El día martes 5 de mayo un grupo de estudiantes y profesores acudieron a la sala del Consejo Técnico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tras ser difundido por estudiantes que en dicha reunión se discutiría la propuesta de instalar cámaras y establecer la credencialización para acceso a las instalaciones como medidas de seguridad.
Lucía Rodríguez México D.F.
Jueves 7 de mayo de 2015
La seguridad en la Facultad es una problemática que preocupa al conjunto de la comunidad universitaria, pues dentro de las instalaciones han ocurrido asaltos, robos, hechos de acoso y un aumento en la venta de drogas ilegales. Esto ha promovido la discusión entre sectores de la comunidad que ha implementado iniciativas estudiantiles como la recuperación de espacios comunes a través de eventos artísticos, culturales y académicos.
La instalación de cámaras y la credencialización para el acceso son medidas que la administración del director Fernando Castañeda ha querido implementar en varias ocasiones. Tan solo el semestre 2015-1 se ordenó, por fuera de toda discusión amplia, que desde el primer día de clases se solicitara la credencial para el acceso, medida que fue frenada por el descontento estudiantil y por la queja de los trabajadores de ser enfrentados con los estudiantes al acatar una medida arbitraria.
Actuar ¿sin discutir, ni consensuar?
En la reunión efectuada, la administración apuntó que la credencialización e instalación de cámaras eran propuestas de profesores y alumnos que habían entregado 1700 firmas que avalaban una o ambas propuestas. Sin embargo estudiantes presentes que habían presenciado la obtención de firmas apuntaban que no hubo diferenciación en la firma para la propuesta que avalaban, además de que muchas de ellas estaban dadas por fuera de los contrapuntos de dichas propuestas.
A pesar de que diferentes miembros de la administración apuntaron la necesidad de actuar de manera urgente y "más operativa, dejando de lado las discusiones sobre los paradigmas de seguridad", afirmando que ya había un consenso en la comunidad: el de "actuar ya", estudiantes de diferentes carreras apelaron a ampliar la discusión llevándola a espacios amplios donde estudiantes, trabajadores y académicos discutieran un proyecto común de seguridad, que realmente pueda abonar a la resolución del problema.
Cámaras ¿para cuidar o reprimir?
Los estudiantes denunciaron el uso represivo y criminalizador que han tenido las cámaras de vigilancia en diversos espacios universitarios dirigido contra la organización estudiantil, como en el caso de las grabaciones de dos años de asambleas estudiantiles realizadas en el Auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) encontradas en noviembre del año pasado; o la reciente denuncia que estudiantes de la Fes Acatlán hacen por el hostigamiento a la organización independiente y el fomento de la presencia de grupos porriles por parte de las autoridades universitarias, todo ello enmarcado tras el ascenso que la organización estudiantil vivió por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que causó la emergencia de asambleas de más de 2000 estudiantes en diferentes facultades.
Han habido otras importantes denuncias del manipulado uso que se da a la información obtenida por las cámaras de vigilancia en la UNAM, como la negación a ofrecer videos para la investigación del asesinato del activista y estudiante de la FFyL Carlos Sinuhé, en el año 2011, quien había denunciado acoso y hostigamiento dentro de las instalaciones universitarias; de la misma manera que la información no fue otorgada de manera oportuna en el caso de la desaparición y asesinato de Adriana Morlett, estudiante de arquitectura, a pesar de tener indicios de que la última vez que la vieron fue en la Biblioteca Central; lo mismo tras la entrada de la policía capitalina en las instalaciones de Ciudad Universitaria, donde uno de los elementos disparó hiriendo a dos personas y donde las cámaras no sirvieron para que vigilancia actuara frente al ataque.
A lo anterior se suman continuos cuestionamientos a la impunidad de profesores o administrativos que han sido denunciados por acoso y abuso de poder, que quedan en absoluta impunidad dado su "peso político" en la UNAM. A la par de ello el abuso que trabajadores de confianza en el área de vigilancia efectúan hacia estudiantes o visitantes que han sido incluso golpeados.
La UNAM, caja de resonancia
El proyecto de credencializar e instalar cámaras en la universidad va en sintonía con las propuestas del manual de seguridad de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (organización de la que la UNAM forma parte) elaborado en el 2011 y donde colaboró Genaro García Luna (ex Secretario de Seguridad Pública). El manual plantea una alineación de las medidas de seguridad de las instituciones universitarias al plan de seguridad nacional basado en la militarización y la criminalización al consumo de drogas que trajeron un aumento de la violencia y la violación a derechos humanos, además de escandalosos casos de desaparición forzada y asesinatos extrajudiciales.
La reunión terminó con el acuerdo de continuar la discusión sobre las medidas de seguridad el jueves 7 a las 15:00 horas en las oficinas del Concejo Técnico de la facultad.