Tras una fuerte lluvia que afectó a toda la ciudad, dos edificios se derrumbaron en la mañana del viernes en Muzema, en la Zona Oeste de Rio de Janeiro. La falta de preparación e inversiones en infraestructura por parte del gobierno causó inundaciones y el derrumbe, con consecuencias fatales para la población.
Sábado 13 de abril de 2019 00:00
Tras una fuerte lluvia que afectó a toda la ciudad, dos edificios se derrumbaron en la mañana del viernes en Muzema, en la Zona Oeste de Rio de Janeiro. La falta de preparación e inversiones en infraestructura por parte del gobierno causó inundaciones y el derrumbe, con consecuencias fatales para la población.
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Decenas de personas, pobladores de la región, siguen buscando entre los escombros para intentar ubicar posibles víctimas. Ya fueron confirmados dos muertos y 17 desaparecidos. Los vecinos improvisaron una hamaca para llevar los heridos al puesto médico del Cuerpo de Bomberos.
Los edificios que se derrumbaron tienen cerca de cuatro pisos y el area en el que se ubican se vieron muy afectadas por la lluvia que inundó Rio de Janeiro al comienzo de la semana, arrastrando árboles, postes, destruyendo todo lo que habían en el camino y dejando al menos 5 muertos. El area de aislamiento fue ampliada por los Bomberos, que afirmaron que hay posibilidades de otros derrumbes de edificios de la región.
Según informó la intendencia de la ciudad, los edificios fueron construidos de forma irregular producto de la acción de las milicias. Los criminales que dominan la venta de inmuebles irregulares en la región, realizan prácticas usurarias y venta ilegal de servicios de luz, gas y cable. El jefe de la milicia en Muzema, según investigaciones del Ministerio Público, es el mayor Ronald Paulo Alves Pereira, preso en la operación Los Intocables, sospechoso de estar involucrado en el asesinato de la concejala de izquierda Marielle Franco, entre tantos otros crímenes.
Testimonios recolectados por el portal G1 muestran la desesperación de los pobladores. Una mujer que se identificó como Érica contó que intentó encontrar a su madre entre los escombros, mientras que el padrastro logró salir del edificio: "Mi padrastro está viniendo para a cá pero mi madre está gritando allá. Los vecinos que están ayudando fueron hasta allá y escucharon a una señora gritar exactamente en la habitación de ella".
Según la mujer, los vecinos estaban preocupados con las consecuencias de la lluvia y las construcciones que no paran. "Están construyendo sin fin, sin parar. Una construcción detrás de otra, una locura. Eran retroescavadoras, explosiones constantes. Solo quieren construir y vender", afirmó la vecina.
Muzema fue uno de los lugares más afectados por la lluvia de la ciudad, y en la mañana del jueves, la principal avenida que conecta el barrio seguía anegada y cortada. Mientras la población es directamente afectada por esta serie de tragedias generadas por la negligencia hacia la vida del pueblo pobre que pierde sus pertenencias, casas y familiares, lo único que el gobierno tiene para decir es que "los inmuebles que se derrumbaron eran ilegales".
La intendencia, como representante del poder estatal, busca librarse de culpa señalando el involucramiento de las milicias, pero el poder paraestatal que tienen solo crece con la connivencia del Estado y los intereses de los políticos involucrados con esas organizaciones.
La intendencia es responsables directa de esta nueva tragedia. El intendente Marcelo Crivella, obispo de la Iglesia Universal, destinó los recursos de la intendencia para beneficiar a sus correligionarios, y está acusado de utilizar los servicios de salud pública para beneficiar a los pastores de su iglesia.
A cada día ocurre una tragedia en Rio de Janeiro. Los ricos y poderosos controlan la política, muchos también asociados al poder paralelo de las milicias e impiden que se tomen medidas reales para enfrentar la crisis social allí instalada. Para ellos la salida es a los balazos.
Rio de Janeiro necesita un plan de obras de emergencia que construya barreras de protección para que no hayan deslices, y que construya depósitos de agua para que no inunden las casas y las vías necesarias para que la ciudad funcione. Hay que realizar además reformas y construir nuevas viviendas para la población según la demanda. Expropiar los inmuebles ociosos usados para la especulación inmobiliaria, abrigando a la población que no tiene donde vivir o vive en zonas de riesgo.
Todos los años las lluvias ocurren en la misma época del año y siempre causan daños. En lugar de estas obras que necesitan las comunidades y favelas, Crivella propuso el año pasado "reformar las fachadas de la (favela) Rocinha", porque "estaba feucha".
Un plan de obras públicas, gerenciado por los trabajadores y por la población de las regiones afectadas por estos desastres anunciados y no prevenidos por la intendencia, que ponga los recursos del Estado al servicio de la población, es la única salida para resolver la crisis de las lluvias que se repite todos los años en Rio de Janeiro.