La secretaría de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen inauguró la segunda jornada de la Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica. Durante su discurso Nielsen señaló que EE.UU. continuará el trabajo conjunto con México, Honduras, Guatemala y El Salvador para “definir pasos concretos contra las organizaciones criminales, la inmigración y el narcotráfico”.
Viernes 12 de octubre de 2018 17:20
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, llamó la atención a Guatemala, Honduras y el Salvador sobre sus vínculos comerciales con países como China, durante la la Segunda Conferencia sobre la Prosperidad y la Seguridad en Centroamérica en Washington, de la que fue anfitrión junto con México.
Pence recibió en la sede del Departamento de Estado al presidente de Guatemala, Jimmy Morales, al mandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández y al vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz. “Les digo a cada uno de los países representados aquí, en nombre de mi gobierno, en un momento en que ustedes construyen asociaciones comerciales con otras naciones como China, les pedimos que se concentren y les pedimos transparencia y que piensen en sus, y en nuestros, intereses a largo plazo", dijo Pence.
La conferencia, centrada en el tema de la migración, también contó con la participación del canciller mexicano, Luis Videgaray, y el secretario de gobernación (interior), Alfonso Navarrete. Videgaray realizó énfasis en la necesidad de acciones concretas como resultado de esta segunda cumbre, pero enfocado en el desmantelamiento de grupos criminales que se dedican al tráfico de inmigrantes y la trata de personas.
Sin embargo, el gobierno mexicano ha demostrado en los últimos sexenios su política servil a los intereses del imperialismo estadounidense con el Plan Frontera Sur, pues actúa como la migra del país del norte en contra de los derechos humanos de cientos de miles de trabajadores centroamericanos que cruzan en país y que quedan en manos de los cárteles del narcotráfico; siendo blanco de abusos, trabajo forzado, desaparición o en fosas clandestinas. Cuestión por la cual México ha recibido del gobierno de Estados Unidos, a través de la Iniciativa Mérida, más de 100 millones de dólares.
Esta conferencia tuvo que ser reprogramada luego de que en septiembre Estados Unidos retiró sus embajadores en El Salvador, República Dominicana y a su encargada de negocios en Panamá, luego de que estos países restablecieran sus relaciones con China y rompieran con Taiwán. Y es que hay que señalar Taiwán y China mantienen desde hace años una relación comercial y diplomática con países en desarrollo, prometiendoles apoyo económico y otras ayudas a cambio de reconocimiento diplomático.
Para muestra están megaproyectos como la ampliación del Canal de Panamá o la construcción del Canal Interoceánico en Nicaragua; en el caso de este último se realiza a través de los planes de la concesionaria china HKND que ha conseguido la concesión para construir y administrar el canal por 50 años, (renovables por otros 50), una vía interoceánica de 278 kilómetros que pretende desplazar a cientos de campesinos en el trazado de la ruta, mientras que ecologistas advierten de daños al lago Cocibolca, la segunda fuente de agua dulce de América Latina después del Titicaca, de Perú y Bolivia.
Detener el flujo migratorio y profundizar la injerencia yanqui
Después de que el presidente estadounidense Donald Trump lanzó la política de “tolerancia cero” frente a la inmigración clandestina, más de 2,300 menores fueron separados de sus padres, que habían cruzado ilegalmente la frontera estadounidense. Al respecto, Pence señaló que los líderes centroamericanos debían enviar un mensaje a sus ciudadanos: “Si no pueden venir a Estados Unidos legalmente, no deberían venir”.
Mediante el pacto denominado Alianza para la Prosperidad, Washington otorga ayuda financiera para implementar programas que mejoren las condiciones de seguridad y crear oportunidades de desarrollo para frenar la migración. A cambio, el gobierno de Estados Unidos ha obtenido importantes concesiones que apuntan a profundizar los lazos que atan al conjunto de la región a todo un plan de despojo y entrega de recursos.
A este panorama se incluye el hecho de que más de 500,000 personas cruzan la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos. La mayoría son centroamericanos que escapan de la violencia, la pobreza generada por los gobiernos de la región del istmo y las actuales crisis políticas que enfrenta la población. Tal es el caso de Nicaragua con los más de 5 meses de crisis política y el latente cuestionamiento al gobierno de Daniel Ortega o el reciente escándalo por actos ilícitos durante la campaña electoral de Jimmy Morales en Guatemala.
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