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Red Internacional
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DÍA DEL ALBAÑIL. Damnificados de Multifamiliar Tlalpan agradecen a trabajadores de la construcción

El pasado 3 de mayo vecinos del Multifamiliar Tlalpan agradecieron a trabajadores de la construcción por su solidaridad y ser los primeros en ofrecer su apoyo.

Viernes 4 de mayo de 2018

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Pero papá -le dijo Joseph, llorando-. Si dios no existe ¿quién hizo el mundo?
– Tonto -dijo el obrero cabizbajo, casi en secreto- Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles.

(Texto de Eduardo Galeano. Tomado de El libro de los abrazos)

El sismo que sorprendió a la Ciudad de México, no solo rompió con el mito millenial (por ahí nos acusaban de apáticos e indolentes), sino que demostró la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud que se organizaron y fueron los primeros en llegar y mostraron su resistencia a la maquinaria que llevó el gobierno para tapar a los verdaderos responsables de la tragedia que son las constructoras, que fabrican “edificios de papel”.

Los obreros de la construcción que estaban trabajando en edificios aledaños a las zonas de desastre fueron los primeros en llegar con sus cascos, herramientas mostrando su solidaridad y poniendo sus conocimientos y habilidades al servicio de los damnificados, sin descansar hasta encontrar a una persona con vida, mostrando una gran solidaridad de clase.

En la página de facebook del Multifamiliar Tlalpan escribieron

“Cientos de trabajadoras y trabajadores anónimos de la construcción permanecieron por días luego del sismo. Quienes seguimos en resistencia no lo olvidaremos nunca y lo agradeceremos siempre. Celebramos hoy con ustedes por su generosidad, desinterés y altruismo cuando fue más necesario.”

Pero los que dieron su vida, su tiempo, los que construyen las grandes ciudades, puentes, caminos, los constructores del mundo, se enfrentan a malas condiciones de vida, prácticamente dejan su vida en las grandes construcciones.

El verdadero rostro de los trabajadores de la construcción

Muchos de los trabajadores de la construcción, en especial de los que trabajan en las grandes constructoras tienen que dejar por meses a sus familias en espera de un mejor trabajo, pero no solo se enfrentan a eso, por ejemplo, en México mueren alrededor de 220 trabajadores al año, ya que en las obras no cuentan con las medidas adecuadas de seguridad.

Además el 70 por ciento no cuenta con seguro social y miles están subcontratados de manera temporal, sin contar que su salario en las grandes constructoras es de alrededor de 110 pesos por día, poco mas de 3 mil pesos al mes, mientras las grandes empresas se quedan con decenas de millones de pesos por edificio, sin importarle la vida de los albañiles y demás trabajadores de la construcción ni, por supuesto, la de las personas que ahorraron o se endeudarán de por vida para tener una casa. Y eso pasa en también en los países más desarrollados donde muestran que es 4 a 6 veces mayor el riesgo de sufrir un accidente o morir en el trabajo.

El capitalismo mata, lentamente, haciéndonos pasar hambre y graves accidentes no sólo en sus megaconstrucciones. Por ello los trabajadores tenemos que organizarnos para revertir esta delicada situación de precarización constante del trabajo. Hay que sindicalizar a los que no lo están y dotarles de seguro social y contratos colectivos de trabajo, recuperando los sindicatos y poniéndolos en manos de los trabajadores, desplazando a la infame burocracia sindical, en especial los trabajadores de la construcción.