Luego de los días dedicados a la situación internacional y nacional, la última sesión de la Conferencia Nacional del PTS estuvo dedicada al debate sobre el Proyecto de Resoluciones sobre la Actividad Política del PTS.
Jueves 17 de diciembre de 2020 22:46
Luego de los días dedicados a la situación internacional y nacional, la última sesión de la Conferencia Nacional del PTS estuvo dedicada al debate sobre el Proyecto de Resoluciones sobre la Actividad Política del PTS.
Partimos de un informe presentado entre Laura Liff (por la Comisión de Organización), Julia Tessio (por la dirección nacional de la Juventud del PTS) y Fredy Lizarrague (redactor del “Proyecto…”). Luego de los informes hubo más de 40 intervenciones de las y los delegados.
Los informes de apertura buscaron dialogar con los aportes escritos por compañeros y compañeras en los boletines internos y en los plenarios y reuniones, a partir de los elementos señalados en el “Proyecto de Resoluciones…”. Buscamos establecer criterios generales sobre cómo debemos actuar en la etapa pre-revolucionaria (aún incipiente) que se abre, en concreto sobre la relación entre las luchas de la clase trabajadora y la juventud que comienzan a desarrollarse, sus sectores más avanzados (y también los más atrasados) y nuestra organización (lo que en la tradición marxista se conoce como relación entre “masas, vanguardia y partido”). Esto alumbró un análisis de nuestra propia práctica, sus puntos fuertes y débiles, así como los cambios que proponemos para La Izquierda Diario y nuestros métodos de construcción. El desafío de la Juventud del PTS en la construcción de la Red y en llevar adelante una política revolucionaria en el movimiento estudiantil, recorrió también varias intervenciones. Para una exposición más ordenada,las cuestiones referidas específicamente a la Juventud las presentamos en nota aparte.
Comenzamos señalando los peligros de actuar con rutinarismo o superficialidad:
“Cada gran causa, especialmente en una compleja y cambiante época como la nuestra, tiene dos grandes enemigos: el rutinarismo y la superficialidad. El rutinarismo consiste en pensar con viejos clichés, sin tomar en cuenta las nuevas circunstancias: carece de iniciativa, de una concepción contundente y de decisión a la hora de la acción. (...) La superficialidad, por así decir, es el opuesto del rutinarismo. Hoy en día, ésta siempre toma una forma ‘revolucionaria’. Habiendo observado correctamente las deficiencias de la rutina, la superficialidad rechaza todo trabajo serio, todo estudio concienzudo y detallado de las experiencias pasadas, y se engaña con generalidades facilistas y esquemas arbitrarios. (...) Sólo alguien que observe atentamente lo que hay debajo de sus pies, tomando nota de todo, estudiando cada cosa y aprendiendo de cada cosa, puede contribuir con algo nuevo, sea grande o pequeño. Pero aquel que, tratando de decir algo nuevo sin más, busca encontrarlo contemplando el cielo, tropezará inevitablemente con una piedra y se golpeará la cabeza contra ella. ¡Ni rutinarismo ni superficialidad! ¡Trabajo persistente, tenaz y concienzudo!” (León Trotsky, El quinto año: un año para el estudio, 22/2/1922).
La reflexión iniciada en esta Conferencia, tiene como objetivo buscar las formas de actuar evitando estos dos “enemigos”. Para ello, insistimos en pensar no en términos de coyuntura (lo que ocurrirá en las próximas semanas o meses), sino en la situación o etapa (tiempos más largos). Para tener una referencia histórica, señalamos que la anterior etapa pre-revolucionaria que vivimos en nuestro país se desarrolló entre los levantamientos de Cutral Có (Neuquén) y Tartagal (Salta) y el fin del gobierno de Duhalde (2003), abarcando diversos fenómenos (durante distintas coyunturas): varios levantamientos provinciales, paros nacionales, salto en la recesión y la desocupación, nacimiento del movimiento piquetero, de las fábricas ocupadas bajo gestión obrera, las jornadas revolucionarias del 19 y 20 de diciembre del 2001 que voltearon al gobierno de De La Rúa, las asambleas populares, sucesión de varios presidentes hasta que Duhalde convoca, luego del asesinato de Kosteki y Santillán, a elecciones presidenciales que gana Néstor Kirchner. Como se ve, un período plagado de nuevos fenómenos, incluido el propio kirchnerismo como giro centroizquierdista dentro del peronismo, que expresó la profundidad de la “crisis orgánica” que vivió el régimen político (crisis de legitimidad) y aprovechó luego el ciclo económico internacional de crecimiento (boom de las materias primas) para perdurar y reconstruir el poder maltrecho del estado burgués (cerrando la esa situación o etapa).
En el período que se abre, como señalamos en la discusión sobre la situación nacional, viviremos luchas de franjas de la clase trabajadora (tanto de sectores sindicalizados como de las y los desocupados y precarios), movimientos democráticos (antirrepresivos), ambientalistas, por los derechos de las mujeres y personas LGTB, con las contradicciones y contratendencias señaladas. También habrá nuevos fenómenos políticos y rupturas en las propias coaliciones mayoritarias. Se nos van a presentar oportunidades de ser creativos, de fundar nuevas organizaciones, de derrotar a la burocracia (y al peronismo) en determinados lugares, siempre y cuando aprendamos a no ser ni rutinarios ni superficiales.
Experiencias de lucha y organización de sectores de masas
A nivel de “masas”, los más importantes son los fenómenos de lucha, porque la experiencia política con el peronismo en todas sus alas, con la burocracia y con las propias tendencias conciliadoras y burocráticas en la izquierda, avanza en días lo que en tiempos normales lleva meses o años.
La intervención en Guernica y las demás tomas fue, en esta nueva etapa, una experiencia a fondo del PTS en el sector más precario de la clase obrera, las mujeres y la juventud. Hemos expresado en diversas notas cómo se puso al descubierto el papel defensor a ultranza de los especuladores inmobiliarios y su propiedad privada, de gobiernos como el “cristinista” de Axel Kicillof y su escudero Sergio Berni, así como la actitud traidora de las corrientes piqueteras alineadas con el gobierno (CCC, CTEP, Evita, etc.) que boicotearon las tomas, y las políticas conciliadoras y burocráticas de varias corrientes de izquierda (MTR, FOL y en muchos casos también el Polo Obrero). Allí tuvo su bautismo la Red de Jóvenes Precarixs que nos proponemos construir, como parte de la “infantería ligera” que necesita la clase obrera (ver nota). Nuestros diputados y diputadas, Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Claudio Dellecarbonara y Alejandrina Barry, así como Andrés Blanco en Neuquén, Laura Vilches en Córdoba, Alejandro Vilca, Natalia Morales y Eduardo Hernández en Jujuy, Lautaro Giménez y Mailé Rodríguez en Mendoza, estuvieron como siempre a la cabeza de las acciones de apoyo y solidaridad con las tomas.
En la Conferencia, varias delegadas y delegados expresaron las valiosas conclusiones de esta experiencia que nos permitió encontrarnos en un verdadero proceso de “fusión” con grandes luchadoras y luchadores como varias compañeras de la Comisión de Mujeres o jóvenes de la “Primera Línea”. En ese marco, señalamos como una advertencia para nuestra organización no haber dado al proceso de toma de tierras por parte de las familias sin techo máxima jerarquía desde la dirección nacional del PTS desde el principio. Participamos desde el inicio con la regional Guernica y cubriendo desde LID, pero tardíamente hicimos un vuelco militante y de dirección acorde a la profundidad del fenómeno. Junto a esto, otro problema importante fue la relación entre el impulso de la organización democrática de lxs vecinxs (que ninguna corriente quería desarrollar porque siempre consideran central la organización de cada corriente, con sus propias “listas”, zonas de influencia, etc., sin libertad de tendencias real ni autodeterminación de lxs propixs vecinxs) y la búsqueda necesaria de acuerdos con esas propias corrientes, pese a nuestras diferencias, en la medida en que defiendan aspectos progresivos de cada lucha.
Entonces, el primer desafío es estar atentos y no responder rutinariamente, ni tampoco con superficialidad. Analizar escrupulosamente de qué se trata cada proceso, qué tendencias progresivas de masas se expresan, qué corrientes políticas actúan y, lo más importante, ver cómo podemos apostar a su desarrollo como acción de masas, cómo se constituyen organizaciones democráticas de los sectores en lucha, qué programa de acción se plantea que permita potenciar las tendencias a la extensión de las luchas, su coordinación y su experiencia política con el gobierno, la oposición de derecha y las corrientes conciliadoras. Los dos ejes a desarrollar son entonces las tendencias a la autoorganización democrática de las y los explotados, y un programa que articule las demandas inmediatas y motoras de la lucha (“tierra para vivir”, aumento de salarios, no a los despidos) con las que apunten a soluciones de fondo y a la lucha por un programa de conjunto para que la crisis la paguen los capitalistas. Por ejemplo, la lucha por “techo y trabajo genuino” bajo la forma de exigencia de un plan de obras públicas bajo control de lxs trabajadorxs y el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, reduciendo la jornada de trabajo sin rebaja salarial, peleando para que los salarios recuperen lo perdido frente a la inflación de los últimos años. LID, nuestrxs referentes políticos y nuestra militancia se ponen al servicio de hacer pesar estas batallas “por arriba” (en los medios, en la prensa, en los parlamentos, etc.) y “por abajo”, entre sus propios protagonistas. Junto con esto, es fundamental buscar acuerdos con las otras corrientes o sectores de cada lucha o empresa (sobre todo cuando adquirimos responsabilidad de dirección) con los cuales compartamos acuerdos progresivos, siempre y cuando estas corrientes o sectores no pretenden imponer condiciones que consideramos implican retrocesos o concesiones innecesarias al gobierno o a los métodos burocráticos. Pero es necesario un análisis concreto de cada situación concreta (como desarrolla Lenin en “El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo”, sobre todo en el apartado “¿Ningún compromiso?”).
En informes previos y en la propia Conferencia, se desarrollaron ejemplos muy sintomáticos no sólo en las tomas de tierras sino también en múltiples procesos donde surgieron tendencias a la autoorganización y la coordinación de sectores en lucha: call centers de Rosario, empleados de comercio de Tucumán, trabajadorxs de limpieza y feriantes de Córdoba, trabajadorxs de la salud de diversas provincias, autoconvocados metalúrgicos y choferes, docentes reemplazantes o suplentes que quedaron sin trabajo y se tuvieron que organizar por fuera de los sindicatos (que les dan la espalda, incluso varios de izquierda), etc. Al mismo tiempo, hicieron uso de la palabra compañeras y compañeros que se encuentran participando del gran proceso de lucha masiva contra la megaminería en Chubut, que ataca un aspecto central de la estrategia “extractivista” de los gobiernos, donde no hay “grieta” entre el Frente de Todos y Cambiemos. Allí se destaca el papel de la juventud estudiantil secundaria y universitaria. También compañeras organizadoras de la agrupación de mujeres Pan y Rosas en todo el país, que son parte de la lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. En varias provincias hubo asimismo lucha juvenil contra casos de gatillo fácil policial, como el de Facundo Castro (una delegada de Bahía Blanca desarrolló este proceso) o el Brandon Romero en Mar del Plata.
La organización de los sectores avanzados (vanguardia), el frente único y los debates con las distintas tendencias
La Conferencia reafirmó la táctica del “frente único obrero” que practica el PTS, rescatando las mejores tradiciones de las internacionales revolucionarias y el movimiento obrero. Esta significa impulsar y exigir acuerdos con los sindicatos y demás organizaciones representativas de las y los explotados y oprimidos, por más burocráticas que sean, para impulsar luchas concretas. Muchos dirigentes marxistas, desde comienzos del siglo pasado, la sintetizaron bajo la fórmula de “golpear juntos, marchar separados”. En este punto hemos tenido múltiples debates con las demás corrientes de izquierda, en particular en docentes (ya que es allí donde tienen alguna existencia), que practican lo que llamamos “alternativismo”: organizar luchas separadas (que terminan siendo ultraminoritarias) negándose a hacer exigencias a las direcciones provinciales o nacionales, con lo cual no combaten seriamente a las burocracias sindicales. Ahora bien, no se trata de hacer llamados impotentes sino de conquistar “volúmenes de fuerzas” para imponer a la burocracia medidas de lucha más consecuentes, preparando el terreno para superarla y recuperar los sindicatos (con una verdadera democracia de los trabajadores en su interior) para ponerlos al servicio de la coordinación de los distintos sectores, peleando por paros activos por gremio o nacionales en la perspectiva de la huelga general política que derrote al régimen del FMI (la relación entre “paros nacionales” y huelga general política fue abordada en el informe nacional, ver en minuto 44).
Para conquistar esos “volúmenes de fuerzas”, es fundamental lograr que emerjan, en cada proceso, distintas formas de organización de los sectores avanzados, donde puedan debatir, coordinar entre los sectores combativos y, sobre todo, ser un polo frente a las direcciones burocráticas. Una característica de las situaciones que tienden a ser pre-revolucionarias, es que emergen este tipo de sectores, ya sea como “autoconvocados” (en metalúrgicos, salud, docentes, etc.), como “comisiones” (desde las mujeres de Guernica a la “comisión de difusión” de lxs empleados de comercio de Tucumán), etc.
La definición que reafirmamos en la Conferencia es que, si no logramos que surjan este tipo de agrupamientos y ser parte de ellos, nuestros llamados, propuestas, batallas, serán impotentes.
Durante los primeros meses de la cuarentena, nos dimos el objetivo de comenzar a organizar a trabajadorxs y jóvenes de diferentes sectores en los “plenarios de trabajadorxs” (desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas) y estudiantiles, luego de una serie de plenarios por región o municipio. Ingresamos al Plenario Sindical Combativo y propusimos impulsar en común plenarios similares, con el fin de acumular fuerzas para intervenir en cada sindicato y a nivel nacional cuando las circunstancias lo permitieran. Lamentablemente, las principales corrientes del PSC se negaron a impulsar estos reagrupamientos, quedando toda acción o debate restringido a los acuerdos entre corrientes o plenarios donde no puede expresarse el activismo.
En la Conferencia intervinieron delegados obreros industriales (petroleros, aguas gaseosas, alimentación, neumático, madereros, etc.), de trabajadores de la salud, docentes, estatales, todos ellos impulsores de nuestras agrupaciones en el movimiento obrero (MAC); compañeros y compañeras de la juventud precarizada (la Red); jóvenes abogadxs que proponen reimpulsar el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos junto a la juventud, como parte de la “infantería ligera” de intervención audaz en los procesos de lucha y organización de lxs explotadxs; compañeras y compañeros del movimiento estudiantil. Definimos que las agrupaciones que impulsamos junto a compañerxs independientes no son un fin en si mismo sino un engranaje para agrupar a sectores más amplios de la vanguardia y, junto a ellos, batallar para influir en las organizaciones de masas.
Autoorganización y acuerdos entre tendencias
Un punto de debate en la Conferencia fueron los métodos con los que actuamos cuando tenemos responsabilidades dirigentes, en organizaciones de lxs trabajadorxs. La gran mayoría de las corrientes de izquierda generalizan los métodos burocráticos y verticalistas que, a partir de la administración de los planes, predominan en los movimientos piqueteros y/o movimientos sociales, donde la dirección de cada corriente dirige su propio sector y hace acuerdos “por arriba” con las demás organizaciones, sin existir debates abiertos en la base de las organizaciones a partir de las distintas posiciones y donde exista un control democrático de la administración de los planes. Hay sindicatos donde hay mayor tradición democrática y estos métodos no se pueden imponer, como en docentes, pero allí el corporativismo lleva a rechazar la organización común con los docentes más precarizados (los suplentes o reemplazantes). Frente a esto, la defensa de los métodos democráticos de autoorganización es distintiva del PTS. Sin embargo, discutimos que la necesidad de fortalecer los métodos democráticos y de avanzar en la utilización de asambleas como vía para debatir y resolver no puede ir en detrimento de la necesaria búsqueda de acuerdos y las negociaciones con todas aquellas sensibilidades y bloques que puedan existir en cualquier ámbito común, sobre todo cuando somos la agrupación mayoritaria en determinada fábrica o empresa. Durante años hemos hecho todo tipo de acuerdos con compañeros y compañeras, sean “independientes” o de otras tendencias, para buscar integrar sensibilidades, siempre que no vayan en contra de nuestros principios. Pero una y otra vez tenemos la presión de, cuando somos mayoría, no buscar “hegemonizar”. La autoorganización es estratégica para la clase obrera y la juventud, pero no es contradictoria con hacer acuerdos con las tendencias o sensibilidades que existan en cada sector. Por el contrario, muchas veces estos acuerdos, negociaciones, facilitan la democracia de base. La Conferencia resolvió que en cada gremio se impone un análisis de nuestra práctica, para ver nuestros puntos fuertes y en qué medida cometemos errores de este tipo: ¿impulsamos audazmente el agrupamiento de los sectores más avanzados del activismo (buscando crear instituciones adecuadas a tal fin: comisiones, etc.)? ¿Hacemos todos los esfuerzos para buscar acuerdos progresivos con las tendencias y sensibilidades?
La apremiante lucha por construir el partido revolucionario que necesita la clase obrera
La definición del “Proyecto…” en cuanto a la perspectiva de “superar al peronismo”, que generó un amplio debate en las reuniones previas, fue abordada el día del debate sobre situación nacional (ver intervenciones de Christian Castillo, en especial a partir del minuto 32). A su vez, también hubo debate previo (con minutas de varios compañeros y compañeras) y en la misma Conferencia sobre el llamado a abrir el debate para la construcción de un partido unificado de la izquierda obrera y socialista que formulamos en 2018, y la situación actual. Como conclusión del intercambio sobre esta cuestión, votamos una resolución específica que publicamos aparte.
En el “Proyecto…” hacíamos referencia a nuestros compañeros y compañeras que ocupan cargos parlamentarios o son reconocidos como sus referentes, como parte del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad, alianza electoral que defendemos y queremos profundizar. Ellos juegan un papel de primer orden tanto en la difusión de nuestras posición, en lucha política con los partidos del régimen, como en aportar a la lucha de clases y a la organización de los sectores avanzados. Posteriormente a la Conferencia, lanzamos una intensa campaña contra el intento de proscripción de nuestro compañero Gastón Remy, diputado electo del FIT en Jujuy. La UCR del gobernador Gerardo Morales, en alianza con el sector del peronismo que responde a Massa en la provincia (el vicegobernador), vienen negándose a aceptar la renuncia del diputado Aldasoro (elegido siendo parte del PO) para proceder a la rotación de las bancas, método que aplica el FIT en todo el país. Este ataque a los derechos democráticos básicos del FIT por parte de los partidos del régimen, es un ataque al programa de independencia política de los trabajadores y a que estamos en todas y cada una de las luchas obreras y populares.
En cuanto a las tareas específicas de organización partidaria, reafirmamos el objetivo que conquistar peso dirigente en empresas, escuelas, colegios y facultades (lo que llamamos bastiones) y acumular fuerzas en determinadas zonas geográficas que nos permitan actuar de forma cualitativa en la lucha de clases (centros de gravedad) articulando nuestra influencia en la juventud precarizada, las mujeres de familias obreras, los sectores sindicalizados y el movimiento estudiantil. Esta acumulación permitiría potencias las experiencias de coordinación que surjan.
Otro debate que se planteó fue sobre el peligro de reproducir “métodos populistas” o de colaterales piqueteras en el desarrollar la Red (ver nota de juventud).
Hacia nuevos métodos de construcción de partido
Otra cuestión central que abordamos en la Conferencia es que, producto del cambio de situación y nuestra intervención en los diversos procesos de la lucha de clases, entramos entrando en una nueva etapa de construcción del partido, cuyo ritmo dependerá de la dinámica general de la situación.
Desde el punto de vista de la construcción del PTS, en términos generales, atravesamos años de desarrollo evolutivo. En el marco de la crisis económica y social que abordamos en la Conferencia y posibles cambios bruscos nos preparamos para la fusión con miles de trabajadores y trabajadoras, de jóvenes que rompan hacia la izquierda con el gobierno. En este sentido y aún en forma inicial, al calor de las nuevas experiencias de lucha que tuvo en Guernica un hito clave, nuestro partido comienza a fusionarse con los sectores más conscientes. Muchos de los protagonistas de estos procesos de lucha tenían expectativas de que con este gobierno algunos de sus derechos negados hasta el momento serían reconocidos, como las y los trabajadores precarios de las tomas que recorrieron el país. Lo que parecía “naturalizado” se vuelve “ilógico”, como se puede ver en los testimonios de vecinos en una de las tomas de Mendoza, o en Guernica, en los Ceibos. No tener derecho a un pedazo de tierra, a una vivienda, o tener que elegir entre comer dos veces por día o pagar un alquiler, mientras los ricos son cada vez más ricos, no puede ser aceptado sin más. Con decenas de esas compañeras y compañeros que vienen en muchos casos de otras tradiciones políticas, sin relación previa con la izquierda, pero que hicieron una experiencia acelerada se está fusionando nuestro partido. Todavía no abrazan las ideas de los socialistas revolucionarios, pero comprendieron cosas muy importantes como el cuestionamiento a la propiedad privada que los somete a vivir en condiciones indignas, el rol de los gobiernos, de las fuerzas represivas, y aún el de otras organizaciones de la izquierda que con sus métodos clientelares le dan la espalda a las tendencias democráticas y los elementos de autoorganización que comienzan a expresarse en diversos conflictos. El debate sobre la dialéctica entre las tendencias más avanzadas de la realidad y la acción del partido lo tendremos que seguir profundizando hacia el próximo Congreso.
Pero no sólo cambió la dinámica de la construcción del partido para los y las militantes que participan de estos procesos de lucha, sino para nuestra organización de conjunto y para los miles de trabajadores y jóvenes que acompañan y generalizan estas nuevas experiencias que no son solo políticas sino también vitales entre los sectores que están en blanco y mantienen algunas de sus conquistas con las y los sectores más oprimidos y que no tienen casi nada que perder.
Frente a dudas de los delegados, aclaramos que el proceso aún inicial de fusión con los sectores de las luchas más duras, se combina con una política sistemática de ganar para nuestro partido a los miles de compañeros y compañeras que vienen compartiendo diversas experiencias con el PTS a lo largo de todo este año. Contra todo corporativismo, los y las militantes y una parte significativa de estos simpatizantes, dieron una importante pelea en sectores en la base del movimiento obrero y de la juventud, donde prima la pasividad, en defensa de cada una de las luchas y en especial de la toma de tierras que criminalizaron los gobiernos, desarrollando todo tipo de muestras de solidaridad. No cedieron ni se adaptaron al sentido común de respeto a la “propiedad privada”, ideología de las clases dominantes y de las direcciones sindicales. Es un primer paso auspicioso que tenemos el desafío de continuar y ampliar son los y las más de 1000 compañeros y compañeras que, por fuera de lxs militantes, discutieron los documentos de la Conferencia del PTS.
Como ya hemos dicho, la experiencia con el gobierno es inicial y no es homogénea nacionalmente. Pero adelanta una tendencia que, más allá de los ritmos, se generalizará en el marco de la enorme crisis que están descargando sobre las y los trabajadores y la juventud.
Desde ya que la intervención y desafíos concretos de cada regional y zona de partido, estarán determinadas no solo por las desigualdades objetivas sino también por la acumulación militante.
Utilizar hasta el final la conquista de LID Multimedio como “organizador colectivo”
Como publicamos en esta nota, uno de los objetivos más importantes de la discusión sobre partido en la Conferencia era abordar un replanteo del rol de LID Multimedio.
Contamos con una conquista enorme que tenemos que utilizar hasta el final y que también implica un cambio en la práctica militante. El reconocimiento de nuestro periódico por parte de personalidades de la cultura, de aliados y aún de adversarios es un hecho indiscutible. Pero la relación de LID “por abajo” con los sectores en lucha, con todo aquel que quiera hacer oír sus denuncias, con los que están vedados en los medios oficiales, se comprueba insustituible. Intervenciones de delegadxs y las decenas de aportes previos lo confirmaron. En lo que más queremos avanzar es que el periódico como articulador de la agitación, la propaganda y la organización del partido, llegue a muchxs miles de trabajadores y jóvenes más en cada lugar de trabajo y estudio en forma regular y sistemática. Que acompañe y profundice la experiencia política con el gobierno y los partidos del régimen, que difunda las lecciones de la lucha de clases y las generalice, contra las presiones sindicalistas o más conservadores, que combata los “sentidos comunes” que naturalizan la resignación con “el mal menor”, haciendo deseable la lucha por otro régimen social.
El malestar en franjas de trabajadorxs y jóvenes no sólo se expresa en luchas y en procesos de organización que alentamos con la propuesta de poner en pie nuevas instituciones de vanguardia. Como decíamos, se están procesando cambios por ahora moleculares “en la forma de pensar” cuya magnitud aún no podemos precisar. Pero nosotros no somos comentaristas de la realidad, queremos “medir” este proceso que se da muchas veces en forma imperceptible, llegando a los miles que no encuentran un canal para expresar su realidad, sus ideas. En este sentido LID Multimedio está llamado a cumplir un rol esencial.
Problematizamos que tenemos dificultades para saber qué opinan políticamente los miles de trabajadores y jóvenes que sin estar en lucha están procesando su experiencia con las políticas del gobierno y la oposición de derecha y por lo tanto para hacerlos avanzar política e ideológicamente.
Pero el rol de LID Multimedia como articulador político de los diversos engranajes que definimos no es sólo la forma de llegar e influir a franjas de trabajadores y jóvenes que serán la base de las futuras fracciones revolucionarias, es también la forma de conquistar una nueva camada de militantes que difundan nuestro programa y que “pongan el cuerpo” en las batallas políticas y de la lucha de clases.
En este sentido, ratificamos los tres niveles que planteamos en la nota que publicamos sobre LID hacia la Conferencia. Que esquemáticamente serían:
a) Proponerle a todas nuestras relaciones políticas y sindicales en cada lugar de trabajo y estudio recibir regularmente, como mínimo en forma semanal, los principales artículos que los y las militantes consideren más apropiados y tratar de tener un diálogo con todos los que sea posible.
b) Con los que compartan aspectos de nuestra política, proponerles que nos ayuden a difundir LID Multimedio.
c) Seguir desarrollando corresponsales que escriban y lleguen a cada rincón del país. Así como compañeros y compañeras que aporten sus puntos de vista sobre diversos temas de la realidad.
Nuevas iniciativas en el terreno de la lucha ideológica
Acorde a lo planteado en el “Proyecto…”, varixs delegadxs hicieron referencia a distintas ideas a desarrollar en función de renovar las herramientas de lucha ideológica, ya sea mejorando la utilización de las que ya tenemos (Ideas de Izquierda, Ideas de Universidad, Campus Virtual, libros de la editorial del IPS), ya pensando nuevas. Quedó planteado hacia el Congreso terminar de elaborar estas iniciativas.
Una importante acumulación de cuadros que requiere un salto de dirección
Por último, una de las reflexiones de la propia Conferencia y a modo de balance, es que se demostró que nuestro partido cuenta con una gran acumulación de compañeras y compañeros cuadros que no sólo opinan y aportan desde su intervención particular, sino que analizan la realidad y las tareas del PTS de conjunto al mismo nivel que la dirección. Definimos que el problema central entonces no es la falta de cuadros como en otras organizaciones de izquierda, sino de dirección. Si bien el PTS dedica un gran esfuerzo a las tareas internacionales y nacionales, a la producción teórica, interviene en la lucha de clases, cuenta con los más reconocidos dirigentes públicos de la izquierda, entre tantas cosas, es débil en generalizar y sintetizar las principales tareas y experiencias que permitan hacer avanzar al partido de conjunto. Esta cuestión la profundizaremos hacia el Congreso partidario que realizaremos en abril.