CRÓNICAS OBRERAS. Del lado que hay que estar

Fotorafía: Colo Gens

La mañana del 14 de diciembre iba provista solo de algunas cosas: la chomba de trabajo, blanca y con el nombre de Mondelez, un pequeño bolsito donde tenía mi DNI, pañuelitos, algo de dinero, el celular y la Sube, bien cargados. Pero lo más valioso que llevaba era que no iba a las calles por mí únicamente, sino por quienes toda la vida dedicaron de su tiempo, energía y salud a un trabajo, donde los descuentos eran más visibles que los beneficios. El ciclo de la vida los tiene en un lugar frágil. ¿Cómo ser tan insensible y dejar que los aniquilen con este ajuste, no?

Y ahí salimos. El trabajo nocturno según la Organización Mundial de la Salud es nocivo, dañino ya que estas a contracorriente de todo. Pero esa noche era diferente. Con mi compañero Lucho (de la Comisión Interna de la fábrica y de la Agrupación Bordo Leonardo Norniella) hicimos dos asambleas, discutimos la importancia de estar y participar; ganarle al sentido común que es incluso más nocivo que el trabajo nocturno. Ahí dejamos clara nuestra posición: a este avance brutal con las “reformas” que quiere el gobierno se lo detiene en las calles, porque nosotros podemos.

Traíamos a memoria que esta patronal también se vio favorecida por la gestión nefasta de Mauricio Macri, cuando envalentonada por su asunción despidió a prácticamente un sector entero y las asambleas de los trabajadores de Planta Victoria los volvieron a reincorporar. Si, por si te preguntas, la burocracia sindical tiene en su gen el no mover un dedo desde tiempos inmemorables.

Y en la Panamericana nos subimos al micro que traía a nuestros compañeros de Madygraf, docentes, estudiantes, compañeros de Lear. Se sentía esa mezcla de honor, orgullo y lucha en el aire y sin decir mucho; las banderas rojas del PTS que después las vería flamear frente a esa valla alta y oscura. Llegábamos y ya podíamos ver rostros listos para una jornada que fue un pequeño curso de marxismo avanzado al final del día pero no quiero adelantarme.

Te encontrás con todos esos compañeros y compañeras que también llevaban sus chombas de trabajo, sus delantales, sus puños levantados. La cita era en Callao y Corrientes, la cita era en las calles, la cita era porque la clase obrera iba a demostrar una fuerza enorme sin los dirigentes sindicales burócratas y traidores a la cabeza.

Jubilados, obreros, mujeres y estudiantes. Ahí estaban nuestros diputados, los que no le son funcionales a ningún patrón, a ninguna burocracia, los que se bancan la lucha codo a codo con sus compañeros de clase; esos diputados que saben de represión, que saben de balas de goma, de gases lacrimógenos, de subir y bajar de la Panamericana pero también de ser nuestras voces.

Marchamos y llegamos a las vallas, de un lado todos mis compañeros y jubilados que no paraban de agradecerte que luches junto a ellos. Del otro lado un despliegue de policías aeroportuarios, de la ciudad, federal y gendarmería. Nosotros con nuestras ropas de trabajo y las banderas del Movimiento de Agrupaciones Clasistas. Evidentemente no se comparaba a sus tonfas, escudos, botas, cascos, motos, escopetas, sus gases, motos, hidrantes y los pobres perros usados para reprimirte también.

No podías negar que estaban ahí para una sola misión y ahí lo viste, mientras a nuestros Diputados les negaban el ingreso y luchaban por entrar al Congreso, dentro de ese recinto vivían otra realidad, la realidad que solo viven esos diputados patronales, esos que jamás vas a ver en la calle luchando con vos. Encima queriendo votar algo de manera ilegal, bochornosa y atroz.

En las calles los íbamos a obligar a levantar la votación, en las calles les íbamos parar la mano, en las calles la clase trabajadora estaba lista para defender sus derechos.

Y te pregunto, ¿qué encapuchado te parece más ’apto’? ¿El que sale con absolutamente todo un armamento o el que sale a defender nuestros derechos solo provisto de una remera por los gases?

Si el encapuchado que primero ataca es el que apunta y empuña un arma de fuego contra el cuerpo del que se puso una remera, un pañuelo, y no tiene como cubrirse. Si el que tiene todo el armamento se sube con otro igual a una moto y te persiguen en una cacería, si te tiraron directo a matar. Claro, después de verlos así como podés seguir creyendo que Santiago se ahogó solo, ¿no? O que Raúl Godoy te explique lo que es eso.

El encapuchado que te tira ese gas macabro que te cierra la garganta, que te dan ganas de vomitar y llorar, que te hace tambalear pero aún así vos que sos joven podés pero pregúntenle a todos los abuelos que estaban ahí y a esa Diputada que se lo tiraron en la cara con un odio propio de una fuerza represiva que hace un abuso atroz comandado por un Gobierno que no le importa nada más que sus castas y llenarse los bolsillos.

El encapuchado que atraviesa esa enorme columna de humo y gas lacrimógeno, esos que con solo su remera y que nadie se atreva a comparar un palo con las armas, motos, tonfas, escudos, protectores, cascos, gases, balas, hidrantes que tienen las mismas fuerzas asesinas.

Yo me quedo del lado del encapuchado que salió a luchar por semejante ataque brutal, por el que no se come el verso de la burocracia sindical que te dijo años redondos que "mira que si reclamas esto perdemos esto, mejor quedate tranqui".

¿Quién dijo que nosotros no podíamos? ¿Quién dijo que la clase obrera no tenía la fuerza? ¡Canallas! Yo no les creo y no me interesa su discurso. Me quedo del lado del que se puso una remera como protección de su oído, vista y olfato a lugar de defender a las fuerzas represivas asesinas!

Del lado donde nuestros Diputados se ponen en la primera fila para llevar el reclamo, para ser la voz de los que este gobierno y sistema quieren hundir. Ayer quedó demostrado de qué lado hay que estar, ayer quedó plasmado en la historia de tu vida quienes están y no sólo de discurso sino de verdad y quienes van a estar bien armaditos para reprimirte por reclamar. Esos que por una pizza reprimen hasta a sus madres.

Que los sindicatos, la CGT y las centrales que se oponen a la "reforma previsional" convoquen este lunes un paro con movilización, para que se sienta el inmenso repudio del pueblo trabajador a este saqueo a los jubilados. Y para que no haya represión que pueda acallar el reclamo.