Como parte de una campaña mediática para ocultar la crisis política que atraviesa su gobierno, la ministra llamó a Legrand. “Cualquiera puede desaparecer”, afirmó la conductora en Intrusos.
Viernes 8 de septiembre de 2017
Dos semanas pasaron desde que Patricia Bullrich se sentó junto a Mirtha Legrand para hablar de la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Ante una mesa compuesta por amigos de la derecha y las operaciones mediáticas como María Laura Santillán, Julio Bárbaro y José Luis Espert, la ministra de Seguridad defendió a la Gendarmería e intentó minimizar una crisis política que crecería con el pasar de los días. Experta en los vaivenes de la política argentina, la “diva” le dio a Bullrich la oportunidad de victimizar al gobierno y a las fuerzas represivas aunque procuró no quedar demasiado pegada al accionar estatal: “¿si no llega a aparecer Santiago Maldonado, vos vas a renunciar?”, preguntó.
Desde entonces, Cambiemos y los medios afines –con el grupo Clarín a la cabeza- se han abocado a una operación tan burda como peligrosa para encubrir a los responsables. Cuestionando a los testigos, fomentando pistas falsas, atacando a la comunidad mapuche y al propio Santiago, buscan instalar un clima de “violencia política” que combina el lenguaje de la Triple A con el de la genocida “Campaña al desierto”.
El día de ayer, el gobierno volvió sus ojos hacia Legrand. Tras las repercusiones de la entrevista telefónica en el programa Intrusos, conducido por Jorge Rial, la conductora contó ante las cámaras haber recibido un llamado de Bullrich para explicar el estado de la causa. “Le había pedido el presidente que me llamara”, afirmó. Mirtha dijo que la ministra “no la convenció” y que la investigación está “mal hecha”. Finalmente concluyó: “Pasan los días y Maldonado no aparece, no hay respuestas. Cualquiera de nosotros puede desaparecer, yo me pongo en el lugar de esa mamá y es tremendo”.
Cuesta creer que una figura como Legrand, quien lleva casi 50 años auspiciando almuerzos por los que desfilaron dictadores, funcionarios ajustadores y empresarios corruptos, de repente se interese por los derechos humanos. Por el contrario, parece que la mediática pide un cambio de estrategia oficial, en el marco de una crisis de importancia, con repercusión internacional. En ese mismo sentido se han pronunciado incluso sectores del agro y el gran empresariado industrial.
Más allá de la campaña de mentiras, por abajo se extiende la bronca y en todo el país crece el grito por aparición con vida de Santiago Maldonado. Éste se encuentra indisolublemente ligado a la pelea por castigo a todos los autores intelectuales y materiales de la desaparición, que incluye a Bullrich pero no termina en ella: involucra a las fuerzas represivas y al gobierno de conjunto.