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Red Internacional
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Estreno. Danubio: una de espías y comunistas en el Festival de Mar del Plata

Este jueves se estrena la película de Agustina Pérez Rial, ficción y documental sobre cine política y censura en Argentina. Dialogamos con la directora.

Violeta Bruck

Violeta Bruck @Violeta_Bk

Miércoles 8 de marzo de 2023 16:03

Danubio es un ensayo audiovisual, que cruza ficción y documental, en un minucioso trabajo con materiales de archivo diversos. Fotografías, informes desclasificados de inteligencia, fragmentos de noticieros cinematográficos y películas de ficción, junto a un universo sonoro construído con voces íntimas y personales, música, ambientes que nos transportan a otra época. Un dispositivo que construye una historia de espías, ambientada en Argentina, más precisamente en el Festival de Cine de Mar del Plata del año 1968.

La dictadura de Onganía busca a través del Festival de Cine mostrar una imagen de apertura al mundo, pero detrás de las pantallas continúan la censura y la represión, y a fuego lento, crece una resistencia social que pronto estallará. La cultura es parte de esto, y la película recrea la historia de unos servicios de inteligencia que en medio de la “guerra fría” vigilan la infiltración del comunismo en el mundo del cine.
En la edición de 1968 viajan a Mar del Plata delegaciones de los países de Europa del Este, una mujer inmigrante eslava les traduce la agenda de un festival conflictivo: huelga de actores, películas censuradas. Los archivos muestran una ciudad de Mar del Plata que se convierte en teatro de operaciones de una militarización en crecimiento, la Sociedad Cultural Danubio como centro de la paranoia policial.

La película de Agustina Pérez Rial obtuvo tres importantes premios en la 36 edición del Festival de Cine de Mar del Plata, 2021. Dialogamos con ella a propósito de su estreno en salas.

TRAILER DANUBIO from FIØRD estudio on Vimeo.

¿Cuál fue el puntapié inicial y los disparadores para Danubio?

El disparador de Danubio fueron un conjunto de archivos desclasificados de inteligencia. La idea nace de un legajo de tres hojas de la DIPBA, la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires: EL LEGAJO N° 381, CARPETA N° 12, “IX FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE - VARIOS”. Un texto escrito por la burocracia policial bonaerense a fines de los sesenta. El gran desafío era ponerle imágenes a esa historia. Los primeros años de la película la búsqueda de archivos se combinó con filmaciones y entrevistas (a militantes del PC, a inmigrantes eslavos, a referentes del cine y la cultura como José Martínez Suárez o Martín Fernando Peña, o conocedores del universo de la inteligencia en el país como el periodista Carlos Pagni - estos materiales hoy están en parte disponibles bajo la forma de cápsulas de difusión con el título #danubiodescalasificado. Sin embargo, con el correr de los años y la investigación, la multiplicación de los archivos nos devolvió una visualidad que desconocíamos y que cada vez nos fascinaba más sobre los años sesenta, el Festival y la ciudad. Fue en ese proceso de encuentro con los materiales cuando decidimos hacer de Danubio un relato híbrido docuficcional realizado íntegramente con materiales de archivo. La construcción de Danubio como una película de espías fue producto de la decantación de diferentes pruebas -más o menos fallidas- de poner en escena la historia que queríamos narrar, y para la que sentíamos que en un formato documental tradicional no resultaba su mejor opción.
Una motivación importante para mí en la realización de la película es que yo nací en Mar del Plata en 1982, me vine a vivir a Buenos Aires a los 9 por el trabajo de mi viejo, artista plástico segunda generación de marplatenses.
Algo que intuía, pero que la distancia, los retornos y mi propio crecimiento me devolvió en relación a Mar del Plata, se vinculaba al reverso de la icónica Ciudad Feliz de postal que cala en el imaginario vacacional argentino. Además de ser eso tres meses al año, entre enero y marzo, Mar del Plata me devolvía como en un espejo invertido el vacío del invierno, su hostilidad paisajística y social, que cuando traducía en cosas como las tasas de desocupación que ostentaba ante cada crisis o los raptos de filo derecha que la atravesaban.
En ese legajo que Paulina me compartió se hablaba de algo secreto que dejaba intuir una trama oculta, surcada, a su vez, por varias subtramas: la Guerra Fría, el festival de cine, la militancia. Todo eso me pareció materia prima interesante, desconocida y fascinante para pensar una pelicula que permitiera hablar de esa ciudad -y lo oculto en ella- desde uno de sus principales eventos histórico culturales, el Festival Internacional de Cine.

¿Qué decisiones atravesaron la realización y el montaje para combinar una reconstrucción ficcional con una investigación y documentos de archivo?

La película está construida como una ficción de época hecha con fragmentos de archivos y una voz en off femenina que los hilvana y cuenta una historia posible -no verdadera pero sí verosímil-, de una joven eslava en los años sesenta que se interroga sobre su condición de migrante, su militancia política, sus colectivos de pertenencia. En ella converge una época y algunas preguntas que siguen resonando hoy en el presente: las tensiones entre el peronismo y la izquierda, la relación entre cine y política, la inteligencia y las paranoias que cada estructura de poder construye y alimenta. El antagonista en la película, la DIPBA, la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, fue construido a través de extractos de los informes de inteligencia y del trabajo minucioso de Manuel Embalse, responsable del diseño sonoro del film por darle una personalidad sonora a la persecusión. El espionaje en el film no sigue la lógica de un imaginario a lo James Bond, en Danubio el espía es un burócrata que junta y recopila papeles, que anota datos banales, que luego se "usan" desde lugares de poder.
Creo que con la guionista, Paulina, y la montajista, Natalia Labaké, logramos sortear el peligro de una película que se convirtiera en un catálogo de procedimientos formales sobre los archivos y encontramos una forma que nos habilitó rigor de investigación pero también narración y fugas ensayísticas. El proceso de montaje fue muy extenso. El archivo es muy tirano. Con Natalia hablamos muchas veces de la “aporía” de montar archivos. Por un lado, la duración de los planos, que nos obligaron en muchos casos a aplicar retimes sobre los materiales para que las escenas duraran lo que necesitábamos, por otro, las fotografías que podían durar lo que quisiéramos, pero que también requerían de todo un trabajo sonoro para ingresar en la narración audiovisual. Danubio está hecha de una manera muy artesanal, con un equipo que desde la producción y postproducción sonora y visual hizo un trabajo de orfebrería por que las piezas pudieran encastrar en una narración coherente y cohesiva.

Cine, política y censura recorren Danubio. ¿Cómo nos interpela esta temática en nuestros días?

El cruce entre cine, política y censura estaba en la génesis misma de la película. Lo que los años de trabajo e investigación con los materiales nos fueron dando es una complejización cada vez más grande de la época y la posibilidad de construir un “estar ahí” a través de los materiales de archivo y los testimonios que fuimos relevando. Una cosa es pensar en abstracto las persecuciones que el onganiato realizó en la década del sesenta a la cultura o los cortes que le hacían a películas que venían “del otro lado de la Cortina de Hierro” cuando pensaban en el cine como un vehículo ideológico clave para la expansión del comunismo. Otra cosa es ver de primera mano las lógicas de esa persecusión, sus huellas, sus escritos, sus miopías. Creo que uno de los valores de Danubio es reponer una época, los sesenta, en un intento de situar sus lógicas políticas y culturales desde las formas de hacer y decir de muchxs de sus actores: los medios de prensa y la policía (a través de las filmaciones de Canal 10), los líderes políticos (Sucesos Argentinos) o la publicidad (el corto institucional de LOWE, la distribuidora de publicidad para cines que ópera como un resumen de las teorías comunicaciones de la época, encabezadas por la teoría de la aguja hipodérmica). Creo que estas son temáticas que hoy nos interpelan de manera directa. Quizá el medio del que más se desconfía hoy (en términos de paranoias institucionales y persecuciones) no es el cine, pero aunque ese objeto cultural de vigilancia se haya desplazado, la inteligencia y sus paranoias tienen una vigencia que no para de reactualizar sus signos.

Danubio se estrena en la Sala Leopoldo Lugones / Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530

Los horarios son:
9, 10, 11 y 12 de marzo a las 21 horas
14, 15 y 16 a las 18 horas


Violeta Bruck

Nació en La Plata en abril de 1975. Prof en Comunicación Audiovisual (egresada UNLP). Miembro de Contraimagen, realizadora de los documentales Memoria para reincidentes y La internacional del fin del mundo

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