Cultura. Desdicha Obrera: Una obra para el presente a 100 años de Recabarren

Rescatando el legado cultural de Recabarren

El martes 17 de diciembre en la Confederación de Trabajadores Metalúrgicos y de Servicio CONSTRAMET, se presentó la lectura dramatizada de la obra Desdicha Obrera. Dirigida por Valeria Yañez, actriz, directora y escritora del libro: Recabarren: Escena obrera. Entre la pluma y la pólvora. El elenco se compuso por la actriz Maura Barnabé, el actor Nicolás Camus; Amanda Baeza, estudiante de Hispánica; Fernanda Morales, antropóloga; Valentina Torres, Socióloga y Miguel Aleuy, artista audiovisual.

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Presentada como un “dramita social en tres cuadros”, Desdicha Obrera representa las instituciones sociales a través de los arquetipos en sus personajes. Rebeldía es la clase obrera organizada; Luzmira es la clase obrera que despierta al ver la injusticia; el burgués representa la explotación patriarcal de los capitalistas; el Cura, es la iglesia y su mensaje de resignación; personajes como el Mensajero y el Portero representan una capa de la clase obrera que observa expectante los acontecimientos; y la carcelera, quien le recomienda a Rebeldía ‘mentir’ para salvarse. El Juez, dicta la sentencia y no muestra ningún ápice de empatía con Rebeldía, ya que es aliado del burgués y de la iglesia.

La trama muestra la lucha de clases y la injusticia patriarcal que la protagonista enfrenta tras intentar defenderse de una violación. Una situación que lamentablemente ocurre en la actualidad y al alero del Estado: la complicidad de los jueces y la burguesía, la impunidad ante la violencia machista versus la lucha por la liberación de la humanidad del yugo de la explotación.

Esta obra se desarrolla a través del mensaje que Recabarren expresa a través de Rebeldía: la fuerza moral y material de la clase trabajadora en un contexto de mucha precariedad social, contra el discurso de resignación que limita la capacidad transformadora de la clase obrera.

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¡Alerta de Spoiler! Si no conoces la obra te invito a leerla en el libro "Escena Obrera. Entre la Pluma y la Pólvora" disponible en la editorial Ideas Socialistas

Rebeldía es una joven costurera que atraviesa una difícil situación junto a su hermana menor Luzmira, ambas tienen a la madre enferma y no cuentan con los recursos para costear sus medicamentos. Es el año 1921 y a pesar de los esfuerzos de ambas hermanas todo se complica, ya que Rebeldía había sido despedida de la Fábrica, un gran establecimiento industrial de encajes y bordados, propiedad de un detestable, patriarcal y aprovechador burgués llamado Hermenegildo Piedrabuena. ¿La razón? encabezar una huelga por mejoras salariales y haber sido acusada de hereje por un cura que, durante la trama, trata constantemente de instalar la resignación ante la enfermedad de la madre.

El “Burgués”, no satisfecho con el despido de Rebeldía, le envía una carta para volver a trabajar en la fábrica aprovechándose de la situación de precariedad que atravesaba la familia. La codicia de la burguesía es tal que este personaje insiste y da por hecho que Rebeldía “será suya”. En el momento en que Rebeldía llega a la oficina él intenta aprovecharse de ella y en un esfuerzo por defenderse Rebeldía clava sus tijeras de costurera en el corazón del burgués quien cae estrepitosamente. En ese momento llegan el portero de la fábrica y un mensajero quienes dan aviso a la policía reportando esto como un crimen y no como lo que era, defensa personal.

“El tiempo que le dedicamos siempre será poco”

A pesar de la injusticia y todo lo que tuvieron que atravesar ambas hermanas, Rebeldía sostiene su perspectiva de liberación e insta a su hermana a seguirla en la organización por sus derechos y por toda la humanidad. Un mensaje que sin duda debe resonar en el presente, contra toda resignación y malmenorismo, con independencia de clase trabajadora y sobre todo, sin ninguna confianza en la justicia burguesa, la iglesia y, mucho menos, en la burguesía.