Mientras la derecha (PP-VOX) grita contra la amnistía y echan espuma por la boca contra el derecho a decidir, y el gobierno negocia "por arriba" una posible amnistía totalmente limitada, en las universidades se impone un régimen cada vez más represivo a los estudiantes y trabajadores. Quieren una universidad-isla, donde los estudiantes no cuestionemos nada, ni nos involucremos en los grandes debates políticos. Como si no nos tuviera que importar nada de lo que ocurre fuera de las aulas y los campus.
Lunes 9 de octubre de 2023
Desde Contracorriente y Pan y Rosas, en cambio, queremos proponer una gran campaña que vaya de la crítica a la represión en las universidades (y toda la degradación de nuestra educación) a la crítica de la represión del régimen monárquico.
Porque luchamos por un movimiento estudiantil que se autoorganice, cuestione al régimen universitario antidemocrático, y se una a la clase trabajadora, contra la represión del Estado, por la amnistía de todas y todos los luchadores y que defienda el derecho a decidir.
Un régimen universitario represor y al servicio de las empresas
Durante los últimos meses, hemos visto cómo se instalaba en las universidades públicas un ambiente enormemente represivo: desde la continua presencia policial ante las protestas como la organizada por estudiantes, trabajadores y sanitarios en la Complutense contra el nombramiento de Ayuso como ilustre hasta las trabas administrativas y burocráticas que imponen cada vez más las autoridades universitarias y el gobierno para que los estudiantes se organicen. Por un motivo o por otro, tenemos a la seguridad detrás y a la policía en el campus un día sí y otro también, y esto no lo podemos normalizar. Cuál es su objetivo: convertir la universidad en una institución todavía más al servicio de los grandes capitalistas, donde la protesta y el pensamiento crítico desaparezcan.
Sin embargo, las universidades han sido, a lo largo de la historia, puntas de lanza de las grandes movilizaciones sociales. Desde mayo del 68 en Francia hasta la lucha contra la monarquía o contra el franquismo en el Estado español, la potencialidad del movimiento estudiantil es enorme.
El régimen universitario trata de convertir la universidad pública en un páramo, destinado a que los estudiantes desperdiciemos nuestra vida memorizando y haciendo exámenes, para prepararnos para un futuro laboral incierto. Es por ello que siempre decanos y rectores han tratado de convertir las facultades en espacios donde no exista el pensamiento crítico, persiguiendo a quienes se organizan políticamente.
El caso de los 5 estudiantes de Leioa, a los que se quería condenar con 40 años de cárcel por una manifestación precisamente contra la represión estudiantil, es el caso más reciente, pero aprovechando la pandemia, las autoridades universitarias han avanzado sobre la autoorganización estudiantil. Desde Pan y Rosas y Contracorriente hemos denunciado cómo se intenta censurar charlas y abrir expedientes a estudiantes que se organizan contra la presencia de la extrema derecha en la universidad, algo intolerable que supone un gran retroceso en nuestro derecho a la protesta.
Por si no fuera poco, la policía del gobierno campa a sus anchas por la universidad. Además, en la última legislatura el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos ha aprobado la LCU, una mordaza universitaria, para tratar de reprimir y censurar toda actividad política de los estudiantes, así como para criminalizar el ocio juvenil en los campus, facilitando que se pueda expulsar a estudiantes por casi cualquier cosa que decanos y rectores consideren.
Tratan de facilitar la represión de los estudiantes porque saben que las universidades también han sido, y pueden volver a ser, espacios en los que los estudiantes se organicen para derribar este sistema capitalista y patriarcal, enfrentando no sólo al régimen universitario y a la casta apolillada de catedráticos y rectores que lo gobiernan junto a representantes del PP-PSOE y empresarios, sino al conjunto del Régimen, a la monarquía y a los capitalistas. Las universidades, que en los setenta se llegaron a convertir en puntas de lanza del cuestionamiento de la sociedad de clases, de las relaciones patriarcales, del racismo y la lgtbifobia, tratan de ser inmunizadas contra la posibilidad de que el movimiento estudiantil se ponga de pie nuevamente.
Pero este ataque a la juventud no se da solo en las universidades, claro, ni solo en el ámbito educativo. A las nuevas generaciones este régimen solo les ofrece precariedad mientras persigue el ocio y hostiga a la juventud y a las migrantes en los barrios populares.
"Un régimen político del 78, monárquico, represor y al servicio de las empresas
Pero las universidades no son una isla, son una pieza del régimen represor del 78, verdadera cárcel de pueblos, que asesina migrantes y reprime trabajadores, ecologistas y cualquiera que cuestiones su orden.
No es solo la derecha la que recurre a la represión. El PSOE y Sumar, ha avanzado con el ataque represivo: mantienen la Ley Mordaza, han aprobado una ley mordaza digital, continúan con las infiltraciones policiales y han contratado un número récord de fuerzas represivas.
Mientras, la derecha avanza con su discurso españolista rancio y contra el derecho a decidir, apoyándose no sólo de su peso en el parlamento, sino también en el “bunker” del régimen: la judicatura, el ejército, la policía y la monarquía. Y mientras los progresistas, Sumar, ERC y Junts tratan de impedir todo tipo de movilización, la derecha sale a las calles, tratando de llevarse el descontento con el gobierno.
Mientras la derecha despliega este discurso españolista, el objetivo del PSOE y Sumar es pactar una amnistía “por arriba” que niegue definitivamente el mandato del pueblo catalán el 1-O, que se manifestó masivamente a favor del derecho de autodeterminación. Se trata, de Cerrar la crisis catalana para impedir que se desarrolle la lucha de clases, manteniendo la persecución a los que luchan. ¡Que no haya sobresaltos para los negocios de los grandes capitalistas! Y así puedan llevar adelante los ataques que, de hecho, el propio Gobierno ya ha aprobado con la UE: un plan de ajuste fiscal que supondrá 20 mil millones de recortes en servicios públicos y prepara un plan de devaluación de las pensiones para 2025.
En el último año son muchos ya los casos de infiltraciones policiales en movimientos sociales, la fiscalía planteaba hace unos días incluir como “terroristas” a grupos ecologistas, y se ha reabierto el juicio a activistas sevillanos que protestaban contra el bus tránsofobo de Hazte Oír. No son casos aislados: los obreros del metal en Cádiz, los seis de Zaragoza, Dani Gallardo, los 5 estudiantes de Leioa, son muchos quienes están siendo procesados por luchar. Esta represión nos incumbe directamente a todos los que luchamos contra el sistema capitalista y patriarcal.
Una gran campaña contra la derecha y para unir por abajo lo que dividen por arriba
La derecha como VOX dejó claro, quieren tirar a la basura: el derecho a decidir, las mujeres, las personas LGTB, las y los trabajadores, el movimiento ecologista y las migrantes. Ahora que se acerca el 12 de octubre van a exaltar aún más ese españolismo imperialista y racista que reivindica el expolio y la explotación de otros pueblos y veremos actos presididos por el rey y la princesa, representantes de esa institución podrida heredera del franquismo, junto a la derecha y los ministros “progresistas” de su majestad.
La mejor respuesta que podemos dar es unir todo eso que quieren tirar a la basura, unir todo aquello por arriba, y juntas dar una respuesta exigiendo la amnistía para todas las luchadoras y el derecho a decidir que tanto les aterra. Desde Contracorriente y Pan y Rosas planteamos que hay que luchar en todos nuestros centros de estudio y de trabajo por ello y contra la represión en todos sus ámbitos.
Solo la movilización puede, no solo lograr la amnistía total, sino parar los ataques que vendrán y resolver los grandes problemas sociales como la precariedad, la vivienda y enfrentar a la derecha. No le podemos regalar las calles a la extrema derecha, como de hecho pretenden los progresistas, la burocracia sindical y sus aliados, mientras avanza posiciones en ayuntamientos, e influye con sus ideas en sectores de la juventud y de la clase trabajadora.
Convirtamos nuestras universidades e institutos en puntas de lanza contra la monarquía, la derecha, los capitalistas y los gobiernos a su servicio y pongamos en pie una gran campaña por la amnistía total y el derecho a decidir que nos quieren negar. Recuperemos las mejores tradiciones del movimiento estudiantil, un movimiento estudiantil que en el Estado español puso en jaque a la dictadura franquista y que defendía la amnistía para los militantes de izquierda.
Un movimiento estudiantil que pelee por el fin de la persecución y criminalización de todos los movimientos sociales. Luchemos por la derogación de la Ley Mordaza y todas las leyes liberticidas. Por el juicio y castigo de todos los represores y sus responsables políticos. Levantemos un movimiento estudiantil autoorganizado en asambleas masivas y que pelee por la unidad con la clase obrera, la única que puede parar este sistema y construir una sociedad socialista. Un movimiento estudiantil y una juventud que pelee para que no nos sigan robando el futuro, para decidirlo todo.