Si queremos que nuestros estudiantes y sus familias tengan una vida que merezca ser vivida, tenemos que frenar el avance de la Ley Bases.
Martes 7 de mayo de 2024 21:50
Basta con sentarse en el escritorio unos minutos para que comience un desfile de estudiantes que buscan conversar sobre todo lo que les atraviesa. Esto sí que lo sabemos todas las personas que enseñamos, porque sin vínculo ¿se puede aprender?
Todos los años el mal de amores, tiene el podio que comparte con la difícil tarea de construir amistades nuevas. Éste año, a diferencia de otros, los problemas que hay en casa tienen otra dimensión. Una dimensión que pareciera comenzar en el hecho de las numerosas familias que ya no tienen trabajo formal, y tienen que vivir de changas. Pareciera, pero va más allá, porque lo que estamos viviendo tiene distintas expresiones que tocan el sentido de la vida, las formas de relacionarse, entre los padres, con sus hijos, entre sus hijos, ellos con nosotras y entre nosotras.
La cantidad de changas que tienen que hacer para llegar a fin de mes pueden ser hasta tres por día. Y ahí están mis estudiantes, vendiendo para colaborar con el fondo familiar.
Y aunque las profesoras y maestras tenemos mejor salario que muchas de las familias, todas nuestras compras no resuelven más que el instante y por supuesto que no nos alcanza para comprar todo, todos los días. Porque es un problema profundo, porque en realidad deseo que puedan ir a la escuela a aprender, desayunar de verdad y no un pan solo que para colmo este duro. Un deseo de escuelas que sean pensadas realmente según sus necesidades en cada centímetro del espacio y en cada minuto de reflexión colectiva. Un barrio donde existan todo tipo de actividades pensadas para sus intereses, donde puedan recrear su imaginario. Una biblioteca que tenga sentido de existencia.
Deseamos que nuestros estudiantes estudien lo que quieran, que vivan como lo decidan, y que ante todo tengan la posibilidad de poder hacerlo. Y es por eso que la “política” no puede seguir siendo ajena a todo lo que nos atraviesa cada día porque de hecho es la responsable. ¿Qué vida podrán tener las mamás de mis estudiantes si a pesar de trabajar toda su vida vendiendo comida nunca van a poder jubilarse? ¿Por qué son ellos los que ni siquiera podrán pensar en tener derechos laborales? ¿Por qué tienen que estar condenados a un destino que no están eligiendo?
Hoy ingresa al Senado una de las reformas más radicales que se han hecho en el país. Las consecuencias serán brutales, significa un país aún más dependiente con cada vez más trabajadores en la precariedad. Es un ataque enorme y por eso quienes somos parte de la agrupación Negra en Aten, trabajadoras de la educación con quienes compartimos los mismos deseos, junto con nuestras compañeras de escuela pusimos en debate todo lo que significa la Ley Bases. Con carteleras, pegatinas, pasacalles, y en cada sala de maestros.
Queremos que nuestros estudiantes tengan una vida que merezca ser vivida hacemos de todo con nuestro tiempo para que se conozca, para que no se apruebe, para que haya una enorme movilización. Para que ellos, sus familias y cada compañera de la escuela sepa que es tarea de todas frenar el avance de la Ley Bases y el ataque en curso para empezar a poner en pie las organizaciones que nos permitan construir una sociedad igualitaria.
