En un claro caso de represión política de las autoridades universitarias, más de 300 trabajadores recibieron descuentos en nómina por los días de paro ante la violencia porril. Las autoridades pretenden enfrentar a trabajadores contra estudiantes pero no lo lograrán.
Viernes 26 de octubre de 2018
En redes sociales circula información acerca de un nuevo caso de represión política al interior de la UNAM en el marco del movimiento en contra de la violencia política y porril. En este caso se trata del ataque de las autoridades del CCH Azcapotzalco en contra de más de 300 trabajadores de dicha dependencia, a quienes se les descontaron 3 días de salario por los paros que votaron y realizaron los estudiantes ceceacheros.
Los hechos
La quincena que se cobra este 25 de octubre en la UNAM llegó con una amarga sorpresa para los trabajadores del CCH Azcapotzalco. Más de 300 trabajadores recibieron un descuento que asciende a miles de pesos, dependiendo del puesto laboral, según consta en los documentos en poder de La Izquierda Diario.
Estos descuentos son por tres días de la semana 39 en los cuales el movimiento universitario votó y realizó una toma de la dependencia. Frente a esta situación, el colectivo de trabajadores discutió y evaluó que no “existían condiciones de trabajo”, por lo cual las autoridades universitarias no les podían obligar a asistir. Del total de los trabajadores, sólo un grupo cercano a la conocida “Corriente Roja” entró a checar su asistencia, aunque tuvieron que salir después por la ausencia de condiciones para el trabajo.
Debido a que algunos trabajadores sí checaron su asistencia, las autoridades realizaron los descuentos sólo a quienes no lo hicieron, en un claro acto de arbitrariedad y de represión política con importantes consecuencias en el bolsillo de cientos de familias.
Las autoridades universitarias no sólo están actuando parcialmente a favor del grupo que dirige el sindicato, mismo que tuvo un papel desmovilizador y de ausencia de solidaridad con el movimiento, como se demostró al cancelar los acuerdos del Congreso y levantar la participación del STUNAM en las movilizaciones por la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa y los 50 años de la masacre del 2 de octubre.
Entre las consecuencias más graves que tiene esta medida de represión, es que con tales faltas los trabajadores pierden el derecho a recibir el estímulo de “Calidad y eficiencia”. El salario de los trabajadores incluso en la UNAM es muy bajo y para tratar de compensarlo las autoridades crearon un “programa de recuperación salarial” donde se otorgan estímulos reglamentados. Después de ciertas faltas pierdes el derecho a obtenerlo por el periodo bimestral que corre y el siguiente. Esto es un grave atropello contra cientos de familias que no vamos a permitir.
Llamado a la solidaridad con los trabajadores de CCH Azcapo
Las trabajadoras y los trabajadores administrativos y académicos que nos organizamos en la Agrupación Desde las Bases, nos sumamos a la solidaridad con los trabajadores de Azcapotzalco. Denunciamos estos métodos de la administración universitaria con los cuales pretende enfrentar y dividir a la comunidad, y en este caso en particular en donde pretende aleccionar a los trabajadores para no sumarse a la solidaridad en la lucha junto a los estudiantes.
Nos sumamos a la solidaridad de clase y llamamos a todas las corrientes y colectivos al interior de nuestro Sindicato, y de otros sindicatos del gremio educativo a repudiar esta represión. Exigimos a las autoridades universitarias que se eche atrás esta acción y que no exista ningún tipo de represalias contra los trabajadores, académicos y estudiantes.
El papel del Sindicato y el actuar de los delegados rojos
Nosotros pensamos que nuestro Sindicato es una poderosa herramienta de lucha no sólo para quienes somos afiliados a él, sino para toda la clase trabajadora de conjunto. Nuestro Sindicato y las posibilidades de defensa de los derechos del trabajador que de él se desprenden deben de servir para defender al conjunto de la base trabajadora sin distinción de su simpatía o no con la corriente que dirige un sindicato o una delegación sindical.
Si la dirección de la Corriente Roja no considera necesario poner nuestra fuerza al servicio de la lucha contra los porros y la violencia política en el Sindicato, o de defender nuestro aumento salarial y la revisión del CCT, será muy su política. Pero enfrentar a la base trabajadora y dividirla con maniobras como la que permitió que sólo a un sector de la base trabajadora no recibiera su pago es una actitud terrible.
Las delegaciones sindicales deben de ser para defender los derechos de todas y todos los trabajadores, no para funcionar como trampolín para la represión política de las autoridades.
Nos solidarizamos con la base trabajadora de CCH Azcapotzalco y con las medidas de protesta que definan para defender sus derechos laborales y en contra de la represión selectiva de las autoridades.