La provincia de Buenos Aires en el centro de todas las miradas. La Izquierda Diario habló con los analistas políticos Marcelo Leiras y Luis Tonelli para confirmar que lo único seguro es la incertidumbre.

Eduardo Castilla X: @castillaeduardo
Sábado 29 de julio de 2017
Fotos de archivo
Apenas dos semanas separan al país de las PASO. Lo único que podría afirmarse con certeza es que reina la incertidumbre. La misma tiene una sola “ventaja”, si se nos permite la utilización del término. Puede ser circunscripta a la provincia de Buenos Aires.
En el vasto territorio que concentra a casi el 40 % del padrón electoral nacional, se concentran preguntas y dudas. Muchas, incluso, no podrán ser respondidas ni en la noche del 13 de agosto, ni en la mañana del lunes 14. Las PASO, criticadas por propios y ajenos en las últimas semanas, volverán a actuar como lo que son. Una enorme encuesta nacional que resultados científicamente más serios que las que se publican a diario. Pedir más sería injusto…o ilusorio.
En ese marco, para las principales fuerzas políticas burguesas, el escenario dista de generar emoción. Un poco por lo números de las encuestas; otro por la vacuidad de su propio discurso. Es que el límite de sus programas y propuestas está puesto por aquello que permite el gran empresariado. Para macristas, massistas y kirchneristas, las ganancias empresariales son casi sagradas. Hasta allí llega lo que pueden proponer o no.
Como bien señala a La Izquierda Diario el politólogo Marcelo Leiras “los discursos de los principales candidatos no ofrecen ninguna novedad y los escándalos de corrupción solo parecen conmover a los que ya estaban convencidos de su oposición al kirchnerismo”.
La semana que terminó podrá pasar a la historia como la de la “gran farsa”. Los defensores de las cuentas offshore en los paraísos fiscales o del trabajo en negro en el campo, se vistieron para una función de gala donde destilaron enrojecidos discursos contra “la corrupción kirchnerista”. Julio De Vido fue el nombre elegido para la obra de teatro.
El mismo ex ministro de Planificación no tuvo empacho en participar de la misma y hacer el papel de víctima irredenta. Él se disfrazó de luchador incansable por un “proyecto popular” con el que, recordemos, se enriqueció sideralmente junto a muchos otros funcionarios de la gestión kirchnerista.
Pero volvamos a lo que ocurre o puede ocurrir en ese monstruo que ha sido bautizado “provincia de Buenos Aires”.
Para Cambiemos el escenario está lejos de ser alentador. Los globos amarillos pueden terminarse pinchando muy rápido. Incluso ni siquiera ser sacado de las bolsas. Las encuestas muestran a sus candidatos debajo de la lista de Unidad Ciudadana o en un virtual empate técnico que no podría poner feliz a nadie. Hace pocos días, el siempre poco entusiasta Esteban Bullrich tuvo que reconocer que, valga la redundancia, “no es tan conocido como Vidal o Macri”.
Si con eso no alcanzara, el ex funcionario nacional tiene ya pocos amigos en un sector de la sociedad extendido: los y las docentes. Bullrich pasó meses y meses maltratándolos. Eso tendrá su peso a la hora de votar.
El oficialismo, además, sufre los límites de su propio relato. “Billetera mata galán”, es el aforismo que hizo conocido un personaje de la decadente farándula argentina. En ese caso, parafraseando (muy) libremente, se podría decir que “billetera vacía” mata cualquier relato sobre “la esperanza” o “el futuro”.
Política de tercios
Para Leiras “los votos legislativos se dividieron aproximadamente en tercios en la primera vuelta de 2015. No veo muchos motivos por los que esa división pudiera ser muy distinta hoy. La interpretación común de la división de 2015 me parece verosímil: un tercio de los votantes sigue muy identificado con la experiencia kirchnerista, otro tercio es crítico de los últimos años del kirchnerismo pero no rechaza de plano la experiencia del FpV, y otro tercio es opositor fuerte y visceral del kirchnerismo. La economía no da señales fuertes, ni positivas ni negativas, que puedan convencer a partes de esos electorados a cambiar de bando. ¿Qué motivo fuerte hay para que el electorado se agrupe de modo muy distinto a 2015? No veo ninguno”.
Por su parte, partiendo de un escenario económico negativo, Luis Tonelli le dice a La Izquierda Diario que “hay algunos que piensan que la culpa la tiene el anterior Gobierno, y centra su demanda en el juicio y castigo a la corrupción. Hay otros que creen que la culpa la tiene el neoliberalismo del Gobierno, y quieren preparar el retorno de la ex presidenta al poder. Y por último, hay un tercer sector que reparte culpas por igual. La cuestión es la medida de cada tercio. O sea, quien de los tres tiene el tercio más largo”.
Para el habitual columnista de El Estadista “estamos viendo quizás una foto de una película que puede cambiar, en un electorado tan líquido como el bonaerense. En el 2015 Vidal sacó en las PASO 30 puntos y el FpV sumado 40. En la general, los números se invirtieron: Vidal sacó 40 puntos y Aníbal Fernández 30. Todo puede pasar. Incluso, nada”.
La frase suena divertida. Hay que reconocer que pone sobre el tapete lo incierto del panorama electoral.
Para ambos analistas, la polarización aparece lejos de hacerse dueña de la situación. Las encuestas leen la misma situación. Ninguna otorga un diferencial claro a favor de nadie. Allí Massa mantiene su cómodo tercer lugar. Por ahora, no logra ocupar el total de la famosa “ancha avenida del medio”. Para dar pasos en ese camino, sale a rapiñar los votos de Randazzo, el hombre que parece haber cometido el error de cantar retruco con un 4 de copas.
¿Qué se puede decir del político que, todo parece indicar, fue por lana y volvió esquilmado?
“Que Massa conserve sus votos tiene que ver con que la oferta de los extremos (kirchnerismo y Cambiemos) no logran atraer al centro. Randazzo todavía no se ha apropiado de ninguna segmento del electorado; quizás lo haga cuando explique porque se presenta, o sea, contra que y quien se presenta”, afirma, irónico como siempre, Tonelli.
Leiras, desde otro lugar, se pregunta “¿cuántas formas de oponerse al kirchnerismo sin rechazar al peronismo puede haber? A mí me parece que una sola y ese lugar lo ocupa Massa desde 2013 y lo ocupa muy bien. Randazzo solo puede aspirar a quienes tienen una opinión muy positiva de su gestión como ministro o aspiran a darle un voto de confianza para 2019 o más adelante. No está mal como comienzo de una carrera independiente pero, sí, parece poco respecto de lo que pudo haber cosechado como gobernador de Buenos Aires si corría en 2015”.
“Todo lo que tiene un principio tiene un final”, le dirá un embarrado agente Smith a Neo, en la tercera y última entrega de Matrix. Habrá que ver si, en el caso de Randazzo, ese proceso de comprime marcadamente. Agosto tal vez dirá.
Mirando hacia la izquierda
Como no podía ser de otra manera, el Frente de Izquierda aparece en la charla. Con un excesivo tono duranbarbista, Luis Tonelli dirá que “la izquierda tiene posibilidades de crecimiento. El punto es en qué medida quiere sucumbir a la política de candidatos. Pueden crecer si se convierten en personajes mediáticos, a los que la gente vote por ellos, o porque quieren votar a alguien antisistema”.
Las últimas semanas mostraron una “mediatización novedosa” de los candidatos del Frente de Izquierda. Millones de personas pudieron ver a Nicolás del Caño, Myriam Bregman o Christian Castillo entre otros, acompañado la lucha de los trabajadores de PepsiCo.
De la resistencia a la represión el pasado 13 de Julio, a la marcha a Congreso de este miércoles pasado, canales de televisión, radios y sitios de internet, mostraron un protagonismo de la izquierda que tiene alto impacto. El precepto de Tonelli se cumple sobradamente.
Ante la misma consulta Marcelo Leiras afirma que “los candidatos de izquierda suelen tener buenos desempeños en las elecciones legislativas de mitad del mandato. La disolución completa del espacio de centroizquierda (siempre pequeño en la provincia de Buenos Aires) puede darle algún aire adicional a los candidatos de la izquierda clasista”.
Hace pocos días, cuando desde la usina mediática oficialista y la misma coalición Cambiemos se disparaba abiertamente contra la izquierda, señalábamos que “la izquierda troska asoma en un escenario marcado por la derechización del kirchnerismo, que busca desesperadamente los votos “ciudadanos”.
El escenario, lejos de revertirse, parece inclinarse en esa dirección conforme se acerca el 13 de agosto. Este cronista está suscripto al canal de Telegram de la ex presidenta de la nación. Hasta el momento no ha recibido ningún mensaje que llame a luchar realmente contra el ajuste.
Al cierre de esta nota, él último mensaje recibido se titula “el Gobierno nos va a escuchar en los votos”. Algo bastante alejado de resistir el ajuste en curso.

Eduardo Castilla
Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.