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Red Internacional
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CÓRDOBA. Del 8M al 24M: los estudiantes cordobeses tenemos que sacar lecciones

Compartimos algunas reflexiones de la Juventud del PTS luego de las importantes movilizaciones del 8 de marzo y 24 de marzo en Córdoba.

Lunes 2 de abril de 2018 14:02

¿Quién se hubiera imaginado, hace unos años, que la “Córdoba de las campanas” sería una de las ciudades con mayores movilizaciones de mujeres?

El pasado 8 de marzo la tierra tembló en varios países del mundo. Hacía tan solo unas pocas semanas se había conocido la noticia de que el 65 % de la población cordobesa estaba a favor de una ley que contemple el aborto legal, seguro y gratuito.

Contra enemigos como los medios de comunicación, la Iglesia y los gobiernos, el movimiento de mujeres se ganó a la opinión pública de la mayoría de los cordobeses, como también lo hizo este movimiento a nivel nacional.

El profundo fenómeno contra la violencia machista que recorre cada casa, cada aula, cada pasillo, cada lugar de trabajo, irrumpió en el televisor. Pero también en la Casa Rosada. Todos tienen que dar respuesta. Ahora también exigimos nuestro derecho al aborto legal y la separación de la Iglesia del Estado.

Mas de 40.000 mujeres y varones marchamos en la provincia y Pan y Rosas - siendo más de mil ese día - se destacó por intentar mostrar algo distinto, no solo el 8M sino mucho antes: el poder de la organización.

Cuando recorren por las venas de miles la bronca y se comienza a reconocer nuestra fuerza para conquistar las demandas por nuestros derechos, las movilizaciones que todos los años parecen folclóricas son apropiadas por decenas de miles.

Pero en las movilizaciones no empieza ni termina la batalla. Desde la Juventud del PTS y Pan y Rosas, nos jugamos a preparar esa movilización apostando a la organización estudiantil.

Es así que, un mes antes, junto a decenas de compañeras y compañeros independientes de los cursillos de ingresos debatimos en reuniones abiertas. Pero también trazamos un plan para poder conquistar espacios democráticos de debate para lograr votar un paro estudiantil ese día, montamos una fuerte campaña llamando a asambleas, hicimos intervenciones en el centro de la ciudad exigiendo aborto legal logrando impactar en los medios junto a nuestra legisladora Laura Vilches.

También presentamos la exigencia de asueto en los Consejos Directivos logrando que no se computen faltas, pudimos conquistar asambleas en la Facultad de Filosofía y en Artes que votaron que ese día las y los estudiantes hacíamos paro y nos movilizamos.

A su vez, en esas asambleas votamos seguir organizadas para avanzar en conquistar derechos en la propia Universidad Nacional de Córdoba, llevando las resoluciones a las asambleas del #NiUnaMenos para dar muestra de lo que se podía hacer en toda la Universidad, exigiendo a las conducciones de los centros de estudiantes que impulsen lo mismo, mostrando cómo lo podíamos hacer.

Lamentablemente, no es justamente la apuesta a espacios democráticos de organización el proyecto de organizaciones como La Bisagra que dirige muchos centros de estudiantes de las carreras humanísticas en la UNC. No solo hizo poco y nada para debatir entre todas y todos como participar de esta jornada de lucha, sino que desconoció los que estaba sucediendo en las propias facultades como en la FFYH.

Otro capítulo aparte merece la Federación Universitaria de Córdoba, ahora nuevamente en manos de la Franja Morada, que llamó únicamente a una interestudiantil a último momento, sin llamar asamblea en ningún facultad. Esto hizo que esa reunión sea mera declaración de intenciones y “rosca” de todas las agrupaciones políticas de la UNC, pero no expresión real de la voz de las y los estudiantes.

El ejemplo que quisimos mostrar puede ser pequeño, pero marca las posibilidades reales de organizarnos como estudiantes. No es verdad que las y los estudiantes son escépticos de su fuerza y que no les interesa nada. De hecho, somos parte de cada uno de las demandas democráticas contra este régimen represivo del Gobierno provincial, el mismo que subsidia con millones a la Iglesia católica mientras cientas morimos al año como consecuencia del aborto clandestino.

¿Se imaginan que desde nuestras conducciones estudiantiles se llamara a asambleas de base en toda la UNC para debatir de a miles como movilizarnos juntas, como garantizar que la universidad este vacía el 8M? ¿Se imaginan que eso se desarrolle en el tiempo y permanezcan como instituciones que nucleen de manera democrática la organización de todas para conquistar más derechos dentro de la UNC? ¿Cómo sería ver a miles de estudiantes siendo parte de una pelea histórica como, por ejemplo, cuando se debata el derecho al aborto en el Congreso? Está claro que nada vendrá de la mano de las burocracias estudiantiles: cada una de nosotras nos empoderamos y avanzamos de la mano de la organización independiente y a eso apostamos desde Pan y Rosas.

24M: otra gran batalla en las calles, ¿Cuánto cuesta la memoria?

En una carta escrita por Victoria Marconetto, militante de la Juventud del PTS/Pan y Rosas y nieta de un desaparecido dice: “Si mi abuelo estuviera vivo le diría que no marcho con los que dicen que las madres tendrían que haber cuidado mejor a sus hijos...”. Su abuelo fue desaparecido, no sabemos dónde está y ella plantea que no va a marchar con reconciliadores como De la Sota, a quien pertenece esta tenebrosa frase apologista del terrorismo de estado que responsabilizando a las madres de los crímenes de lesa humanidad infligidos por la dictadura contra la clase obrera y el pueblo.

Cada 24 de marzo es un día de lucha donde también se despliegan las estrategias políticas actuales. Estas movilizaciones ponen en el centro la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy. Otra vez, a sólo dos semanas del 8M, las calles se vieron colmadas de gente.

Desde Pan y Rosas propusimos que el movimiento de mujeres debía apropiarse de esta movilización. Entendemos que son las madres las que pelean contra la impunidad del gobierno actual. Contra un gobierno que permite y fomenta que la Policía les mate sus hijos mediante el gatillo fácil. Pero también somos las mujeres quienes encabezamos la lucha para exigir que la misma iglesia que nos impide tantos derechos y que fue cómplice de la dictadura deje de ser subsidiada por el Estado.

Asimismo, estamos convencidas de que, como mujeres, esteremos en mejores condiciones para nuestra lucha forjando una alianza con organismos como Encuentro Memoria Verdad y Justicia y con los sectores populares que luchan contra la impunidad.

Sin embargo, la independencia política es la única forma de ir contra los cómplices militares y civiles que aún no están juzgados, por la cárcel común a todos los genocidas y por la apertura de los archivos de la dictadura para encontrar a todas las personas desaparecidas.

Pero también, la lucha es contra el ajuste de Macri, que deja a más del 40% de pobreza en el país mientras se enriquecen los empresarios y banqueros. Una lucha contra los ataques como despidos a los trabajadores y por la defensa de su salario. Necesitamos volver a levantar la única tradición que demostró que puede vencer, como en el Cordobazo o el Viborazo: la tradición de la unión obrera estudiantil.

Estas demandas no se logran de la mano de los gobernadores de PJ que ajustan y reprimen al pueblo en sus provincias ni del genocida Milani, ni con la doctrina Chocobar que implementan también los gobernadores peronistas avalando el asesinato a menores a tiro limpio aprovechando la ofensiva represiva del macrismo para criminalizar la pobreza que ellos mismo generan.

Por eso, impulsamos una columna independiente el 24 de marzo que partió desde Colon y General Paz y denunciamos que la marcha convocada por la Mesa de Trabajo estaba siendo encabezada por el PJ provincial de De la Sota y Schiaretti, el gobernador más amigo del Macri.

Además, Alejandra Vigo marchaba en la cabecera, la misma que ante un enorme movimiento de mujeres en las calles presentaba un proyecto en contra del derecho al aborto.

¿Se puede exigir memoria con ellos? ¿Justicia? No lo creemos. Ese día dimos una batalla en nombre de los 30.000 desaparecidos, Julio López, Luciano Arruga, Mariano Ferreyra, Santiago Maldonado, Facundo Ferreira, y todos los asesinados y desaparecidos en democracia. Algunos en nombre de la “unidad” pierden la memoria.

Ni calco ni copia, creación heroica

Estas batallas que damos la juventud, las mujeres, los estudiantes, están enmarcadas entre dos grandes debates más estratégicos que tiene claras consecuencias prácticas.

El kirchnerismo, que tiene una expresión universitaria en corrientes como La Bisagra, va detrás de un proyecto de unidad con el PJ a nivel nacional, por ende, también a nivel provincial. Esta política viene de la mano del único objetivo posible para ellos: vencer a Macri en el 2019 cueste lo que cueste, con quien sea.

Por su parte, corrientes filo-k como Patria Grande/La Mella, le hace seguidismo a La Bisagra a todas partes y se acoplaran a una línea en el mismo sentido. Si algo tienen en común es una subestimación total al movimiento de masas, construyendo su fuerza para acoplarse a los aparatos políticos burocráticos de siempre. No creen que sea posible que esos aparatos sean superados por la autoorganización de las masas.

Por eso no se juegan a organizar al movimiento estudiantil, ni siquiera cuando hay un masivo fenómeno de lucha por los derechos de las mujeres, sino que lo frenan y/o encausan hacia instituciones que nada pueden ofrecernos más que las condiciones actuales en las que estamos y contra las que nos rebelamos.

Negándose a unir al conjunto de los estudiantes de la UNC, temen a la organización y temen ser superados por las luchas reales. Menos apostaron a la unidad de los de abajo, de los trabajadores que enfrentan el ataque del gobierno, las mujeres que salimos a las calles y la juventud que pelea contra las opresiones de este sistema.

La apuesta de La Bisagra y Patria Grande es a unirse con lo más rancio y derechista del peronismo para diluir todo allí. Es una utopía pensar que esos aparatos que dirigen las mafias policiales, el narcotráfico, mantiene lazos profundos con la Iglesia católica, despliegan persecución, espionaje y represión a los luchadores y al pueblo, pueden ser cambiados desde adentro.

Mas allá de los discursos feministas, progresistas, latinoamericanistas e independentistas que tanto La Bisagra como Patria Grande se adjudiquen, su militancia termina fortaleciendo a las instituciones que mantiene esta opresión y explotación sobre nuestro pueblo.

Ellos se encuentran bien aliados al Papa y fortalecen a la Iglesia católica enemiga de las mujeres y disidentes sexuales en el mundo entero, a la burocracia sindical que imprime una dictadura en las fábricas para que los trabajadores sean cada vez más explotados y no se animen a luchar, burocracias aliadas para pasar todas las reformas del macrismo. También a las policías (que también las controlan los peronistas) que matan nuestros pibes de los barrios populares y son cómplices de las redes de trata como las que se llevan a nuestras hermanas para explotarlas sexualmente, a los intendentes, gobernadores, diputados y senadores que han garantizado la mayoría de los votos a todas las leyes del gobierno derechista que dicen enfrentar.

Como dice el socialista latinoamericano Juan Carlos Mariátegui, luego de la ruptura con el APRA "ni calco ni copia sino creación heroica". La Juventud del PTS apostamos a esa "creación heroica" retomando la mejor tradición del movimiento estudiantil, impulsamos con fuerza agrupaciones en todas las facultades que luchen por la organización de los de abajo, buscamos desarrollar los espacios de bases para conquistar nuestros derechos como mujeres mientras nos unimos en las calles a nuestras compañeras enfermeras, docentes, médicas y trabajadoras de todos los rubros.

Lo hacemos en todo el país con los trabajadores que se defienden ante los ataques y retoman la organización sacando lecciones de su propia historia.

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También apostamos a que surjan instituciones que coordinen toda resistencia al ajuste esa es la única unidad que se ha demostrado que marcan el camino para luchar por mundo sin explotación y opresión.

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Así, el 24M nos movilizamos junto a la interna de Guma, la única fábrica del Córdoba que logro parar en las jornadas de 18 de diciembre en rechazo a la reforma previsional, defendiendo a los jubilados y los sectores populares. Nos movilizamos junto a los trabajadores municipales de Jesús María que venían de un triunfo, y que junto a poner en pie una comisión de mujeres, lograron un aumento salarial en contra de su gremio peronista que traiciono abiertamente.

Un ejemplo de unidad entre trabajadores, mujeres y sectores populares en donde se encuentra la fuerza a la que el movimiento estudiantil se tiene que sumar para crear una verdadera “resistencia”.

Desde la Juventud del PTS y Pan y Rosas te invitamos a debatir profundamente y a que te sumes a construir grandes agrupaciones con nosotras y nosotros. Agrupaciones que tengan la fuerza que permita sacudir del inmovilismo a nuestros centros de estudiantes y que demuestren que nos podemos organizar y conquistar nuevos derechos, que logre hacer grandes hechos masivos que sumen nuevos estudiantes y que apueste a la autoorganización democrática y la unidad con los trabajadores y el pueblo pobre. Queremos cambiar la historia: no hay tiempo que perder.