Quiero escribirte Ismael. Soy un trabajador siderúrgico de Rosario y te escribo a las 9 de la noche mientras el cuerpo me cruje por el día laburado y me cuesta mantenerme concentrado como si ya fueran las 4 o 5 de la mañana, como nos pasa a la mayoría de los que trabajamos en las fábricas de esta ciudad "socialista".
Miércoles 4 de febrero de 2015
Quiero escribirte Ismael, aunque a vos no te sirva de nada: porque la yuta ya hizo su laburo, la yuta ya te apaleó, te desapareció y nadie dijo nada. Los ratis encubrieron. Los políticos que los bancan siguieron inmutables con sus campañas de más cámaras de vigilancia y más milicos y la tele siguió hablando de Nisman y nunca de vos. De vos solo hablaron los tuyos. Y quiero que sepas que yo soy de los tuyos.
Quiero escribirte. Para contarte que no podes ser uno más en esa estadística horrible de los que se lleva la policía. Quiero que sepas que quiero estar para vengarte y conseguirte justicia, aunque eso no valga de mucho para vos ni para tu familia. O tal vez sí.
Quiero que sepas que a mi también me apalearon cuando me enteré de lo que te hicieron, me dieron un mazazo en el pecho y sentí esa mueca cínica de impunidad. Esa risa de rati que vos a lo mejor también debes haber odiado como la odio yo.
Quiero escribirte para contarte que a mí no me pasan cosas tan distintas: en la fábrica metalúrgica que trabajé hasta hace unos meses cagábamos en letrinas y si íbamos al baño más de una vez a la mañana te empezaban a perseguir, si faltabas te echaban y si tenías fiebre o te cortabas o te quemabas laburando tenías que cerrar la boca porque saben que vos necesitas comer y por eso te hacen sentir que sos de ellos.
A vos te arrancaron la vida de un saque Ismael y a todos los trabajadores nos la arrancan en cuotas.
Eso nos hacen y por eso me siento de los tuyos. Como también son de los tuyos los pibes que persigue y mata la policía y la gendarmería acá en Rosario, o en la provincia de Buenos Aires, o en Entre Ríos o en la misma Córdoba.
Y todo eso yo lo dejaba pasar Ismael: un compañero que vomita y sigue trabajando, otro que se corta el brazo y sigue trabajando, una piba que se desmaya y tiene q reponerse y seguir laburando. Todos seguimos trabajando, porque tenemos necesidades y ellos lo saben. Y porque nos cuesta un montón juntarnos y organizar la bronca.
Por eso quiero escribirte Ismael. Porque yo no te conocí, pero me haces recordar que no quiero dejar pasar más estas cosas: ni lo que te hicieron a vos ni lo que le hacen a mis compañeros ni lo que me hacen a mí.
Porque tampoco conocí a Luciano Arruga ni a Julio López ni conozco a todos los pibes que mata la policía y menos conozco a todos los que laburamos por un sueldo de hambre y vivimos al día mientras nos basurean en las fábricas, en los barrios, en los recitales y por donde nos movamos.
Quería escribirte aunque no te valga de nada, para que sepas que ya no se puede mirar para otro lado y te vamos a vengar Ismael, por vos y los millones que son como vos y como yo. Los tuyos.