Campaña hacia 2023. Derechistas y delirantes: Carrió acusó a Milei de “genocida” por dichos sobre venta de órganos

Durante su visita a Jujuy por una reunión con el líder de la UCR, Gerardo Morales, Elisa Carrió brindó una entrevista al diario El Tribuno. Allí opinó sobre las posibilidades de ruptura de Juntos por el Cambio y sobre una posible alianza con Javier Milei. Sobre este último, ante la consulta del periodista, la ex diputada se despachó diciendo “yo creo que, con esto del tráfico de órganos, si votás a Milei, votás a un genocida”.

La acusación pega sobre un eje que le viene costando caro al diputado derechista. Sus declaraciones de la semana pasada en defensa de la venta de órganos fueron cuestionadas desde múltiples sectores y, según versiones de encuestadores, le hicieron perder puntos en cuanto a imagen.

Carrió solo aprovechó el momento. Lo hizo en el marco de la interna de la coalición opositora que debate, junto a sus próximas cabezas de lista, la política de alianzas que llevará delante de cara a las elecciones en 2023. Su presencia en Jujuy es parte de ese proceso. De hecho, viajó a esa provincia para entrevistarse con el derechista gobernador Gerardo Morales, que viene de criticar duramente a Macri. Según los grandes medios aliados a la derecha, la chaqueña buscó jugar un papel de “mediadora”.

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Señalemos que la acusación equivale, por un lado, a una banalización del concepto de genocidio. Las declaraciones de Milei aparecen como abiertamente repudiables, pero no puede compararse la venta de órganos con el exterminio masivo de sectores de la población por parte del Estado. Eso fue lo que ocurrió en la última dictadura militar, cuando el Estado -como representante directo de los intereses del gran empresariado- avanzó con secuestros, torturas y desapariciones de miles y miles de luchadores y luchadoras.

Y si hablamos de la última dictadura, Carrió no tiene en regla su carnet de autoridad “moral” para hablar de ese tema. Solo sirve recordar, a modo de ejemplo, en 2017, tras el fallo de la Corte Suprema del 2x1 a un genocida de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica -con la sentencia que disponía la liberación del genocida condenado Luis Muiña- la dirigente de la CC sostuvo que “era correcto legalmente”. En la misma sintonía, pocos años después propuso una ley que revise lo que definió como “juicios injustos” contra militares partícipes del genocidio. Bajo el argumento de que “los derechos humanos son para todos”, planteó la necesidad de “una ley que pueda habilitar la revisión de muchos juicios injustos sin debido proceso legal contra militares que no tuvieron nada que ver o que tuvieron 18 o 19 años”.

Paradójicamente, la crítica tiene un grano (no muy chico) de verdad. Aunque Milei no haya sido partícipe del genocidio, hoy construye alianzas con sectores que lo reivindican abiertamente. El caso más resonante es el de Victoria Villarruel, segunda diputada nacional de La Libertad Avanza, hoy parte de la Cámara de Diputados.

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Lo que ocurre en CABA está lejos de ser lo único en materia de alianza con derechistas que reivindican la dictadura. Lo mismo ocurre en Tucumán, donde Milei construye un acuerdo con Fuerza Republicana, el partido fundado por el genocida Antonio Bussi, hoy encabezado por su hijo -tan derechista como él- Ricardo.

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Derechistas y delirantes, así son las peleas entre Carrió y Milei. En varias cosas más podrían encontrar coincidencias. Señalemos solo una: los dos son enemigos abiertos del derecho al aborto seguro, legal y gratuito, conquistado por las masivas movilizaciones del movimiento de mujeres.