Con la crisis de Ayotzinapa a cuestas, estas elecciones el PRD enfrenta un saldo desastroso, mientras Morena que no tenía nada que perder y todo que ganar, se convirtió en cuarta fuerza con 8.37% de votos.
Martes 16 de junio de 2015
La crisis del Partido de la Revolución Democrática (PRD), producto de años de políticas antiobreras, de gobiernos represivos, por tener alianzas a conveniencia como las entabladas con el Partido Acción Nacional, en elecciones y el Congreso y su alianza con el gobierno en la implementación de las reformas estructurales.
Su alianza en el Pacto por México junto al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al Partido Acción Nacional (PAN) primero y su responsabilidad en la desaparición de los normalistas le cobraron factura en estas elecciones con la pérdida de gobiernos estatales, municipios, delegaciones y curules.
Aún así, el PRD sigue siendo tercera fuerza del país, con 10.83% de votos, una pérdida de unos 59 diputados federales, de los 99 que hoy tiene y en el Distrito Federal se hizo más visible la debacle.
En estados donde hoy gobierna, la población le negó continuidad y su caída se generalizó. En Oaxaca, donde tiene 11 diputaciones, mantendrá sólo 4, mientras en Morelos tiene 5 diputados, pasará a 2 y en Guerrero lo pierde prácticamente todo y queda con 2 de 9.
En el municipio de Iguala, epicentro de desaparición forzada por policías al mando entonces de José Luis Abarca, expuso su rol criminal y deja de ser gobierno, como en Guerrero, que pasa a manos del PRI, en coalición con el Partido Verde.
El PRD gobernará en Acapulco, donde murió el profesor Claudio Castillo en febrero pasado, durante la brutal represión a las protestas magisteriales.
También ganó un distrito en Poza Rica de Hidalgo, Veracruz, cuatro en Tabasco y dos en San Luis Potosí, incluida la capital y en Zacatecas, donde alguna vez fue gobierno, no alcanzó nada.
El PRD minimiza estos resultados. Carlos Navarrete niega una debacle y desvía la atención a la “falta de unidad entre la izquierda” y acusa a Andrés Manuel López Obrador “de ser tozudo” y negarse a construir acuerdos y alianzas “en beneficio de la sociedad”.
Mayoría de pérdidas para el PRD en el DF son triunfos de Morena
En su primera participación electoral, el partido Morena (Movimiento Regeneración Nacional) obtiene 3 millones 61 mil 801 votos a nivel nacional, alcanza 14 distritos en total, desplaza al Partido Verde como cuarta fuerza del país y será mayoría en la Asamblea Legislativa.
En Veracruz, con mayoría de distritos para el PRI, gana Coatzacoalcos y Xalapa, pero en el DF se ve la caída del PRD y al mismo tiempo los logros de Morena.
El PRD pierde su bastión histórico y de dirigir 14 delegaciones, gobernará sólo 6, en lo que parece ser un “voto de castigo” generalizado, que Morena capitaliza a su favor, triunfa en 5 delegaciones y logra 11 diputaciones federales emanadas del voto capitalino.
Morena gana en las delegaciones Cuauhtémoc, Tláhuac, Azcapotzalco, Tlalpan y Xochimilco, mientras el PRD gobernará en Gustavo A. Madero, Coyoacán, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Iztacalco y Álvaro Obregón. El resto, estará al mando el PAN con Benito Juárez y Miguel Hidalgo y el PRI en Magdalena Contreras, Milpa Alta y Cuajimalpa.
Morena se prepara para ocupar el lugar del PRD de “los orígenes”, como ala izquierda del régimen. Hoy ya es contención del descontento popular en medio de la crisis de régimen y genera expectativas en sectores democráticos de luchar por reformas logradas en el Congreso.
Anunció que destinará recursos a la educación y buscará ampliar la matrícula en las universidades. Ésta es una demanda del movimiento estudiantil desde finales de los 80s.
Es entonces una política para fortalecerse entre la juventud y apropiarse de una reivindicación del movimiento estudiantil. Sin embargo, el presupuesto educativo no podrá ampliarse sustancialmente mientras se mantenga el pago de la deuda externa y no haya impuestos progresivos a las grandes fortunas.
Perspectivas del descalabro perredista y el futuro de Morena
Por décadas el PRD se ha ubicado al lado del empresariado y los partidos patronales. Ha sido oposición donde le conviene: mientras votó a favor de la reforma hacendaria, parte de sus diputados y senadores votaron la reforma educativa.
Este sexenio mostró la colaboración del PRD con Peña Nieto, que inició con la represión del 1 de diciembre, durante la toma de protesta presidencial. También participó en el Pacto por México, que le permitió al gobierno implementar todas las reformas estructurales y la alianza del régimen contra los trabajadores y la juventud.
La indignación nacional por la crisis de Ayotzinapa vio el surgimiento de un nuevo proceso democrático en México y abrió una crisis política para el régimen, que los partidos intentaron cerrar con las elecciones.
El gobierno de Miguel Ángel Mancera en el DF ha sido lamentable para la población, con el escándalo de corrupción en la Línea 12 del Metro, el aumento al servicio y constantes accidentes y demoras por falta de mantenimiento de años y el doble hoy no circula.
Hoy el triunfo de Silvano Aureoles en Michoacán amenaza ser un foco de tensión, pues ha dicho que no permitirá guardias comunitarios en la entidad.
Morena plantea una perspectiva de autoreforma del régimen, por lo que más allá del discurso opositor de López Obrador, hemos visto que su programa no mira por cuestiones democráticas sentidas, como el matrimonio igualitario, que minimiza como un derecho y pretende ponerlo a consulta. Recordemos que cuando fue jefe de gobierno se asesoró de Carlos Giulliani, el aplicador de la llamada “tolerancia cero” en Estados Unidos.
Morena abre una discusión sobre la estrategia y programa de la juventud y los trabajadores, pero no estamos hablando de un proyecto al servicio de los trabajadores. Sabemos que López Obrador no está dispuesto a impulsar un proyecto independiente de los empresarios y los trabajadores y la juventud necesitamos construir una alternativa propia, socialista y revolucionaria, para luchar contra este sistema y por las demandas obreras, populares y de la juventud.