El Ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward, dice mostrar "preocupación" por el acceso universal a la vivienda, a la vez que presenta un plan de arriendo que asegura justamente lo contrario, aumentar los negocios inmobiliarios para los empresarios.

Cristobal Cartes Bernal Estudiante de Medicina U. de Antofagasta. Militante Vencer.
Domingo 4 de octubre de 2020
Felipe Ward, actual Ministro de Vivienda y Urbanismo del Gobierno de los empresarios, y militante de la UDI, el pasado jueves comentó que se reunirá con Piñera para "delinear una nueva política de arriendos, para lo cual han estudiado modelos de Estados Unidos, Australia e Irlanda".
Además respecto a este tema y en el marco del plebiscito del 25 de Octubre, que incluso sectores de derecha como Lavín hacen un llamado abierto a votar Apruebo y Convención Constitucional, Ward señaló: “Estamos en un proceso que ya está en marcha, donde los chilenos y chilenas vamos a decidir el 25 de octubre si se van hacer modificaciones a la actual Constitución o si vamos a tener una nueva Carta Fundamental. En ambos casos es razonable y necesario incluir eventualmente el acceso universal al techo como un derecho fundamental. El tema de fondo es que es muy difícil garantizar este derecho si el Estado tiene una sola herramienta, que es la entrega de viviendas en propiedad. Pero si impulsamos la alternativa del arriendo, el Estado podrá cumplir esta garantía, que nos parece que es algo que debería estar en una Constitución”.
Con estas afirmaciones vemos el actuar hipócrita de la derecha, afirmando que en una nueva Constitución se debe incluir el acceso universal al techo como un derecho fundamental. Hasta aquí la derecha se muestra muy amable y comprensiva con el pueblo pobre y trabajador, pero solo llega hasta aquí, puesto que esta lavada de rostro viene con condiciones. Es entonces que afirma que para garantizar el acceso universal a una vivienda, se requiere impulsar una "innovadora política de arriendos". Esta política de arriendos consiste básicamente en impulsar terrenos públicos que generen oferta de arriendo, es decir la construcción de viviendas con el objetivo de arrendarlas , pero a un "menor precio".
La derecha de la mano de los empresarios nuevamente se burla de la clase trabajadora, que viene pasando momentos muy duros producto de la pandemia y la recesión económica mundial, y también gracias al Gobierno con su ley maldita de protección al empleo, votada incluso por el Partido Comunista, que otorgó más poder a empresarios multimillonarios como LATAM, Ripley (entre otros) a "hacer y deshacer" con las y los trabajadores, despidiendo, suspendiendo y obligando a que los trabajadores se paguen sus sueldos con el seguro de cesantía. En estas condiciones precarias se encuentran miles de familias, y la derecha envalentonada se acerca con su idea de oro, pero resulta que asegura la ganancia de unos, para que las grandes mayorías tengan que pagar el costo.
Es insólito, absurdo e hipócrita que la derecha se muestre preocupada porque en la nueva Constitución se incluya el acceso universal a la vivienda, pero planean justamente lo contrario, y en este contexto de crisis económica el escenario para las y los trabajadores es aun peor. Pretenden llamar acceso universal a la vivienda a su plan de arriendo, es decir, si no pagas tienes que vivir en la calle.
Esto nos viene a demostrar en un momento más crudo para miles de familias, que la vivienda en Chile no es un derecho, sino un negocio que beneficia a los mismos de siempre, a los empresarios, bancos e inversionistas. La derecha no está preocupada de la cantidad de gente que no puede pagar un arriendo, está preocupada de generar más ganancias para su sector y a sus amigos los empresarios, quienes incluso en plena pandemia han aumentado sus ingresos, como en el sector minero.
Esta rabia contra la derecha hipócrita y oportunista debe marcar el camino para luchar por conquistar el derecho a una vivienda digna y garantizada para todas y todos. Que no haya ninguna familia más en la calle. Pasando viviendas que llevan años desocupadas a ser habitadas por personas sin hogar. Esta demanda y en este contexto de pandemia, que es aún más urgente, solo la podremos conquistar a través de una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que cuestione las ganancias de las inmobiliarias, bancos y dueños de terrenos, que llevan estos 30 años de herencia de la dictadura llenándose los bolsillos a costa del pueblo pobre y trabajador.