Varios estudios han dado a conocer el déficit de trabajadores de la educación, especialmente docentes, donde se proyecta para el 2025 una impactante perdida de más de 35 mil profesionales que se irían del sistema escolar.
Domingo 13 de noviembre de 2022
Durante este ultimo tiempo han salido estudios que demuestran el déficit que hay en la educación y lo más alarmante aun está por venir. Según una publicación del periódico “Le Monde diplomatique” se estima que para el año 2025 la cifra sea de 32.973 trabajadores de la educación menos en el sistema educativo.
Por otro lado, Elige Educar publicó un estudio que revela que más del 10% de profesores desertaron del sistema escolar en su primer año laboral, así mismo ha disminuido. De acuerdo con la decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián, Ana Luz Durán, "En una década hemos visto un 27,3% de disminución en los estudiantes que cursan pedagogía, hoy son menos de 67.000 estudiantes; un 21% deserta al cuarto año de ejercicio, y, sumado a aquello, Elige Educar nos indica que, al primer año de ejercicio, la cifra supera el 10%".
En este mismo sentido se estima que en 10 años, sólo en la región de Antofagasta haya 50% menos de docentes.
¿Por qué las y los trabajadores de la educación desertan del sistema escolar?
Estos últimos años se ha agudizado la crisis en la educación pública, expresándose a través de la falta de trabajadores de la educación especialmente profesores, además de la alta cantidad de licencias médicas por parte de las y los trabajadores de la educación, lo que lleva al resultado de que se le sobrecargue la mano a las y los docentes que tienen que reemplazar en los cursos que no tienen profesor, utilizando sus horas de planificación, algo totalmente ilegal y que hace que terminen agobiados terminando el trabajo en sus casas. A esto se le suma la gran cantidad de licencias por salud mental que ha ido en aumento en este tiempo de regreso a las clases presenciales.
Así mismo el proceso de la evaluación docente, en el cual la mayoría de las y los profesores tienen que realizar todo en su tiempo libre, dejando de lado a la familia, teniendo en cuenta que en educación es un sector altamente feminizado y muchas tienen hijos e hijas, con los cuales no pueden o se dificulta mucho más compartir tiempo de ocio por la sobre carga que implica este proceso, a esto se le suma la estabilidad laboral, ya que si sales “mal” evaluado te pueden sacar del sistema y sumando que el sueldo también depende de este proceso punitivo.
Ante esto, la profesora de lenguaje y dirigenta del Colegio de Profesores Patricia Romo señala: “Está muy compleja la situación, es lamentable que docentes que les gusta hacer clases terminen yéndose del sistema educativo para cuidar su salud mental gracias al agobio, las condiciones laborales y en muchas ocasiones el acoso de personas del equipo directivo. No podemos silenciarnos frente a esto, a principio de año en la comuna nos movilizamos por estas condiciones y no han resuelto nada, en vez de contratar a más personal psicosocial, profesores, invertir en educación para mejorarla, un juez del juzgado de familia dictamina que deben ponerse cámaras de seguridad y detectores de metales en todas las escuelas y liceos municipales, en vez de escuchar a las y los estudiantes que han dicho muchas veces que necesitan ayuda de profesionales especialmente psicólogos y profesores, en vez de invertir en áreas de recreación, en infraestructura, quieren que inviertan en criminalización hacía las y los jóvenes y no ataca el problema de raíz que está ligado a la salud mental”.
Es por esto que desde la agrupación de trabajadores de la educación “Nuestra Clase”, vemos la urgencia de que los dirigentes, tanto del Colegio de profesores como del SIPPE, salgan en defensa de la niñez y de las y los estudiantes que están viviendo tiempos difíciles y necesitan apoyo profesional, además de llamar a realizar asambleas de base. A su vez, organizarse para no sólo suspender la evaluación docente, sino que se elimine este proceso punitivo y segregador definitivamente.
