Fuerzas Armadas. Desfile del 9 de Julio: torturadores de soldados frente al palco, carapintadas entre el "público"

Postales de un día donde la Guerra de Malvinas volvió a estar presente. Este 9 de Julio desfilaron alguno de los torturadores de los conscriptos; aquellos que combatieron sin haber tenido instrucción militar. Lo hacían con el valor que tenía recuperar las islas que el 3 de enero de 1833 fueron usurpadas por el colonialismo inglés. El pueblo argentino apoyó esta guerra antiimperialista. Luego que los militares golpistas capitulan ante las tropas inglesas, estos conscriptos poco a poco fueron contando las vejaciones sufridas a manos de oficiales y suboficiales. La dictadura genocida replicaba en las islas los métodos empleados en el continente: la tortura y el encierro como disciplinadores.

“Los chicos murieron, los jefes los vendieron”, cantaban en aquellos años quienes se movilizaban para reclamar el fin de la dictadura cívico-militar-eclesiástico.

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— Ernesto Alonso (@_betoalonso) July 9, 2024

Este martes los locutores oficiales presentaban a los "excombatientes de Malvinas” a los "veteranos de guerra", como héroes, es necesario recordar el carácter aventurero de una junta militar en crisis, cuestionada dentro y fuera del país por la acción genocida de la dictadura, que utilizó la justa y legítima causa de Malvinas con el propósito de recomponer su autoridad. También cabe recordar esto cada vez que se escuche a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, hablar que su papá fue un “excombatiente de Malvinas” y “un héroe”. Su padre fue parte de unas Fuerzas Armadas responsables de la desaparición de 30.000 personas, del robo de más de 500 bebés nacidos en cautiverios; de haber capitulado ante las tropas inglesas y de torturar a jóvenes que fueron a dar la vida por Malvinas. Son responsables, además, del triunfo imperialista que significó una gran derrota para los pueblos de Latinoamérica. Implicó, además, que de esta derrota, un país con larga tradición de lucha antiimperialista, impusieran la conclusión que al imperialismo no se lo podía derrotar.

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“Argentina es el país de América Latina que privatizó todas las empresas públicas. Ningún país de la región tuvo que entregarle al imperialismo todas las empresas del estado”, sostuvo Titin Moreira cuando se cumplían 40 años de la guerra. En estos años, ningún gobierno constitucional, incluyendo los kirchneristas, expropiaron las empresas que se encuentran en manos de capitales imperialistas. Por el contrario, pagaron al FMI toda la deuda ilegitima y fraudulenta. Años más tarde el macrismo volvió a contraer una deuda con el FMI. Todos los bloques de los partidos mayoritarios validaron esa deuda, solo el Frente de Izquierda rechazó, en las calles y en el Congreso, el pago de una deuda odiosa.

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A 42 años de la capitulación de los militares que profundizó la opresión nacional, -en momentos de mayor sumisión económica, ajuste y saqueo del patrimonio nacional-, en este desfile militar han exaltados los valores patrios de las Fuerzas Armadas. Aquellas que a lo largo del Siglo XX realizaron golpes militares al servicio del gran capital y el imperialismo y en contra las mayorías populares.

Javier Milei avanza aún más en esta dirección. En un país colonizado por el FMI, la Ley Bases viene a redoblar las cadenas con el imperialismo. Esta ley que se consiguió con corrupción y represión incluye el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga enormes beneficios impositivos por 30 años a grandes capitales de ramas productivas y exportadoras en particular el gas, los hidrocarburos y la megaminería.

Como planteó Myriam Bregman sobre esta ley: “Tienen prioridad las empresas sobre los bienes escasos, es decir, si falta agua en Jujuy en una comunidad y la empresa la requiere para la extracción del litio o para lo que sea le van a dar prioridad a la empresa”.

La subordinación al FMI incluye otros pactos de coloniaje. En abril de este año Javier Milei recibió a la generala, Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos -que un año antes fue recibida por Cristina Kirchner- . Quien vino a exigir al gobierno Argentino que investigue la base militar China en Neuquén. La generala también se reunió con el jefe de la Base Naval Austral de Ushuaia para intervenir en el proyecto de Polo Logístico Antártico de la Armada.

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El imperialismo yanqui sabe que puede venir por más. Así se lo permite el oficialismo y todos los partidos del régimen, como la UCR, el PJ, y ni que hablar el PRO. En mayo de este año llegó al país una flota de las fuerzas armadas de Estados Unidos, con 5.400 marines, un portaaviones y un destructor yanquis hasta las costas argentinas. Con la excusa del ejercicio “Gringo-Gaucho II” junto a la Armada argentina, Estados Unidos entra a territorio argentino -que tiene proyección hacia el Atlántico Sur, lugar estratégico para la circulación interoceánica y hacia los recursos naturales de la Antártida- como parte del plan desatado por Milei para entregar todos los recursos naturales al imperialismo. Como se vio más con el mega DNU y la ley ómnibus.

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Carapintadas

Mientras desfilaban exveteranos de Malvinas frente al palco oficial, sobre Avenida del Libertador, un grupo de personas ubicada sobre la vereda desplegó una bandera argentina con la leyenda: “Los Carapintadas tienen razón”.

Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, los Carapintadas se sublevaron para reclamar mayor impunidad a las que les habían brindado hasta el momento; habían logrado que se redujeran las condenas a la cúpula militar procesadas en el Juicio a las Juntas; que se promulgara la ley de Punto Final. Esa ley establecía el fin de los juicios a todos aquellos que, a excepción de los responsables de secuestros de recién nacidos, no fueran llamados a declarar "antes de los sesenta días corridos” a partir de la fecha de su promulgación. La avalancha de denuncias llevó al primer levantamiento. Fue en el transcurso de la Semana Santa de 1987. En 1990, bajo el gobierno de Carlos Menem, llevaron adelante un nuevo levantamiento. El reclamo era el mismo: que ningún militar fuera condenado por la desaparición de 30.000 luchadores, el robo de bebés en el marco del Plan Cóndor ordenado por los Estados Unidos.

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Carapintadas eran todos, como dijo alguna vez Aldo Rico, uno de sus cabecillas más visibles. Hacía alusión que aún cuando él y otros fueran las caras visibles de ese movimiento, todos los integrantes de las Fuerzas Armadas apoyaban los levantamientos y sus reclamos. Sin embargo Menem logró disciplinar y reconducir a las Fuerzas Armadas: pasó a un sector a retiro, otros como Alí Seineldín los llevó a prisión y firmó acuerdo con la OTAN. Transformó a las Fuerzas Armadas en un cuerpo de élite y las hizo confiables -después de la aventura en Malvinas- para el imperialismo poniéndolas al servicio de las intervenciones militares de las Naciones Unidas.

Sin embargo, sectores cercanos a los carapintadas de Aldo Rico y el fallecido Mohamed Alí Seineldín suelen hacer sus apariciones públicas para seguir reclamando la liberación de los presos y reivindicar la dictadura.

Este 9 de Julio volvieron a estar presentes. Lo hicieron desplegando su bandera. Ningún responsable de la organización del acto les reclamó que la bajaran. Tampoco lo hicieron Patricia Bullrich y Luis Petri, responsables de las fuerzas de seguridad y Defensa.

¿Cómo podrían haber detenido ese acto de reivindicación de los genocidas de la dictadura por los que continúan reclamando impunidad, si ellos reclaman lo mismo?

Este 9 de Julio fue un desfile para reivindicar esas Fuerzas Armadas al servicio de los planes imperialistas. Fue, también, para mostrar que continúan avanzando en recomponer el brazo armado del Estado capitalista. La lucha contra los planes de este gobierno, incluye la pelea contra el plan de coloniaje del FMI.