A las políticas de ajuste y la posibilidad de que la clase trabajadora pierda derechos con “la reforma laboral” se la combate organizándonos en las fábricas, centros de estudiantes y luchando en las calles.
Miércoles 22 de noviembre de 2017 14:23
La zona norte de la provincia de Buenos Aires, de Zárate, Campana y Baradero, es una de las más afectadas por las constantes políticas de ajuste del Gobierno.
También víctima de los ajustes realizados por los empresarios (cientos de despidos, suspensiones y desmejoras en las condiciones de trabajo).
En los próximos días podría aprobarse la contrarreforma laboral gracias a la complicidad de la CGT y a los votos del PJ y demas “opositores” adictos a la gobernabilidad.
La única forma efectiva de enfrentar las políticas de ajuste es con la rganización independiente y la lucha.
El Movimiento de Agrupaciones Clasistas, MAC, ha resuelto convocar una movilización al Congreso nacional para cuando el Senado intente darle media sanción a la ley antiobrera.
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“Relato Salvaje”
“Zárate – Campana - Baradero corredor industrial” prometían los políticos de la gestión pasada y la actual. En este discurso no hay polarización, ambas fuerzas políticas se adjudican el funcionamiento de dicho bloque industrial.
Sin embargo no es así. Si alguna vez estas ciudades fueron un “corredor industrial” es gracias a los laburantes que a costa de su salud y sueldo mantuvieron las fábricas funcionando y las siguen sosteniendo a pesar de los aprietes patronales o del mismo poder ejecutivo cuando amenazaba con resignar salario para conservar empleo.
El macrismo, en cuanta entrevista con los medios tiene, repite una y otra vez la necesidad de realizar un “cambio cultural”, un cambio en los valores. Haciendo referencia a que el trabajo vuelva hacer un valor cultural. Un discurso puramente marketinero y sustentado en la meritocracía.
Mientras el Gobierno intenta camuflar la desocupación y los despidos con el discurso de la felicidad y el cambio cultural. Los empresarios y CEOS de las grandes multinacionales (con la complicidad de algunos gremios y sus dirigentes burócratas) siguen intentando disciplinar a la clase trabajadora con cierres de algunas de sus plantas o con despidos masivos.
Como informamos anteriormente a mitad de año los despidos en la zona ya eran más de 1000 afectando principalmente a trabajadores de la industria química y de la construcción, aunque también de gastronomía, maestranza, transporte y administrativos.
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También se registraron 25 despedidos de Papelera Del Plata y recientemente 160 nuevos despidos por parte de la empresa contratista Sadia que realizaba tareas en Atucha.
Por su parte (para no quedarse atrás) la empresa Alemana Lanxess ya aviso que para fin de año cesara su actividad en su planta de Zárate y por consiguiente el despido de 170 obreros.
Un panorama totalmente distinto al que describe Silvia Naishtat en su nota “Campana, el polo industrial de la pampa húmeda” para el multimedio Clarín amigo del Gobierno.
La realidad es terrible para los laburantes actuales y los miles de jóvenes que buscan su inserción en el ámbito laboral. En estas condiciones la explotación capitalista emerge con distintas medidas flexibilizadoras como la disminución en los salarios, recortes de viáticos, suspensiones, contratos basuras, más despidos y el pedido a gritos de una reforma laboral y fiscal en contra de todo el pueblo obrero.
Los dirigentes gremiales burócratas de las corriente federal, las CTA y regionales de la CGT que se llaman “opositores” solo en el discurso y todavía no han tomado ninguna medida de lucha, no van a frenar de ninguna manera esta ofensiva contra el pueblo trabajador.
Sólo la clase trabajadora puede rechazar mediante la organización y lucha esta reforma antiobrera.
En cada fábrica, en asambleas en los sindicatos, también en las escuelas con los estudiantes, docentes y no docentes, abramos el debate sobre la necesidad de poner en marcha un plan de lucha serio para derrotar la contrrreforma laboral.