Según datos entregados por el Ministerio de Educación, este año ha aumentado en un 25% la deserción escolar, mientras que aumenta gravemente la inasistencia. Según la información pública, las regiones más afectadas son las del norte del país.
Jueves 24 de noviembre de 2022

Tras la vuelta a clases presenciales, cerca de 50.000 niñes y jóvenes han dejado los estudios. Lo que significa un aumento del 24% si lo comparamos con el 2019, antes de la rebelión popular y la pandemia. Los motivos no están claros por parte de las autoridades, pero nosotres hemos visto durante todo este año que los colegios, liceos y universidades se encuentran en una profunda crisis.
Los recursos destinados no son suficientes para suplir el déficit con el que ya cargaba la educación pública antes de la pandemia, y a eso hay que sumarle el agobio y sobrecarga laboral para profesoras/es y trabajadores de la educación. Son problemas que durante años se han arrastrado debido a la lógica neoliberal de la educación que han mantenido los distintos gobiernos, hayan sido de la derecha como de la Concertación. Y el gobierno de Boric durante este año ha mostrado que tampoco tiene respuestas hacia la crisis mas que represión a les secundaries que se han venido manifestando.
En algunas declaraciones oficiales desde el gobierno se ha dicho que idearán un plan para evitar la deserción y la inasistencia recurrente, pero no han dicho nada concreto aún.
Por un lado, podemos tomar este fenómeno como un síntoma de la crisis educativa. Que miles de jóvenes y niñes interrumpan sus estudios es muy grave para el desarrollo de la sociedad. Y por otro, como un problema que se agrava, el de la precarización y pobreza que está en aumento dentro de las familias más populares en Chile.
En relación a esta último punto, podemos advertir que la crisis económica que ha traído carestía de la vida afecta principalmente a las familias trabajadoras y del pueblo pobre, donde es probable que muches niñes y jóvenes hayan dejado de estudiar porque sus madres y padres no tienen los recursos para sostener estudiantes. Es sabido que en épocas de crisis como la actual el trabajo juvenil e infantil aumenta, en condiciones mucho más precarias que en otros momentos.
La derecha, con figuras como Diego Schalper y el ex candidato presidencial Ignacio Briones, han salido a proponer que se destine el 2% constitucional que está a disposición del presidente para enfrentar esta “catástrofe”, pero claramente esto no es suficiente, al contrario, es una burla. No solamente faltan mayores recursos para la educación pública, sino que también que sean las y los profesores con las comunidades educativas las que estudien y propongan soluciones integrales a estos problemas.
El Estado debe aumentar los recursos permanente a la educación pública, que permita reconstruir o mejorar los colegios y universidades pero también contratar más personal docente y no docente, dar solución al problema de la alimentación que hoy está en manos de privados que lucran con la comida diaria de les niñes y jóvenes. Además, las comunidades educativas tienen que hacerse parte de la elaboración de planes para resolver la deserción e inasistencias. Así podríamos tener una visión mucho más completa del problema en su conjunto.
Es verdaderamente criminal que las organizaciones de estudiantes como el CONFECH, o de profesores como el Colegio de Profesores vean como esta crisis aumenta y aumenta y no hacen nada. Deben llamar a asambleas y a movilizar para poner fin de una vez por todas la crisis educativa, que también va de la mano con las precarias condiciones laborales que existen en el país.

Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios