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Red Internacional
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Actualidad. De la expropiación petrolera a la reforma energética

Se cumplen 78 desde que Lázaro Cárdenas realizó la expropiación petrolera. Ahora, el remate de los hidrocarburos y el desguace de Pemex están en curso.

Viernes 18 de marzo de 2016

Transcurría la década de 1930. El movimiento obrero se estaba organizando en México. A inicios de 1936, 21 sindicatos petroleros conformaron el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que adhirió a la CTM.

En julio de ese año, el nuevo sindicato elaboró un proyecto de convenio colectivo que incluía como demandas:

  •  Jurisdicción del sindicato sobre todos los empleados, excepto algunos técnicos y ejecutivos.
  •  Control por parte del sindicato de la contratación y el despido.
  •  Semana laboral de 40 horas.
  •  Mejoramiento del servicio médico y la aprobación de un plan de pensiones.
  •  Mejores condiciones de alojamiento en los campos petrolíferos.
  •  Dieciocho días de descanso obligatorio en el año.
  •  Vacaciones de 25 a 60 días dependiendo de la antigüedad del trabajador.
  •  Transporte gratuito al lugar elegido de vacaciones por el trabajador.
  •  Incremento salarial de 26 millones de pesos y otras prestaciones.

    Las empresas se opusieron. El gobierno pidió posponer la huelga unos días. El sindicato anunció la huelga para el día 29. Cárdenas intervino: propuso que en un plazo de seis meses se realizara una convención para debatir sobre el nuevo convenio.

    La huelga petrolera

    Inició el 28 de mayo de 1937, y contó con el apoyo de la CTM. Duró 13 días: se vio afectado el transporte, que no podía dar servicio por falta de combustible, y los tranvías eléctricos no alcanzaban, las industrias casi cerraron, la economía nacional redujo su actividad al mínimo: nada funcionaba (ni funciona) sin petróleo.

    Quedó de manifiesto el enorme poder de los petroleros de paralizar el conjunto de la producción. De nuevo, Cárdenas les pidió a los trabajadores que levantaran la huelga, cuestión que aceptaron el 9 de junio.

    El Frente Popular y el petróleo

    La dirigencia del sindicato y la CTM habían resuelto que “frente a la lucha imperialista, la única táctica de lucha posible es la táctica de un frente popular. ¿Cómo realizar la táctica del frente popular frente a la actitud de las empresas imperialistas del petróleo? Ligando los intereses del movimiento obrero y el pueblo de México junto con los intereses del gobierno nacional, hacer un frente común el sector proletariado y el pueblo, frente a las empresas imperialistas”.

    Así contuvieron la lucha obrera y la subordinaron a la vía “legal” y las necesidades del gobierno, en vez de mantener su independencia política.

    El sindicato presentó ante la Junta Nacional de Conciliación y Arbitraje un conflicto colectivo de carácter económico. Ésta emitió su laudo el 18 de diciembre: condenó a las empresas a pagar 26 millones de pesos en aumento de salarios y prestaciones.

    Los representantes de los empresarios plantearon que era imposible cumplirlo y que daban por terminado el contrato de trabajo. Se investigó a las compañías y los peritos concluyeron que la industria petrolera en México les dejaba más utilidades que en Estados Unidos.

    El día 28 las compañías presentaron un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 1° de marzo la Corte negó el amparo, y el día 14 instó a las empresas a cumplir con el laudo del 18 de diciembre.

    La expropiación

    Ante la negativa de las compañías petroleras de aceptar el laudo oficial –con la amenaza de una nueva huelga obrera en el aire y la amenaza explícita de las empresas de llevarse sus capitales de México– el 18 de marzo, Cárdenas anunció la expropiación petrolera, ante el asombro del mundo, y pidió apoyo moral y material a la población mexicana, que contribuyó también al pago de las indemnizaciones a las empresas.

    Así dio fin a una larga historia de expropiación de los recursos energéticos por parte del imperialismo.

    Las empresas expropiadas fueron muchas, entre otras, la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila (subsidiaria de la Royal Dutch Shell) y la California Standard Oil Company of Mexico (hoy Chevron).

    Trotsky, ya exiliado en México, se pronunció en su artículo “México y el imperialismo británico”: “Sin sucumbir a las ilusiones y sin sucumbir a las calumnias, los obreros avanzados apoyarán completamente al pueblo mexicano en su lucha contra los imperialistas. La expropiación del petróleo no es ni socialista ni comunista. Es una medida de defensa nacional altamente progresista”.

    El boicot

    Inglaterra y Holanda amenazaron con el boicot al país. Las empresas extranjeras que producían insumos para la industria petrolera se negaron a proveer a México.

    Trotsky, en el mismo artículo planteó: “El México semicolonial está luchando por su independencia nacional, política y económica… Los magnates del petróleo no son capitalistas de masas, no son burgueses corrientes. Habiéndose apoderado de las mayores riquezas naturales de un país extranjero, sostenidos por sus billones y apoyados por las fuerzas militares y diplomáticas de sus metrópolis, hacen lo posible por establecer en el país subyugado un régimen de feudalismo imperialista, sometiendo la legislación, la jurisprudencia y la administración. Bajo estas condiciones, la expropiación es el único medio efectivo para salvaguardar la independencia nacional y las condiciones elementales de la democracia”.

    Frenar la reformar energética

    Hoy los trabajadores y el pueblo de México enfrentamos la pérdida de la soberanía energética, junto con cientos de miles de despidos que se están llevando a cabo en Pemex y las contratistas. Presenciamos un ataque brutal a las conquistas obreras que aun mantenían los petroleros, como la pérdida de las pensiones de Pemex.

    Fustigada por la caída internacional del precio del petróleo, y por el vaciamiento de sus arcas a manos de los funcionarios de turno en los sucesivos sexenios, Pemex parece agonizar.

    Carlos Romero Deschamps –dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros desde 1996– ha jugado un importante papel en esta obra: a cambio de 379 millones de pesos para “viáticos, gastos y celebraciones” ha aceptado la reducción de la plantilla y los cambios al convenio colectivo de trabajo que perjudican a los petroleros.

    Para enfrentar el vaciamiento de Pemex y el remate de las reservas de hidrocarburos, es indispensable que los trabajadores se organicen desde las bases en forma democrática, tirar abajo a la burocracia del sindicato, y proponer un plan de lucha por la renacionalización sin pago y bajo control obrero de Pemex y sus subsidiarias, junto al magisterio combativo que enfrenta la reforma educativa y otros sectores de trabajadores en lucha.