El fin de semana el gobierno hizo un llamado a volver a la normalidad. Transcurridos un par días de duros cuestionamientos Piñera tuvo que moderar sus dichos ante una crisis que amenaza con seguir causando estragos.

Daniel Vargas Antofagasta, Chile
Viernes 24 de abril de 2020
La “nueva normalidad” de Piñera se desinfló con el paso de los días. Desde el gobierno salieron a llamar a los funcionarios públicos a volver al trabajo y a las comunidades educativas a volver a clases.
Les duró poco. Ante el avance del coronavirus y de los cuestionamientos por los anuncios del gobierno debieron echar marcha atrás con esta ofensiva y moderaron su discurso, pasando de la “nueva normalidad” al “retorno seguro”.
Las cifras de este viernes poco ayudaron al gobierno. Aún con un total de 12.306 contagios y 174 fallecidos todavía estamos lejos de llegar al peak de la pandemia.
Sin embargo hay datos que no podían pasar desapercibidos, como los 180 jóvenes menores de 14 años que se encuentran contagiados, los 3 lactantes hospitalizados y con ventilador (dos en Antofagasta y uno en Santiago), además de 83 personas están en estado crítico y 415 personas en cuidados intensivos, 325 de las cuales están con ventilación mecánica.
Estos resultados, junto a fuertes cuestionamientos al llamado a la normalidad anunciado por Piñera, bajaron a Piñera de su nube el cual tuvo que corregir su discurso, moderando sus dichos y postergando para mayo, sin fecha cierta, la vuelta a la normalidad, incluyendo la vuelta a clases.
Sin embargo Piñera insiste en que la vuelta a la normalidad "va a ocurrir cuando podamos asegurar que somos capaces de darle protección a los empleados públicos, a los niños y jóvenes que volverán a las escuelas, y eso nosotros creemos que va a producirse en el mes de mayo. Por lo mismo tenemos que empezar a prepararnos".
El gobierno a pesar de sus anuncios pomposos tiene que retroceder ante el descontento de la población, moderando sus planes de normalidad. El llamado a la normalidad es claramente un regalo para los empresarios, una muestra de que para el gobierno la economía de los ricos está primero.
Organicemos la resistencia a los ataques del gobierno, que ninguna ofensiva patronal quede sin respuesta. Los sindicatos tienen una responsabilidad de primer orden para que la crisis no la paguen los trabajadores, llamar a un paro nacional de los sectores no esenciales es cada vez mas urgente, la CUT y demás grandes sindicales tienen que dejar su cuarentena y llamar a la acción.
Los trabajadores ya vienen ensayando la resistencia. Ejemplares son los casos de los trabajadores de la FENATS del Hospital Barros Luco, repartiendo antiparras al personal hospitalario, las trabajadoras del aseo del Hospital de Antofagasta que paralizaron por falta de insumos.