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Red Internacional
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IMPOSICIÓN AUTORITARIA Y USURPACIÓN. De cómo el gobierno pisotea brutalmente la voluntad del pueblo de Simón Planas

En el municipio Simón Planas (Lara) ganó ampliamente un candidato respaldado por las bases chavistas y partidos aliados del gobierno, pero el CNE proclamó alcalde al candidato perdedor, del PSUV. Hay indignación y movilización popular, aunque choca con los límites de quienes dirigen.

Jueves 28 de diciembre de 2017

Lo que está ocurriendo en el municipio Simón Planas, en el estado Lara, es sencillamente nefasto, totalmente antidemocrático, condenable por donde se le mire. El PSUV, el partido de gobierno, apoyado en el control del Consejo Nacional Electoral (CNE) y, por supuesto, de las Fuerzas Armadas, está usurpando descaradamente la voluntad popular de sus habitantes, al imponer como alcalde a su candidato perdedor, quien obtuvo el 34% de los votos, más de veinte puntos por debajo de Ángel Prado, que obtuvo 57% de los votos, y a quien le niegan el triunfo.

Para el PSUV todo, para los demás nada

El PSUV ha condenado a la alianza de gobierno, el “Gran Polo Patriótico” (GPP), a la desaparición, a pesar de las reiteradas peticiones y lamentos impotentes de sus aliados subordinados (PCV, PPT, etc.) de que lo retome. Así en estas elecciones de alcaldes el PSUV/Gobierno se encargó –a través del CNE– de hacer las cien y un trampas antidemocráticas para obstaculizar el paso a candidaturas diferentes a las suyas, nada nuevo en el comportamiento del PSUV, solo que esta vez enfiló bastante contra los partidos menores que apoyan al gobierno: impedimento de postulaciones, negativas a cambiar los nombres en las tarjetas para que apareciera el nombre correcto, e incluso adjudicación de triunfos a candidatos perdedores.

En el caso este municipio larense, la particularidad es que el candidato expresa un sector real de las bases organizadas. Esta imposición es la coronación de una férrea voluntad del partido de gobierno de imponer a como diera lugar a su representante, aún contra la amplia y evidente voluntad del pueblo simonplanense, de mayoría chavista, para colmo de la “paradoja”: es la cúpula gobernante cada vez más aislada incluso de sus propias bases, y maltratando hasta más no poder a sus propios partidos aliados.

El municipio tiene amplia presencia de lo que el gobierno dio en llamar “comunas”, es decir, básicamente la vinculación territorial de las actividades productivas de la zona – organizadas desde los Consejos Comunales y generalmente financiadas por el Estado–, así como la organización para co-gestionar con el gobierno nacional o local los servicios públicos. De tal suerte que sus habitantes, con importante presencia de pequeños productores agrícolas –aunque no solamente– se definen a sí mismos como “comuneros”, y desde esa identidad política impulsaron a Ángel Prado, como “candidato chavista y comunero”. Sin lugar a dudas, expresión de las bases chavistas de Simón Planas. Ángel Prado, además, venía de apoyar la “Constituyente” amañada del gobierno y de hecho es parte de esta como “constituyentista”.

Sin embargo, el gobierno optó por no tolerar siquiera esta expresión por fuera del control del PSUV. El CNE negó la posibilidad de inscribir la candidatura de Prado bajo la modalidad legal de iniciativa propia, que estuvo respaldada por firmas que representaban ¡el 32% del padrón electoral! Cuatro partidos del GPP (PCV, MEP, Tupamaros, ORA) ofrecieron su tarjeta para que se pudiera postular y de hecho lo inscribieron ante el CNE, en tanto uno más (el PPT) logró cambiar el nombre inicial de su candidato (el del PSUV) por el de Ángel Prado, según consta en la Resolución Nro. 17/11/09/-00 del 13 de noviembre de la propia Junta Electoral Municipal de Simón Planas.

Pero nuevos obstáculos surgieron: a la directiva de la fraudulenta y “plenipotenciaria” ANC se le ocurrió que ningún miembro de la “Constituyente” podría presentarse como candidato a alcalde sin contar con el aval escrito de la directiva de la ANC, no ya de la Asamblea como tal, sino de su directiva, y así se lo hizo saber al CNE. No hay ninguna ley que establezca tal imposibilidad o incompatibilidad entre ser constituyentista y postularse para alcalde, pero como la ANC, o mejor dicho, su directiva, es omnipotente, decidió que así sería… una proscripción ad hoc que solo sirvió, en el caso de Lara, para impedir la inscripción de Prado, puesto que otros miembros de la ANC por el mismo estado pudieron presentarse como candidatos sin ningún problema. Una movilización de unas mil personas de Lara vino a Caracas a acompañar a Prado en su petición formal ante la directiva de la ANC del “permiso” para postularse, solicitud que nunca fue respondida, no le dijeron ni sí ni no.

El MEP cedió a las presiones del gobierno (y a su propio oportunismo), desistiendo de prestar su tarjeta a Prado, los otros la mantuvieron, aunque finalmente solo la tarjeta del PPT aparecía en el tarjetón electoral, y fue allí donde se volcó el voto hacia él. Sin embargo, los votos obtenidos por Ángel Prado el 10 de diciembre no le son reconocidos, los votos de Prado le fueron adjudicados al candidato del PSUV (Jean Ortíz), el nombre que inicialmente había postulado el PPT, a pesar de que la propia Junta Electoral Municipal emitió la resolución en la que admitía el cambio de nombre del candidato postulado.

El mismo día de las elecciones tanto el mismo Prado como varios miembros de su movimiento comunero fueron hostigados por diversas vías por agentes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la contrainteligencia militar (DGCIM), quienes apresaron a tres dirigentes de base, uno de ellos durante 24 horas.

Movilización e indignación

El CNE decidió colocar a un usurpador en la alcaldía de Simón Planas, proclamando como alcalde al candidato del PSUV, Jean Ortíz.El 12 de diciembre una multitud movilizada exigía el reconocimiento del triunfo de Ángel Prado, el CNE y el gobierno (es decir, una y la misma cosa) no solo hicieron caso omiso a la exigencia popular, sino que, como ya es su costumbre, respondieron con un amplio despliegue de guardias nacionales, frenando así la movilización.

La movilización se ha mantenido estos días, con asambleas y concentraciones en la plaza Bolívar del municipio y frente a la sede de la Alcaldía. Sin embargo, es firme la decisión del PSUV/gobierno de pisotear el derecho democrático elemental del pueblo trabajador y pobre de Simón Planas de tener el alcalde que eligieron. Pero la movilización no se choca solo con esta pared autoritaria del gobierno, sino también con los grandes límites que le pone la propia dirección del movimiento, el propio candidato y el PPT: al ser parte del apoyo al gobierno y a su deriva cada vez más bonapartista (mayor concentración de poderes en el Ejecutivo, uso discrecional y autoritario del mismo, a expensas de otros poderes y mecanismos de la propia democracia burguesa), son impotentes para llevar hasta el final la lucha democrática de las bases populares, y no trazan ninguna perspectiva de lucha seria para imponer la voluntad del pueblo movilizado.

Prado, el PPT, el PCV y demás partidos de la alianza gubernamental, han avalado prácticamente todo el fortalecimiento de los mecanismos autoritarios, fraudulentos y militaristas del gobierno de Maduro: el Estado de excepción, la represión a las manifestaciones, la fraudulenta ANC, las medidas desde el Ejecutivo contra las gobernaciones que no logró ganar, etcétera. Lamentablemente, el pueblo de Simón Planas está siendo hoy víctima, pisoteado, por ese gran poder bonapartista que su propio dirigente y los partidos que lo apoyan han contribuido a fortalecer.

La necesidad de la movilización independiente, trascender los límites del “pueblo chavista”

Los trostkistas de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), que nos hemos mantenido opuestos por izquierda al gobierno de Maduro y a los de Chávez, reconocemos plenamente el derecho democrático elemental del pueblo de Simón Planas contra esta brutal usurpación e imposición del gobierno. Consideramos que la posibilidad de hacer valer su voluntad es desarrollando la movilización de manera totalmente independiente del gobierno y los partidos que lo apoyan, así como por supuesto de la MUD y cualquier figurón oportunista de la derecha que quiera pescar en río revuelto.

Permanecer en apoyo al gobierno bonapartista y sus medidas, pero pedir que una de esas medidas no lo afecten a uno, no solo es contradictorio sino que pone una camisa de fuerzas a la posibilidad de desplegar una lucha decidida, hasta el final, contra el enemigo que está pisoteando la voluntad del pueblo. Y ese es el callejón sin salida al que los partidos y dirigentes chavistas de Simón Planas llevan la lucha democrática de los “comuneros”. Han expresado públicamente la molestia, recogido firmas entre intelectuales, ex ministros, referentes y corrientes del chavismo, pero identificando todo como una lucha de quienes están “comprometidos con la revolución bolivariana”, reconociendo a la ANC acudiendo a ella para que reconozca el triunfo de Prado, y pidiendo un pronunciamiento del TSJ (el mismo que el gobierno maneja a su antojo), sin tender ningún puente hacia las corrientes de izquierda, las organizaciones de trabajadores y las amplias franjas del pueblo trabajador que no se identifican con el chavismo y que, más aún, hoy se encuentra movilizado por el descontento ante la terrible crisis que nos están descargando los empresarios y… ¡el gobierno!

En este caso la política de los dirigentes es combatir a “la burocracia” gobernante colocando expectativas de solución en las instancias de las mismas instituciones del régimen, y desde la identidad de “pueblo chavista” fiel a la “revolución bolivariana” y al gobierno, enclaustrando la lucha democrática del pueblo comunero de Simón Planas en esos estrechos límites, cerrándole la posibilidad de establecer alianzas con otras identidades y sectores del pueblo en lucha, bloqueando la posibilidad de que crezca la solidaridad con esta lucha más allá de quienes se asumen hoy como “pueblo chavista” afín al gobierno, anulando la posibilidad de que esta pelea democrática empalme con el conjunto del descontento y protestas que hoy viene realizando el pueblo trabajador contra el hambre, la escasez, la carestía de la vida, la falta de servicios, las falsas promesas del gobierno. Esa sería la única perspectiva realista de forjar la suficiente fuerza popular como para vencer la imposición autoritaria del gobierno en Simón Planas.

En años recientes, la clase obrera de nuestro país tiene amargas experiencias de esta política equivocada de direcciones que pretenden resistir a ataques del gobierno llamando a la solidaridad solo de los que… apoyan al gobierno. En 2009 se desarrolló la gran lucha de los trabajadores de la Mitsubishi en Anzoátegui, debiendo enfrentar elasesinato de dos obreros en una brutal represión por parte de la policía regional, a cargo de Tarek William Saab, entonces gobernador (hoy Fiscal designado por la fraudulenta ANC), así como las amenazas del gobierno de nuevas represiones a manos de la GNB, y finalmente el despido de activistas y el desmantelamiento del sindicato que encabezaba la lucha. El resultado fue una derrota terrible. La corriente que dirigía la lucha (la CMR) sostuvo una línea política de bloquear cualquier posibilidad de alianza y pedido de solidaridad que no fuera con quienes apoyaban al gobierno.

Si en 2009 era equivocado y contraproducente para las luchas limitar las posibilidades de articulación y solidaridad solo a quienes apoyaran al gobierno, hoy lo es mucho más, cuando es una amplia mayoría de los trabajadores y sectores populares la que se oponen a este nefasto gobierno, y busca las vías para ponerse en pie y luchar con sus propios métodos, y en su propio nombre, por sus derechos más elementales, tanto económicos como democráticos


Ángel Arias

Sociólogo venezolano, nacido en 1983, ex dirigente estudiantil de la UCV, militante de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) y columnista de La Izquierda Diario Venezuela.

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