La derecha ha buscado en reiteradas ocasiones abanderarse cínicamente con la defensa de los derechos humanos para golpear a la izquierda. Es por esto que ahora se encuentran denunciando a la parlamentaria del PRO, Marisela Santibañez, por sus dichos en contra de Jaime Guzman. Todo un reality show por parte de la derecha.
Miércoles 16 de enero de 2019
"Son declaraciones que demuestran un desprecio absoluto a la democracia (...) estamos convencidos de que este cobarde ataque a la familia de Jaime Guzmán deja al descubierto lo peor del ser humano. Justificar lo injustificable sólo deja al descubierto una admiración por la cultura de la muerte que muchos en la izquierda avalan y promueven”. Estas fueron las declaraciones de Javier Macaya, jefe de la bancada de parlamentarios de la UDI, quien se encargó de ser el portavoz del cínico discurso a favor de los DD.HH. de la jornada.
Es por esto que a modo de protesta han decidido “congelar” su participación dentro de lo que corresponde a la comisión de ética del congreso, aseverando que: "Nosotros vamos a congelar nuestra participación en la comisión de Etica, porque no confiamos que hoy, bajo las reglas que se han impuesto, en el accionar de esta comisión, dejen de actuar en una lógica partidista y de trinchera".
Sin embargo, estas declaraciones no podrían que encontrarse más que en el marco de un show mediático que intenta realizar la derecha, abanderándose con los DD.HH. para desplazar la oposición y perfilarse como una alternativa política democrática. Ya que a todas luces la derecha no es más que la continuidad por otros medios de la dictadura militar de Augusto Pinochet, es por esto que sectores de la derecha defienden abiertamente a la dictadura, y han empeñado sus dos años de gobierno en mantener y profundizar los pilares de ésta, ya sea en materia de pensiones con las AFP, el código laboral, la constitución de 1980, la educación de mercado, el oponerse al derecho al aborto de millones de mujeres, oponerse al matrimonio igualitario e incluso velar por la militarización y el terrorismo de Estado en el Wallmapu que cobró recientemente la vida del joven comunero mapuche Camilo Catrillanca.
Es la misma derecha defensora de los genocidas que se encuentran hospedados en Punta Peuco, la misma derecha que conmemora a Pinochet, la misma derecha que avala la represión y el abuso policial en huelgas y manifestaciones, y es la misma derecha la que busca retomar el legado sumamente conservador y neoliberal de Jaime Guzmán, uno de los mayores autores intelectuales del genocidio que fue la dictadura cívico-militar en Chile.
Es esta la “democracia” que defiende la derecha: una democracia blindada por una policía asesina, fraudulenta y corrupta, al servicio de grandes empresarios y terratenientes que destruyen el ecosistema para engordar sus bolsillos; una “democracia” con leyes y jueces a su favor, esa misma democracia que tomó la vida de Camilo Catrillanca y que mantiene en la impunidad a Andrés Chadwick es la que ellos defienden; una democracia para ricos y poderosos.
