Trabajadoras del aseo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile compartieron sus experiencias sobre el abuso laboral y la discriminación que, aseguran, enfrentan diariamente bajo la gestión de su coordinadora. Relatan un ambiente marcado por arbitrariedades, hostigamientos y favoritismos que afectan gravemente su dignidad, bienestar y relaciones laborales
Miércoles 27 de noviembre de 2024
"Nos cambia las versiones y hace que entre nosotras tengamos conflictos", dice una trabajadora, describiendo cómo la coordinadora manipula la información. "Hace que tengamos diferencias entre compañeras. Incluso ha hecho llorar a varias".
Las denuncias apuntan también a restricciones y cuestionamientos arbitrarios a sus beneficios laborales. "Desde que llegó, nos recalca que el desayuno no es un derecho, que nos están ‘dando un espacio’. Llegamos a las 7:00 de la mañana, algunas a las 6:30, ¿cómo no vamos a tener un momento para desayunar? Antes teníamos más beneficios".
Los relatos también apuntan a un trato denigrante por parte de la coordinadora. "A mis compañeras les han dicho que están guatonas, que vayan al médico porque están con sobrepeso", comenta otra trabajadora. En un caso, una compañera con problemas de salud solicitó zapatos de seguridad adaptados a su condición. La respuesta fue despectiva: "El problema no son los zapatos, el problema es usted".
Uno de los episodios más críticos ocurrió durante una discusión en la que la trabajadora fue confrontada sin explicaciones claras. "Le pregunté por qué íbamos a los aularios, y no me contestó. Luego gritó: ‘¡Sabe, no la quiero aquí, váyase!’. Llegué llorando a la FACSO, impotente", cuenta.
Otra trabajadora describe un ambiente de intimidación constante. "Cuando desapareció un computador (que luego encontraron), entró a gritarle a mi compañera sin preguntar nada antes. Después la sentaron con todas las autoridades en una encerrona. No tuvo cómo defenderse".
A lo anterior se suma la discriminación en permisos laborales y de salud. "Tenemos que estar muy mal para que nos dejen ir al médico. Ahora hay más exigencia con los horarios. Si no tomas tu tiempo exacto para comer, lo pierdes".
El impacto de estas dinámicas trasciende el ámbito individual, afectando incluso la relación con los estudiantes. "Cuando hubo toma este año en la facultad, no nos dejaban salir porque eso significaba que los estudiantes podrían tomarse el edificio. Nos usaban como barrera, poniéndonos en contra de los chiquillos", lamenta una de ellas.
Estos testimonios reflejan un ambiente laboral marcado por la vulneración de derechos y la falta de empatía por parte de la jefatura, con tratos denigrantes y prepotentes. Las trabajadoras hacen un llamado urgente para que se escuchen sus denuncias y se implementen medidas que terminen con los abusos, promoviendo un entorno de respeto y equidad.