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Red Internacional
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Magisterio. Curso de Moral Cristiana: atentado de la USICAMM contra la educación laica

El pasado 14 de febrero la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) publicó el catálogo de cursos para quienes desean ingresar al servicio docente en el ciclo escolar 2022-2023.

Miércoles 23 de febrero de 2022

La publicación del catálogo de cientos de actividades, talleres y cursos extracurriculares causó preocupación y cuestionamientos la incorporación de un curso de “Moral Cristiana”, impartido desde el Instituto Villa del Espíritu Santo, perteneciente a la Diócesis de Coatzacoalcos, Veracruz.

Dentro de los cursos que imparte esta institución de educación normal particular, también se encuentran dos cursos más: uno de competencias digitales y otro de equidad de género. Pese a que esta institución es considerada de educación superior, se ha señalado la ironía de que una escuela controlada por la iglesia puede dar cursos de equidad de género, ya que este sector, vinculado a la jerarquía católica mexicana y al igual que en todo el mundo, siempre ha estado en contra de los derechos de las mujeres, como recientemente lo mostró un sacerdote en Coahuila, quién llamó a matar a mujeres que abortaron.

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Cabe señalar que completar dichos cursos genera puntos que se toman en cuenta al momento de seleccionar a las o los maestros que formarán parte del servicio. Por otra parte, algo que también se considera para el sistema de puntos y que fue denunciado por los normalistas en su momento es la experiencia docente, en la cual los jóvenes recién egresados de las escuelas ─a comparación de quienes ya imparten clases─ se ven en completa desventaja, lo cual generó descontento desde el ciclo escolar anterior.

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Inicio y extinción del laicismo educativo

Después de la independencia de México y durante todo el siglo XIX, la iglesia católica peleó infinidad de batallas para poder conservar sus privilegios; sin embargo, el proyecto juarista que incluía la introducción de la economía capitalista al estilo anglosajón logró expulsar, a través de las guerras y Leyes de Reforma, a la iglesia de tareas específicas de la vida civil: desde el control de panteones y el registro civil, hasta la expulsión de los ministros de culto de la educación pública, pasando por el desmantelamiento de los conventos.

Al término de la Revolución Mexicana se puso en el centro del debate nacional la necesidad de un proyecto educativo de alta envergadura para la reconstrucción del país y su paso a la industrialización. El modelo tenía que empalmar con la consolidación de un proyecto político-económico de desacralización, que durante décadas mantuvo a la iglesia y demás corporaciones religiosas fuera (al menos en el texto constitucional) de la impartición de educación básica, particularmente desde la introducción del modelo de “educación socialista” de Lázaro Cárdenas.

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El laicismo en México comenzó a quebrarse inclusive desde antes de la modificación constitucional que les otorgó la posibilidad de abrir escuelas particulares en los años 90, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y mediante la intervención del entonces Papa Juan Pablo II. El texto constitucional, en su fracción IV decía:

“Las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos y las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente, realicen actividades educativas, además de las asociaciones o sociedades ligadas con la propaganda de cualquier credo religioso, no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal, y la destinada a obreros o a campesinos”. Artículo 3° en 1946.

Este texto simplemente fue borrado mediante una reforma educativa de 1992, para que las iglesias y demás corporaciones religiosas pudiesen impartir educación en distintos niveles de manera abierta. Para el caso del Instituto Villa del Espíritu Santo, que imparte los programas de educación normal para nivel preescolar y primaria, su registro de validez oficial fue otorgado en 1996.

Hasta el momento del cierre de esta edición, ni la USICAMM ni la Secretaría de Educación Pública han emitido comunicado alguno respecto a estos cursos que se ofertan en el catálogo.

Las y los docentes de la Agrupación Nuestra Clase consideramos que esta cuestión muestra que parte del avance de la iglesia en la educación está vinculado al avance de las escuelas particulares (que cubren hasta el 30% de la matrícula total nacional), y que este último está relacionado con el abandono del Estado hacia la educación pública.

Lo anterior, en el marco del papel que ha jugado la 4T en su relación con las iglesias, desde la campaña electoral del 2018, con la polémica alianza del Morena y los evangélicos del PES. Luego, por ejemplo, con la elaboración y distribución de la “Cartilla Moral” para las escuelas y en general con los discursos de López Obrador apelando a la religión, poniendo a cada tanto en entredicho el carácter laico del Estado.

Las y los trabajadores de la educación tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar esta situación. A través de la movilización, la organización y la recuperación de nuestros sindicatos podemos comenzar a dar una lucha por la reconstrucción del sistema educativo público, para garantizar el carácter laico de la educación y que realmente cubra las necesidades de los hijos e hijas del pueblo trabajador.