En la últimas semanas hemos vito un auténtico despliegue mediático de exaltación monárquica en los principales medios de comunicación. La muerte de Isabel II y el cumpleaños de la reina Letizia han sido la excusa perfecta para que durante incontables horas de televisión y en multitud de artículos se alabe su papel. Se trata de una operación de lavado de imagen de estas instituciones, que cada vez muestran ser los eslabones débiles de sus respectivos Regímenes
Viernes 16 de septiembre de 2022
El jueves pasado moría Isabel II. Esto daba inicio a un espectáculo de exaltación y pleitesía hacia la figura de la reina de Inglaterra. Esto no se limitó únicamente a la prensa británica y anglosajona, los principales medios de comunicación patrios también han mostrado un entusiasmo inaudito hacia la corona británica.
De esta manera El País publicaba editoriales que llevaban por titular “La majestad en persona”; o se elaboraban que decían: “la mayoría de la gente en las islas británicas se encuentra una mezcla de tristeza e inquietud por el futuro”.
Pero incluso en medios supuestamente progresistas como El Diario.es se escribían notas con titulares como: “Isabel II la grande”. Es también el caso de la Sexta, canal de televisión de referencia de la progresía mediática. Para cubrir la noticia una de sus reporteras explicaba que “la sociedad británica tiene un sentimiento de orfandad después de la muerte de la reina”.
Esto se combinaba esta semana además con el 50 cumpleaños de la reina Letizia. Numerosos editoriales remarcaban su origen plebeyo y trataban de dar la impresión de que es una persona construida a sí misma para destacar “el papel fundamental” para la institucionalidad del Estado español.
Como con Isabel II no solo los medios más conservadores y abiertamente monárquicos se han esmerado en agasajar a la segunda cara visible de la actual corona española. También en este caso los medios “progresistas” como El País, la Sexta o el Diario.es, recogen este acontecimiento sin ninguna crítica a la institución más antidemocrática del Régimen del 78.
Mención aparte merece la prensa del corazón, donde de manera absolutamente servil se ensalza los valores de los miembros de la realeza y se trata de difundir una imagen lo más cercana y simpática posible. Se trata sin duda de un pacto tácito que este tipo de medios tiene con las distintas monarquías, que a cambio de legitimar su papel en la sociedad, a falta de cualquier argumento mínimamente democrático, estos se prestan a alicatar el repulsivo negocio de los programas y prensa del cotilleo.
Pero más allá de esto, la muerte de la monarca de Inglaterra ha servido a los medios “serios“ del Régimen para lanzar toda una ofensiva propagandística para lavar la tocada imagen de la Corona española. Esa es la auténtica razón para el entusiasmo y las horas de cobertura mediática que ha gozado este hecho. De esta manera se trata de mostrar como la reina de Inglaterra era un personaje simpático y una especie de “madre protectora” de todos los británicos. Idéntico papel intentan proyectar sobre la sociedad española al papel que supuestamente juegan los Borbones.
Pero ni en uno ni en otro caso es así. Como toda monarquía, se trata de las instituciones más antidemocráticas y casposas de sus respectivos imperialismos. Como mencionaba Lucia Nistal, portavoz de la CRT, poco después de la Muerte de Isabel II “sufrimos una monarquía impuesta, que cuesta millones de dinero público cada año y que está ahí para defender los intereses imperialistas (hoy claramente guerreristas) de las grandes empresas del IBEX, codeándose con dictadores (que de dictadores sabe mucho esta monarquía, impuesta por Franco) y hoy solidarizándose con la corona británica”.
70 años de reinado de Isabel II han tenido que soportar los británicos y todos los súbditos de su imperialismo. No queremosmás funerales con honores reales, ni aquí ni allí. ¡Por la abolición de TODAS las monarquías! #En2Minutos para @iDiarioES pic.twitter.com/pu6b3xKXRa
— Lucía Nistal (@Lucia_Nistal) September 9, 2022
Sin embargo el brillo mediático no puede cubrir el enorme desgaste de las anticuadas monarquías europeas. Al mismo tiempo que todo ese obsceno despliegue de lujos y protocolos, con el que tratan de desviar la atención sobre la verdadera naturaleza d estas instituciones, pudimos observar los gestos de desprecio aristocrático hacia sus empleados por parte del nuevo rey Carlos III. O aquí las tensiones que generan en el seno de la familia real española al tratar de ocultar al rey emérito, que semana a semana nos regala un escando tras otro que desvela el enorme podredumbre de los Borbones.
La muerte de Isabel II ya ha generado tendencias hacia la separación de muchas de los países que seguían teniendo a esta como su jefa de Estado. El carácter parasitario y antidemocrático de estas instituciones van camino en países como Reino Unido o el Estado español en convertirse en los eslabones débiles de los sistemas de dominación capitalista de las burguesías de dichos países.