Este miércoles 2 de agosto el delegado de Morena en Tláhuac compareció en la Asamblea Legislativa.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 2 de agosto de 2017
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal comenzó un proceso de investigación en contra del delegado de Morena en Tláhuac, Rigoberto Salgado Vázquez, quien fue acusado de tener vínculos con “El Ojos”.
En su declaración Salgado Vázquez negó cualquier vínculo con el crimen organizado, así como sus líderes por lo que “no se puede acreditar ninguna responsabilidad”.
En tan sólo unos días la Ciudad de México dejó de ser una “burbuja” en el medio de la terrible situación del país. Los narcobloqueos y la entrada de la marina para abatir al cartel del “Ojos” el pasado 21 de julio generaron caos en la ciudad y un shock.
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Según el Excélsior, Salgado de Morena permitió y avaló el crecimiento del cartel de Tláhuac. Un indicio es la construcción de una gran mansión en menos de 18 meses, de 7 mil metros cuadrados, que además rompe los lineamientos de la secretaría de vivienda de la ciudad.
Y según la información de la Asamblea Legislativa 5 de los más importantes colaboradores de Salgado están en la nómina del cartel de Tláhuac: incluido familiares del delegado.
Por su parte, el Morena -de acuerdo con declaraciones de Clara Brugada, Martí Batres, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal- declaró que se trata de una campaña política contra su partido “Ahora resulta que el delegado es el responsable de lo que está pasando en Tláhuac, cuando los delegados no tenemos atribución sobre la seguridad” declaaró Clara Brugada el 28 de julio.
El avance del crimen organizado en la Ciudad de México es innegable, y por eso el gobierno de Miguel Ángel Mancera, llegado al poder de la mano del PRD es muy cuestionado.
De cara a las elecciones de 2018, el caso de Tláhuac se ha convertido en un foco de la disputa política por la capital. La crisis abierta por el operativo del 21 de julio es una piedra caliente que se lanzan entre sí el Morena y el PRD. Este último intenta utilizarla para debilitar al partido de López Obrador, que salió fortalecido de las elecciones de este año, especialmente en el Estado de México.
Como telón de fondo, la “guerra contra el narco” que lleva una década, ha llegado a la Ciudad de México. Desatada bajo la presidencia de Felipe Calderón, los estragos que dejó a lo largo y lo ancho de México son terribles: fosas clandestinas, desaparición forzada, descuartizados, narcobloqueos, enfrentamiento entre militares y paramilitares.
La militarización desplegada en nombre de la "guerra contra el narco" es una estrategia digitada desde Washington para aumentar los lazos de subordinación política y militar a Estados Unidos y mantener acallada la protesta social al sur del río Bravo.
Más de 200 mil asesinados, 30 mil desaparecidos y un millón de desplazados. Los vínculos del PRI, el PAN y el PRD con el narcotráfico han sido ampliamente documentados. El último gran evento fue el entrelazamiento entre narcotráfico, ejército y régimen político con la desaparición de los 43 de Ayotzinapa. Ese caso, emblemático, manchó de sangre incluso al PRD, un partido que se dice de “izquierda”.
En México, los partidos políticos tradicionales y del régimen están completamente involucrados con el crimen organizado. El saldo de la militarización del país son los muertos, los desaparecidos, los ejecutados. En las fosas están los pobres, los campesinos, los estudiantes y los trabajadores. Para detener la militarización es urgente construir un amplio movimiento democrático: sindicatos, víctimas, organizaciones de derechos humanos, estudiantes, movimiento de mujeres.