El lunes 4 de febrero, en horas de la tarde, fue presentada una denuncia penal por violación contra el ex presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias. Al difundirse el caso, dos víctimas más, hicieron públicos los ataques recibidos por este personaje.
Miércoles 6 de febrero de 2019
La denuncia fue dada a conocer por el Semanario Universidad, donde la demandante explica que la decisión de hacer pública su denuncia se debe a que ahora existe un contexto de apoyo luego de que otras mujeres en el mundo hicieron denuncias similares y fueron atendidas.
Según el mismo medio, la demandante no busca compensación económica. En caso de ser hallado culpable, Arias podría ser sancionado con entre 10 y 16 años de cárcel. Esta es la segunda denuncia judicial presentada contra el Nobel de la Paz acusado por la Fiscalía de prevaricato en el caso Crucitas, una mina de oro posibilitada por un decreto presidencial de Arias en su segundo gobierno, entre 2006 y 2010.
El ex presidente es la figura política más significativa del país, con vínculos públicos y conocidos dentro del Partido Demócrata de los Estados Unidos. Arias además fue el presidente que logró la aprobación del TLC con los Estados Unidos, aplicando una estrategia de presión y desgaste contra el movimiento de masas opuesto al Tratado.
También fue pieza importante en los Acuerdos de Esquipulas, que pusieron fin al ascenso revolucionario centroamericano. Por dicho proceso a Arias le adjudicaron el Premio Nobel de la Paz.
La reacción en el país no se hizo esperar. Laura Chinchilla, ex presidenta durante 2010 y 2014, mano derecha de Arias durante su gobierno y de quien posteriormente se distanció, señaló en sus redes sociales que “La justicia está obligada a actuar con celeridad y seriedad. Ante el rechazo de cargos que ha hecho don Oscar, se le deberá garantizar su derecho a la defensa y a plantear su descargo”.
Patricia Mora, Ministra de Condición de la Mujer y militante del Frente Amplio, por su parte publicó que “reconocemos el valor y valentía de la doctora y activista que ayer presentó una denuncia de agresión sexual ante el Ministerio Público”.
Sin embargo, en ninguno de los dos casos se utilizó la palabra violación, de la cual está acusado el ex presidente.
Por otro lado, es indiscutible la ola de solidaridad en redes sociales con la denunciante, así como señalamientos contra Arias, uno de los políticos más odiados por la clase trabajadora y la militancia y activismo de izquierda. Para ninguno de estos sectores resulta difícil comprender que el Premio Nobel utilizara su poder para atacar sexualmente a una mujer.
En un escueto comunicado, el expresidente señaló lo siguiente:
“Siendo que, según se informa, existe una denuncia formulada en mi contra, ejerceré mi defensa ante los Tribunales de Justicia y no realizaré más comentarios públicos sobre este tema”
El caso tuvo repercusiones agravantes sobre la conducta de Arias aprovechándose de su posición política, pues a unas horas de conocerse el caso, dos periodistas, una costarricense y otra de origen británico relataron cómo también ellas habían sido víctimas del abuso sexual del ahora expresidente.
Como decíamos arriba, la denuncia penal toca la vibra sensible de la política en Costa Rica, por lo cual podría tener todo tipo de consecuencias, sobre todo en medio de la ola internacional de denuncias y movilizaciones de mujeres contra la violencia patriarcal.