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Red Internacional
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Opinión. De la mano del MAS: banqueros, empresarios mineros y agroindustriales se proponen retomar el control directo del Estado

Las clases dominantes, que preservaron sus intereses gracias al MAS y la desmovilización que alentó desde el 2006, hoy buscan retomar el control directo del Estado, prescindiendo del socialismo pach’paku.

Viernes 19 de abril de 2024

El gobierno de Luis Arce en los primeros meses del año mostró el equilibrio precario de la economía debido a la escasez de dólares y combustibles. Ante esta situación tomó la decisión de negociar 10 medidas con los banqueros, empresarios mineros y agroindustriales. Esta situación alienta a los empresarios a recuperar terreno en la disputa por el control del Estado. Las y los trabajadores tenemos que identificar quienes son las empresas y burgueses que ganaron millones en estos años.

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Como veremos a continuación, a través del estado, estos sectores burgueses ganaron, y siguen ganando, millonarias cifras durante las gestiones de Evo Morales y Luis Arce Catacora del Movimiento al Socialismo (MAS).

Evo Morales entró al gobierno buscando satisfacer las demandas democráticas postergadas y la nacionalización de empresas capitalizadas por el empresario Gonzalo Sánchez de Lozada en los 90. Esta estrategia luego se convertirá en colaboración de clases, totalmente opuesta a las jornadas de lucha protagonizadas por juntas vecinales, trabajadores y campesinos de la guerra del agua en 2000 y la guerra del gas en octubre de 2003, que pedían la nacionalización total de los hidrocarburos, servicios y empresas capitalizadas que habían sido quebradas. Además, estas luchas habían debilitado a partidos de derecha cómplices de las privatizaciones. La “nacionalización”, distinta a lo que el pueblo pidió en las calles, entregó un periodo de importantes ingresos al estado, favorecida por los precios internacionales de materias primas, que paradójicamente generó grandes negocios a banqueros, sectores empresariales mineros y agroindustriales.

Las entidades financieras y bancarias de acuerdo a los informes de la ASFI obtuvieron Bs 2.110 millones en utilidades el 2023, en 2016 con Bs. 2.245 millones, 2017 con Bs. 2.202 millones que fueron las utilidades más altas en todo el periodo de gobiernos del MAS, sin bajar el promedio de Bs 1.500 millones en 15 años [1]. Los bancos ganaron tanto que el gobierno tuvo que obligar a invertir a los bancos en préstamos de vivienda social con un 6% de interés para la población.

Los sectores empresariales, mineros privados y cooperativistas también sacaron ventajas de este periodo de crecimiento. El sector minero cooperativista, como lo hizo con gobiernos neoliberales, en las gestiones de Evo Morales y luego Arce, puso ministros de minería quienes aprovecharon esa posición para tener exenciones arancelarias, diferimientos impositivos, así como subvenciones directas e indirectas al igual que a la minería estatal. También, les permite tener mayor ventaja para adjudicarse áreas de explotación que en algunos casos están protegidas con mínimas condiciones o ningún tipo de control ambiental. En el caso del sector minero del oro el 95% son cooperativas privadas que gozan de muchas ventajas en el estado [2]. Sin mencionar que la ley del trabajo no rige para este sector teniendo como consecuencia trabajo precarizado y condiciones laborales muy riesgosas. Cabe señalar que el sector minero cooperativista con diversos minerales controla el 61.1 % de la producción minera, el sector privado el 33,8%, dejando a la minería estatal con el 5,1 % [3]. Contradictoriamente el valor de las exportaciones del sector privado es de $ 1.289.1 millones en 2023, a diferencia del sector cooperativista con $ 98,8 millones y el estado con $ 57,5 millones. El sector privado capta de las cooperativas auríferas a través de comercializadoras privadas [4].

Los sectores agroindustriales privados en los 15 años de gestión del MAS lograron afianzar sus intereses en primera instancia de la venta de sus productos en Latinoamérica, posteriormente, con más colaboración, les abrieron los mercados de Rusia y China. Esto es una muestra que la burguesía cruceña puede estar del lado de los Estados Unidos, pero también de sus competidores como China. Esta colaboración del gobierno se extiende en el proceso de producción con la subvención a los hidrocarburos que hace demagógicamente a la población, pero que en mayor medida beneficia a los productores agroindustriales privados quienes son los mayores consumidores de este recurso. El sector ganadero aumentó sus exportaciones en un 225 %, de $ 24,3 millones en 2019 a $ 70,1 millones en 2020 luego de la pandemia. El sector de oleaginosas exportó 2,1 millones de toneladas con valor de $ 779 millones en 2020, estos números previos a los acuerdos con China y Rusia [5] que rigen hoy.

Con este poder económico, generado durante estos 20 años, los empresarios proyectan retomar el control directo del Estado con el discurso de que la precariedad de la economía se puede recuperar bajo recetas empresariales. Los políticos afines a esta tarea son la derecha empresarial como Creemos (Camacho), Comunidad Ciudadana (Mesa), Unidad Nacional (Doria Medina) que recrean un programa burgués ante la opinión pública. Para esta labor, dirigir la opinión pública, los empresarios usan los grandes medios de comunicación nacionales de su propiedad para desarrollar un programa que dice: que el estado es ineficiente, sugieren cerrar empresas deficitarias y analizar la subvención a los hidrocarburos, sugieren bajar el déficit fiscal, que implica reducción de presupuesto a salud y educación, discutir y evaluar en el senado y diputados ampliar la deuda externa (al cual Evo Morales se suma) y por último los industriales proponen modificar el código penal para castigar a los “bloqueadores” loque significa mayor represión cuando se profundice la crisis e intenten pasar los ajustes económicos.

En esta situación de crisis económica existe otro elemento que es la subjetividad construida en los quince años de crecimiento, en la que ha contribuido el MAS, y que se propaga en las redes sociales. La idea en la población que de esta crisis económica se puede salir siendo emprendedores, ser tu propio jefe, ser pequeños empresarios. La contracara de esta idea es, en primer lugar, que la población intenta acceder a deudas impagables con la banca privada, en segundo lugar, no tener ningún tipo de derechos laborales con extenuantes horas de trabajo y a nivel internacional son presa de grandes transnacionales que ofertan productos ahorrando costos que los cargan a estos pequeños ”emprendedores”.

La precariedad de los trabajos viene debido a que los empresarios, gobierno lograron quebrar y dividir la organización obrera del país. El 80 % de la economía en el país es informal y esto viene desde la implantación del 21060 con las privatizaciones. Desaparecieron las grandes concentraciones obreras mineras y fabriles, sin embargo, aumentó el número de trabajadores y trabajadoras informales en todo el país. Sin derechos laborales, sin derecho a salud y sin aportes para sus jubilaciones.

Esta es la responsabilidad canallesca de la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB) dirigida por Huarachi, que bajo la ordenes de Morales traicionaron la independencia política de los trabajadores abandonando las luchas obreras fabriles, luego, hicieron el favor a los empresarios golpistas en 2019. Y como si nada volvieron con Arce para enchalecar y amedrentar a los trabajadores de base destruyendo sindicatos de más de 50 años de existencia en el área aeronáutica.

Banco Nacional, Banco Mercantil, Banco Bisa, Banco Sol son las principales entidades financieras que amasaron fortunas y en que se encuentran en los primeros lugares con más capital. En el sector agro industrial empresas como Alicorp abastecen con sus productos industriales el mercado nacional. Las empresas mineras privadas como San Cristóbal S.A, Pan American Silver Bolivia S.A y la compañía San Lucas S.A. son las dominan la minería privada.

Los trabajadores tenemos que conocer que estas empresas están siendo beneficiadas por el estado, sin ningún control del ministerio de trabajo. La mayoría de estas empresas no tienen sindicatos y la COB tampoco tiene interés de hacerlo, todas estas empresas precarizan los servicios con contratistas privados. Con las consecuencias de miles de trabajadores no tienen, estabilidad laboral, derecho a salud, pensiones o la posibilidad de conseguir vivienda propia.

Solo las movilizaciones organizadas por las juntas vecinales, trabajadores y pueblo pobre enfrentaron a las políticas de derecha de los empresarios en 2000 y 2003 y el golpe de estado empresarial de 2019. Como hemos visto en este articulo el MAS en un primer momento colabora con la burguesía y hoy alienta el crecimiento de la derecha empresarial. Desde las bases es hora de organizarnos y expulsar a los dirigentes vendidos de la COB, organizar nuevos sindicatos, organizar a los trabajadores por cuenta propia y precarizados, a las mujeres y las clases medias pobres.