los cuadernos del ex chofer Oscar Centeno.
La ex mandataria y actual senadora lo hizo a través de un texto que compartió en redes sociales.
En el mismo, aseguró que "nunca nadie" le pagó nada por "llevar adelante ninguna de las medidas" de sus Gobiernos y, en un giro retórico habitual del relato kirchnerista, achacó sus problemas judiciales a haber afectado "intereses económicos concentrados y hegemónicos muy poderosos". Años atrás, a la inversa, afirmaba que durante sus gobiernos los empresarios "se la habían llevado en pala".
En la carta, titulada "Sobre pijamas, dormitorios y decretos en la Argentina macrista arrepentida", la exmandataria critica el proceso llevado a cabo por el juez Claudio Bonadio -que dirige esta y otras causas que la afectan y a quien ha recusado varias veces- y el "manejo extorsivo" que asegura se está haciendo de la figura del "arrepentido".
Hasta ahora, varios de los empresarios pasaron a ser ’arrepentidos’ -figura legal que otorga beneficios penales para los que "colaboren" con la Justicia- y puestos en libertad condicional, entre ellos Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri y ex propietario de la constructora Iecsa, que declaró que fue presionado para aportar pagos a las campañas electorales kirchneristas.
Además, el exfuncionario Claudio Uberti, extitular del Órgano de Control de Concesiones Viales y también imputado colaborador, llegó a "reconocer" que le llevaba a Kirchner bolsos con dinero que recaudaba en las concesionarias viales y que en algunas ocasiones Fernández estaba presente.
La última declaración fuerte la dio ayer Gabriel Romero, quien afirmó que pagó 600.000 dólares para que Cristina Kirchner firmara el decreto de extensión de la concesión a su empresa, hasta el 2021, del mantenimiento de la hidrovía del Paraná.
"En un verdadero menú de "arrepentidos" a la carta, el Sr. Gabriel Romero dice haber pagado dinero por la firma de ese decreto que (...) era para mí obligatorio firmar", señala la exmandataria.
"En todo caso, sería muy interesante que el Sr. Romero indicara a quién y cómo le pagó, porque a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis gobiernos", remarcó.
La senadora, tras una larga explicación de cómo se gestó ese decreto, aseveró que su intervención como presidenta se limitó a lo único que podía hacer: "ratificar lo actuado y resuelto" por varios organismos públicos y la intervención del Congreso a través de la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Facultades Delegadas al Poder Ejecutivo, sin cuya aprobación "no hubiera habido decreto".
"He decidido no hacer comentarios sobre remiseros (chóferes) ’arrepentidos’ que dicen haberme visto en pijama, ni opinar sobre exfuncionarios de cuarta línea, también ’arrepentidos’, que nunca formaron parte de mis dos presidencias, pero que describen excursiones casi turísticas en mi dormitorio", comienza la carta de la expresidenta.
Sin embargo, destacó que la declaración de Romero la llevó a cambiar de opinión y volvió a insistir en que el Gobierno de Macri, que ha provocado que el país "se esté cayendo a pedazos en medio de una verdadera catástrofe económica y social", está influyendo en su situación judicial.